GUANTÁNAMO, Cuba. -El pasado 26 de junio el periódico Venceremos, órgano oficial del comité provincial del Partido, anunció que debido a la sequía y al estado de la presa Faustino Pérez, abastecedora de la ciudad, el líquido se iba a suministrar cada cuatro días excepto en el caso histórico que continuaría recibiéndolo diariamente. Menos de quince días después el ciclo de entrega es una vez a la semana.
El malestar de la población crece, no sólo por el alargamiento del ciclo sino porque la empresa incumple reiteradamente con los horarios y las fechas del bombeo.
En estos momentos hay zonas a la que no llega el agua desde hace diez días o más. En ese caso está la calle 7 Oeste, entre 2 y 3 Norte, Reparto Pastorita y lo mismo ocurre en la zona centro oeste, cerca del cementerio municipal. El propio periódico reflejó en su sección Instantáneas el pasado 10 de julio las quejas de los vecinos de la calle 3 Norte entre San Gregorio y Cuartel, de los residentes en las calles Luz Caballero y Aguilera, en el centro de la ciudad y otros que viven en la calle 13 Este, entre Aguilera y Crombet. Algunos se quejan de la indiferencia y el maltrato de que son objeto cuando llaman a la mencionada empresa.
A río revuelto…
Juan Alberto, jubilado que vive en el centro de la ciudad y camina apoyado en un bastón confesó a Cubanet que hace 12 días el agua no llega a su casa y tuvo que pagarle 70 pesos de su chequera de 190 a dos cargadores para que le llenaran uno de los tanques plásticos que tiene en el patio. Si no lo hago no tengo agua, dijo. A pesar de que el llenado del tanque le costó el 36.84% del valor de su chequera Juan Alberto está contento pues ya hay lugares del centro de la ciudad donde los cargadores cobran 100 pesos.
El negocio ha cobrado fuerza en estos días. Julián y Manuel, son los dos jóvenes que llenaban el tanque de Juan Alberto cuando Cubanet llegó al lugar. Lo de nosotros es la búsqueda (el negocio) y con esto, mientras ayudamos, hacemos ejercicio, dijo Julián. Al preguntarle cuánto ganaba diariamente respondió que eso dependía de la fuerza del bombeo en el lugar desde donde acopian el agua, que puede ser un hidrante, una casa o una pipa. Cuando la acopiamos desde una casa todo es más rápido, últimamente en los hidrantes y alrededor de las pipas se forma mucho molote pues nadie tiene agua. Hay días en que me voy para la casa hasta con mil pesos, otros con menos, por mí que s siga la escasez, aseguró.
Les pedí una foto en plena faena pero se negaron. Al preguntarles por qué Manuel dijo con una sonrisa pícara: Usted es periodista independiente y cuando aquí vean esa foto publicada allá seguro viene alguien de la ONAT (Oficina Nacional Tributaria) o de la policía a pedirnos que paguemos impuestos o a amenazarnos, usted sabe.
Las pipas
Años atrás, los choferes accedían a llevar agua hasta una vivienda por 50 ó 100 pesos cuando más (2 ó 4 dólares). En estos momentos una pipa no cuesta menos de 400 pesos (16 dólares).
Mario, un chofer que lleva más de quince años prestando este servicio a entidades estatales y a particulares me dijo que es verdad que antes se aceptaba lo que pudieran dar los vecinos pero que ahora una pipa vale lo que pida el chofer. “Yo no me arriesgo porque donde quiera hay un chivato y eso puede costarme el puesto de trabajo”, dijo.
Sin embargo, parece que hay quienes sí se arriesgan. Así lo confirmó a Cubanet la propietaria de una casa de alquiler de habitaciones a turistas cuyo nombre preservamos por razones obvias. Según ella en los últimos diez días ha tenido que pagar dos pipas y ambas le han costado 20 CUC (20 dólares). Luego de llenar su cisterna avisa a los vecinos para que cojan algo pero aun así está consciente de que en cualquier momento puede haber un chivatazo.
En medio del caos… ¡el optimismo revolucionario!
El pasado 10 de julio el periódico Venceremos publicó un extenso reportaje sobre el Acueducto del Sur, una obra que comenzó en el 2009 y todavía no se ha terminado. Ahora el periódico afirma que terminará en diciembre de este año.
También publicó una información en la página 8, titulada “Trazan estrategia para fortalecer el abasto de agua”, donde Alfredo Correa, delegado de Recursos Hidráulicos, señaló que se creará un sistema que trabaje como un único acueducto para la ciudad.
La calle Pintó, desde Pedro A. Pérez hasta Ahogados, ha sido abierta y se han colocado las nuevas tuberías de polietileno de alta densidad en otros lugares, algunas llevan meses semienterradas. Ahora queda por ver cuándo terminarán de instalarlas y cuánto tiempo permanecerán las calles agrietadas con el consiguiente perjuicio para el tránsito de vehículos y peatones.
De esas chapucerías el periódico no informa, ni tampoco sobre las acciones que deben emprenderse para eliminar los salideros que pululan por doquier. Tampoco informa sobre errores injustificables como el ocurrido el pasado miércoles 8 de julio en la esquina de las calles de Ahogados y Pintó, lugar donde a pesar de existir un salidero provocado por la instalación de las nuevas tuberías se bombeó agua. El resultado fue un surtidor de más de cinco metros de altura que estuvo manando por horas y atrajo a la chiquillada del barrio, que se divirtió de lo lindo. Al menos ellos, que no pueden pasar sus vacaciones en un hotel, una playa o un campismo, fueron beneficiados un rato.
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