SANTIAGO DE CUBA, Cuba.- Emelio Matos, más conocido como “Tato” entre sus amigos de la comunidad de Veguita de Galo en Santiago de Cuba, se levanta temprano cada mañana para salir a cochear la ruta entre la Terminal de Trenes y La Barca de Oro, la de mayor flujo de pasajeros en el Consejo Norte del Distrito José Martí.
Cuenta que hace casi un año las autoridades del Consejo de la Administración Municipal (CAM) en la urbe trasladaron la antigua piquera de coches del Paseo La Alameda para la nueva Terminal de Trenes y Ómnibus en el reparto Agüero-Mar Verde.
“La cosa se ha puesto difícil”, comentó el joven. “La mayor cantidad de pasajeros son de las cercanías de La Alameda y ahora han tenido que cambiar la forma de transportarse”.
La directiva sobre circulación, vigente desde el 1 de junio del pasado año en la ciudad santiaguera, controla las piqueras y el tránsito de coches con pasajeros en las principales avenidas del centro histórico de la añeja urbe, además de otras disposiciones a cumplir en lo higiénico-sanitario.
Martha Delgado, trabajadora de la Oficina del Historiador de la Ciudad, declaró a CubaNet que las medidas tomadas redistribuyen las piqueras de coches por Tracción Animal. “La Alameda es un lugar emblemático de esta ciudad y esa cantidad de coches en el inicio del paseo afeaba el entorno totalmente remozado por las celebraciones de los cinco siglos de la villa. Ahora están en mejor lugar, donde cargan más pasajeros”, puntualizó.
Para Mariano, cochero con más de veinte años en el oficio, “tirar pasaje bajo esta medida es no ganar nada de dinero”.
“Nos han restado pasajeros y, aunque los tramos son más cortos, la mayor cantidad de personas va hacia La Alameda, y solo podemos transitar vacíos porque, si tenemos gente montada, cogemos una buena multa”, murmuró.
Una especialista del Plan Maestro de la Ciudad, que prefirió el anonimato, señaló que esta disposición intenta preservar los lugares céntricos por su alto valor urbano y ambiental, “los cocheros no cuidaban la zona, los caballos defecaban en plena vía y algunos de estos cuentapropistas no tenían un recolector para estos desechos”. Señaló que, con las nuevas disposiciones que se están acometiendo en la ciudad, el sector privado se verá más beneficiado.
La retocada Alameda Michaelsen es un importante enclave turístico, donde significativos lugares de recreación son rehabilitados por estar a la entrada marítima de la ciudad, cercano al joven malecón santiaguero y al puerto de la urbe que recibe a visitantes foráneos todo el año.
Magda Padrón, vecina de la calle Barracones, una de las vías más cercanas a la emblemática arteria, dice estar conforme con la regulación. “Nos han quitado un peso de encima, porque ya no tenemos esa peste a orina de caballo y las calles permanecen más limpias”.
Un joven cochero que vive en la localidad de Altamira indicó que la nueva piquera a casi tres kilómetros de la anterior, “no da resultados” porque “muchas personas que cogían los coches de La Alameda hasta la terminal de trenes y viceversa, ahora no tienen otro medio de transportación, ya que muchos se trasladan con bultos grandes y los coches eran un alivio para ellos”.
También apuntó que se tardan más en llenar el vehículo, pero un gran número de pasajeros van para lugares que ellos tienen prohibidos transitar.
Javier Rodríguez, inspector del Ministerio del Transporte (MITRANS), apuntó a este diario que las sanciones serán drásticas para los que incumplan. “Se aplicarán multas de 700 o 1500 pesos la primera vez, y en caso de reiteración se le decomisará el vehículo con el animal”.
También mencionó que existe un cuerpo de inspectores que se encuentran en la calle velando porque se cumpla la normativa, “pero más que un cambio de lugar, la decisión es aislarlos por completo”, selló.
La Alameda santiaguera ha sido catalogada como el principal paseo público de la ciudad que da cara a la bahía, además de ser un importante escenario de las festividades carnavalescas y, desde hace unos años, locación principal de la tradicional “Quema del Diablo”, del Festival del Caribe. Además de la construcción del malecón, la instalación de antenas wifi y la llegada de la 3G como experimento, se ha convertido en un punto clave donde confluyen residentes de todas las áreas periféricas.
Junto a la desaparecida piquera La Alameda, también se encontraba un punto de concentración para los bicitaxistas, el cual no ha sido cambiado y ya muchos cuentapropistas que se ganan la vida pedaleando, comentan ver el “paño mejor”.
“Es un alivio para nosotros”, refirió uno de los bicitaxistas que no quiso que le tomaran fotos. “Ganamos más dinero y podemos transportar a todo el mundo sin limitación, ahora somos los reyes del lugar”, sonrió.
Aunque la medida no regula la transportación de pasajeros en bicitaxis, el inspector del MITRANS confesó que la regulación se está revisando tras varias quejas de vecinos y cocheros cuentapropistas, que alegan una disminución en sus ingresos. “Se prevé que también se cambien a los bicitaxistas, porque es una razón lógica, los coches afean el entorno, pero una aglomeración de estos triciclos también”, enfatizó.
A casi un año de esta normativa, los cocheros santiagueros han decidido negarse a continuar con sus patentes arguyendo que sus ganancias han disminuido. Otros, como “Tato”, se hallan renuentes al pago de la Seguridad Social y esperan que el CAM reflexione en torno al procedimiento de aislamiento que, según dice el Rodríguez, “ha llegado para quedarse”.