LA HABANA, Cuba.- De acuerdo al informe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) titulado “Salario medio en cifras, Cubas 2015”, el salario medio el pasado año fue de 27 dólares. Con relación a 2014, cuando fue de 23 dólares, hubo un incremento de cuatro dólares.
Sobre la política salarial en Cuba, hay mucha tela por donde cortar. El titular de Economía y Planificación, Marino Murillo Jorge, en su intervención en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el 30 de diciembre de 2014, al referirse al tema de los salarios señaló que el salario medio estaba por debajo del que debería ser, y aseguró que existía un método que permitiría que “en la medida en que la empresa produzca más, se gane más”.
Murillo dijo: “En estos momentos no existen condiciones para hacer una reforma de salario. Si se hiciera, un elevado número de empresas tendrían pérdidas y el financiamiento de esa reforma salarial sería con gasto del presupuesto, que no es correcto”.
Consecuente con la política de ajuste monetarista que el gobierno aplica sin reparos, Murillo explicó que “el sistema empresarial y el sobrecumplimiento de los ingresos tienen que financiar lo que hace falta para poder incrementar el salario”.
Tal política enunciada por Murillo, fracasó estrepitosamente.
En el informe central presentado al VII Congreso del Partido Comunista, Raúl Castro, referente al tema de los salarios, explicó que la Resolución 17 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) derivó en muchos problemas e insatisfacciones.
Por la inadecuada aplicación de la Resolución 17 se confrontaron múltiples deficiencias. Trabajadores vinculados directamente a la producción y los servicios no eran beneficiados con el ansiado incremento salarial, lo que generó mucho malestar.
Ante tales conflictos, el MTSS determinó derogarla y poner en vigor la Resolución No.6 de abril de 2016.
Las mayores afectaciones salariales la tuvieron los trabajadores de la minería y las canteras, la agricultura y la industria manufacturera, cuyo salario fluctuó entre 33 y 45 dólares. De haberse aplicado correctamente la Resolución 17, los resultados hubiesen sido muy diferentes.
La situación salarial más crítica es la de los trabajadores que laboran en las 2 361 unidades presupuestarias, a excepción de los de Salud Pública, que devengan un salario promedio de 34 dólares. Los que laboran en los ministerios y otras dependencias estatales cobran 21 dólares mensuales.
Los trabajadores de Educación cobran 19 dólares, al igual que los emplantillados en la cultura y el deporte.
Los trabajadores del comercio y la gastronomía, que recaudan anualmente millones de dólares por las ventas que realizan, tienen de salario 26 dólares mensuales. Los que trabajan en trasporte, almacenamiento y comunicaciones devengaron 26 dólares. Como es de suponer, es en estas actividades donde se registran más desvíos de recursos, ventas ilícitas y hay más casos de corrupción.
No hay explicación que justifique que los trabajadores del turismo devengaran un salario promedio en el 2015 de 17 dólares. Se parte del presupuesto de que el bajo salario que devengan los trabajadores lo compensan por la propina mensual que reciben, que por lo general duplica y triplica ese salario. Pero ese no es el cálculo al se debe apelar, porque las diferentes instalaciones turísticas, en su mayoría, tienen condiciones que les permitirían aplicar la nueva Resolución 6, para que ganen su salario por la recaudación mensual y anual de cada establecimiento.
En la construcción, el salario promedio fue de 30 dólares mensuales, lo que ha provocado un éxodo de la fuerza de trabajo hacia las brigadas privadas y cooperativas, donde el salario es el triple.
En Cuba, pese a los bajos salarios y los altos precio de los productos del agro, de los que se venden las Tiendas Recaudadores de Divisas (TRD) y a las altas tarifas de la trasportación privada –ya sea en auto, camiones habilitados para la transportación de pasajeros, coches tirados por caballos y bicitaxis, que son los principales medios que emplean los cubanos para trasladarse–, no existe un panorama de indigencia generalizada.
Si a muchos cubanos les es posible pagar esos precios, es gracias a las remesas que reciben de sus familiares en el exterior.
Anualmente, por diversas vías, entran a Cuba más de mil millones de dólares en remesas enviadas por más de 2,5 millones de cubanos que residen en los Estado Unidos y Europa. Gracias ese dinero, sus familiares en Cuba compensan y algunas veces sobrepasan el mísero salario que les paga el Estado cubano. Algo que los medios oficiales silencian y se niegan a admitir.
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