
LA HABANA, Cuba.- Giraldo Peña Vázquez, de 41 años, residente en Peñas Altas, Guanabo, Habana del Este no sale de su asombro. Una inspectora de la Oficina Nacional Tributaria (Onat) le impuso una multa de cien pesos (cuatro dólares) por escamar sardinas para el consumo familiar sobre las arenas de la playa Guanabo.
Giraldo admite que la inspectora solo cumplía órdenes para intentar mantener las playas limpias, pero también sabe que los enjambres de bañistas que llegan y parten cada día, especialmente ahora en los meses de verano, son los que más desechos dejan.
Dice: “No entiendo por qué la multa precisamente a mí. ¿Qué perjudica un puñado de escamas de sardinas limpiadas en su medio natural si el ardiente sol pronto las pulveriza? Debían ocuparse mejor de los bañistas que tiran por todas partes latas de refresco, cerveza, botellas, cajas de jugo, jabas de nailon, envases de cartón, restos de comida, huesos. Permiten los paseos en caballos alquilados sobre la arena y ni sé cuántos desórdenes más”.
Edelmis Olano, también pescador, amigo de Giraldo, comenta: “Hay que ver en los días más concurridos, al caer la noche y retirarse los turistas, la cantidad de basura que dejan. Ciertamente los trabajadores de Comunales recogen temprano en la mañana, pero el asunto es que las autoridades colocan rústicos depósitos de basura hechos de madera, que pegan con el entorno, pero que son robados por la noche”.

Rodolfo, trabajador estatal recogedor de basura en la playa, explica: “No sé, pero un policía de la playa me contó que sorprendieron a dos jovencitos por la noche zafando los listones de madera de un tambucho de basura para llevárselos. Confesaron que lo hacían para tener madera y clavos para fabricar sus palomares, que se dedican a la crianza de palomas desde niños”. Le impusieron trescientos pesos de multa a cada uno.
Grandes vallas en las vías rápidas que conducen a las Playas del Este de La Habana anuncian: “Si caminas por las dunas, se mueren”. Está prohibido transitar sobre las dunas pero hay quienes se sitúan sobre ellas para descansar, alcanzar mejor vista del mar, asegurar sus pertenencias.
Alrededor de trescientos metros de dunas frente al hotel Marazul en Santa María del Mar tienen pasarelas de madera de acceso a la playa para no pisar las dunas, aunque algunas están deterioradas porque fueron construidas con madera de mala calidad.
Especialistas del Instituto de Oceanología, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente aseguran que existe un apreciable proceso de erosión y retroceso de la línea costera en Guanabo y demás playas contiguas.

Entre las causas principales del deterioro están el déficit de aportes naturales de arena, incorrectas construcciones sobre la línea costera -algunas eliminadas- grandes extracciones de arena varias décadas atrás por organismos estatales para construcciones, y escasa y maltratada vegetación costera protectora de las dunas. Años atrás, barcos areneros situados frente a la bahía de La Habana extraían toneladas de arena del fondo marino arrastradas por las olas. Arena que jamás regresará a la playa en su reflujo cíclico.
Giraldo no ha vuelto a limpiar sardinas en la playa. La fuerte multa fue un eficaz recurso educativo, pero, ¿qué hacer frente a tantos infractores de la convivencia ciudadana?