LA HABANA, Cuba.- Cualquier arista que se analice del sistema electoral cubano permite llegar a la conclusión de que se trata de un acto meramente formal, con poca o ninguna sustancia política, y fabricado por los gobernantes para dar la imagen de una sociedad donde prevalece la democracia participativa.
En esta ocasión nos referiremos a la nominación de candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, un proceso muy exaltado por el discurso oficial, que lo presenta como un paradigma de elecciones donde nomina la población y no los partidos políticos. Precisamente, por estos días se exhiben las biografías y las fotos de las personas por las que los electores podrán votar el próximo 26 de noviembre.
La Ley Electoral establece que en cada circunscripción podrán ser nominados hasta ocho candidatos, y será elegido el que obtenga más del 50% de los votos válidos emitidos. Si ninguno de ellos logra ese porcentaje, entonces habrá una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.
Si estuviésemos en presencia de una elección de verdad, en la que ser electo delegado de circunscripción ofreciera la oportunidad de implementar ciertos cambios que se apartaran de la política gubernamental, es muy probable que en casi todas las circunscripciones hubiese ocho candidatos nominados, e incluso que las asambleas de nominación hubieran sido testigos de una sana competencia política.
Sin embargo, un recorrido por calles y barrios habaneros ―una situación que debe de ser la misma en otros territorios del país― muestra una realidad distinta. Cuesta trabajo hallar una circunscripción en la que haya más de dos candidatos nominados, y en los pocos sitios donde se supera esa cantidad, los nominados nunca exceden de tres.
Claro, aquí habría que considerar las maniobras y presiones del aparato de poder para impedir la nominación de candidatos opositores, así como también la labor subrepticia de los denominados “factores de la comunidad” (Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, Comités de Defensa de la Revolución, Federación de Mujeres Cubanas y los núcleos zonales del Partido Comunista) para que en la mayoría de las circunscripciones haya solo dos candidatos, y así evitar la segunda vuelta.
En una circunscripción del habanero municipio de Cerro, con solo dos candidatos nominados a las elecciones del 26 de noviembre, una persona que trabajará como integrante de un colegio electoral, y que por supuesto solicitó el anonimato, accedió a brindarnos su parecer al respecto: “A partir de la tercera asamblea de nominación, cuando ya había dos candidatos nominados, siempre pedía la palabra un militante del Partido o de los Combatientes, y proponían a alguno de los dos ya nominados. Y el resto de los electores, con tal de acabar rápido la reunión, aprobaban esa propuesta. Evidentemente, a nadie le interesa una segunda vuelta en estas elecciones”.
Por otra parte, como único se observa a un elector consultando las biografías de los nominados o los registros de electores es si viene la televisión, o si algún periodista oficialista pide tomar fotos para un reportaje.
Todo indica que la gente está cansada de “lo mismo con lo mismo”.