LA HABANA, Cuba. -Las mujeres que pasan de los treinta o de los cuarenta necesitan de cierta dignidad. La pregunta de estas mujeres es: ¿Cómo mantenerse en forma? ¿Cómo lucir bien en Cuba?
Crudo escenario
La realidad en la isla presiona a las féminas que sobrepasan los treinta años: un tinte de pelo cuesta de 5 cuc en adelante, un corte de cabello 1cuc, el más barato, un masaje regular 5 cuc. Vestirse bien es también costoso, una blusa sencilla sobrepasa los 10 cuc. El calzado es aún más caro.
El salario medio, unos 25 CUC al mes, apenas alcanza para comer, por lo que todo lo demás podría considerarse un lujo. Pero incluso sin muchos recursos, la apariencia siempre les importa a las mujeres, aun cuando venga a un precio.
Centros de belleza, una renta
Una empleada que prefirió el anonimato, del Instituto de Belleza “Bella 5″ ubicado en Centro Habana comentó para Cubanet: “ofrecemos los servicios en precios módicos en pesos. Las clientas de aquí no son de ‘alcurnia’, son las mujeres de la clase trabajadora que rara vez reúnen tiempo y dinero para ocuparse de su belleza.”
Maidolys Puentes, cuentapropista de Playa opina: “el salario se va todo para sostener a mi casa e hijo, la belleza es un lujo que me puedo dar cada seis meses al año. Todo cuesta muy caro y es muy difícil ahorrar, siempre tengo que elegir entre matar el hambre o arreglarme.”
Mientras tanto, una asistente del Spa de Belleza “Amtuanep” en Marianao ofreció otra realidad contrastante: “aquí vienen las mujeres de empresarios, gerentes, también las jineteras. Todas aquellas que sus maridos le costean su belleza. Este negocio si da ganancias, pero igual no nos alcanza para irnos de vacaciones a Varadero… es un sacrificio constante.”
La estilista del centro estético “Yes Cosmetic”, Dayami Abreu corroboró que es un negocio lucrativo, pero trabajoso. “Hay que sacrificarse mucho para obtener leves ganancias, siempre hay que buscar formas de atraer a nuevas clientas y hacer que se vuelvan fijas.”
Mientras tanto Yanisleidis Oropeza una joven vecina del barrio de Centro Habana afirma que tiene un marido canadiense que le envía remesas y por eso se puede pagar todo lo que se le antoje, empezando por la belleza.”Pero si no fuera eso, estuviera embarcada.”
“Gracias a Dios mi marido es puertorriqueño, y me mantiene… él paga todos mis gastos, incluidos los del gimnasio y belleza. Creo que para ser sostenerse bella solo hace falta ‘un marido que te mantenga’, pues si trabajas para el gobierno eso es casi un imposible” aseguró Susana Fernández, joven capitalina que frecuenta las fiestas de música electrónica habaneras.
En el peregrinaje por los centros de belleza o en las conversaciones con mujeres, se puede apreciar que un altísimo por ciento de mujeres cubanas no logra recurrir a estos servicios continuamente. La gran mayoría hace increíbles malabares para poder ahorrar y algún día sentirse reinas en medio de la miseria.