LA HABANA, Cuba.- A pesar de ser una jornada laboral y de asistencia de estudiantes a sus escuelas, este viernes 12 de febrero, primer día de apertura al público de la 25 Feria Internacional del Libro de La Habana, la sede principal de este evento literario contó con la presencia de miles de personas.
Sin embargo, la mayoría de los asistentes a la fortaleza de La Cabaña no quedaron complacidos. Muchas personas comentaban que había menos libros que en ocasiones anteriores, tanto de títulos para adultos como de literatura infantil, una de las más demandadas en ferias de este tipo.
Resalta la ausencia de editoriales extranjeras que siempre despertaban el interés de nuestros lectores. En vano infinidad de personas desandaban la calle principal de este enclave colonial en busca de editoriales españolas, como Renacimiento y Anagrama. Tampoco aparecían las provenientes de otras naciones latinoamericanas y europeas.
Tal vez las excepciones sean México y Uruguay, país este último al que se dedica esta edición de la Feria. Llamaba la atención la enorme cola a la entrada de uno de los pabellones del patio central de esta fortaleza. Allí, con la esperanza de poder adquirir títulos ofertados por una editorial mexicana, casi la única atracción en este primer día de Feria, muchas personas desafiaban el inclemente sol de las dos de la tarde.
En el interior de otro pabellón, un grupo de potenciales lectores escudriñaban los stands en una búsqueda casi desesperada por hallar algún título de su preferencia. Dos extranjeros, en un español precario, se acercaron a un joven y le preguntaron por los libros de la editorial Neo Club.
Al principio dio la impresión de que el joven no entendía la pregunta, pero después se hizo evidente que no conocía la existencia de esa editorial. Entonces intervine y les expliqué a los extranjeros que esa editorial radicaba en Miami, y que publicaba a escritores independientes cubanos, es decir, que no eran reconocidos por las instituciones culturales de la isla, debido en lo fundamental a que no comulgan con el gobierno. Por lo tanto, ninguno de esos textos está en esta Feria. “Pero son escritores cubanos también, ¡cómo no van a estar en esta Feria!”, exclamaron los incrédulos visitantes.
Para aquellos interesados en encontrar libros de autores cubanos pertenecientes a la oficialista Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba UNEAC, nada mejor que visitar el stand de Ediciones Unión, la casa editorial de esa institución. Allí había textos, entre otros, de Antón Arrufat, Arturo Arango, Lina de Feria y Rogelio Martínez Furé
Un hombre llegó a ese stand y, sin mirar los títulos que se ofertaban, preguntó por alguna novela de Leonardo Padura. El vendedor, algo asombrado, le respondió: “Mire, amigo, no pierda su tiempo. En ningún lugar de la Feria va a encontrar, ni hoy ni nunca, algún libro de Padura”. “Pero, ¿cómo va a ser posible eso, si se trata del escritor cubano más premiado internacionalmente, y más leído en nuestro país?”, se preguntó el frustrado lector.
“Acaso no se han percatado de que ni Amaury Pérez lo ha querido entrevistar en su programa televisivo. Es que Padura le es incómodo al gobierno”, apuntó otra persona que había observado lo sucedido en el stand.
En la noche de ese viernes el Noticiero Nacional de Televisión ofreció imágenes de lo acontecido esa mañana en otro de los pabellones de La Cabaña. Un grupo de militares, incluyendo algún que otro general, inauguraban el stand de la editorial Verde Olivo. En ese lugar se pueden adquirir todos los títulos publicados por esa casa editorial de las Fuerzas Armadas. A esos sí la Feria Internacional del Libro de La Habana les abre sus puertas de par en par.