CIENFUEGOS, Cuba.- La otrora colonia de Fernandina de Jagua se apresta a celebrar su bicentenario. Aunque para la fecha, (19 de abril del 2019), faltan más de tres años, ya los medios oficiales de la provincia se refieren al tema.
Ubicada en el centro sur de la isla de Cuba, Cienfuegos es la única ciudad cubana fundada por franceses. Siempre se caracterizó por un comercio dinámico, favorecido por su hermosa y amplia bahía, por la belleza de sus construcciones, la amplitud de sus calles y una vigorosa vida cultural. Eso convirtió a la ciudad en una de las plazas más importantes del país, una circunstancia que no hizo más que acrecentarse con el tiempo.
Después de 1959 la ciudad y otras zonas aledañas a ella potenciaron el auge económico adquirido anteriormente. Al activo comercio portuario y a su otrora eficaz industria azucarera se unieron importantes inversiones como la fábrica de fertilizantes, la termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, el Molino de Trigo, la fábrica de cemento Carlos Marx, la refinería de petróleo y otras más.
Cienfuegos fue hasta hace poco una ciudad distinta dentro del panorama cubano contemporáneo. Esa peculiaridad se apreciaba en la forma de hablar y actuar de los cienfuegueros y en la limpieza de sus calles, pero la crisis de los años noventa también ha incidido en estas características de la Perla del Sur.
Las indisciplinas
La crisis surgida en los años noventa del pasado siglo no hizo más que amplificar los efectos de otra crisis educacional, social y de valores cuyas raíces se ubican en 1959.
Las ciudades cubanas se convirtieron en verdaderas junglas de asfalto donde la búsqueda del bienestar individual y las imposiciones a los vecinos alcanzaron extremos jamás vistos. Algunos afirman que tales distorsiones forman parte del costumbrismo cubano, pero quienes ya peinamos canas sabemos que es incierto.
Hasta bien entrada la década de los años ochenta del pasado siglo era extraordinario ver en las calles de Cienfuegos, entonces la ciudad más limpia de Cuba, una lata de basura en las aceras pasadas las ocho de la mañana. Hoy las jabas de nylon con basura proliferan por doquier. A ellas se unen voluminosos recipientes amarrados a las ventanas de las viviendas, donde quienes acometen las reparaciones de los inmuebles echan materiales de construcción limitando el espacio peatonal, como si no existieran otras obstrucciones provocadas por el mal parqueo de autos, los juegos de dominó y las improvisadas fiestas de los adolescentes con equipos de audio usados a niveles ensordecedores.
Los perros callejeros abundan y se han adueñado de zonas tan céntricas como el Paseo del Prado y el bello bulevar donde los turistas no se cansan de fotografiarlos junto a sus excretas.
Algunos ciudadanos emulan a los mejores amigos del hombre y orinan en la vía pública, a la vista de todos, como es habitual en las paredes del Frontón, en la avenida 48 entre 37 y 39, donde el olor de la orina humana y perruna se mezca con el que expele la de los cuadrúpedos que tiran de los coches de transporte de pasajeros.
Las indisciplinas urbanísticas están a la vista de todos. Después de años de absoluta permisividad estatal ahora las autoridades pretenden eliminarlas. Así lo dieron a conocer en el programa mensual de radio “Aquí el pueblo”, transmitido por la emisora Radio Ciudad del Mar el pasado sábado 13 de febrero del 2016. Según reflejó el periódico “5 de septiembre”, órgano oficial del comité provincial del partido en Cienfuegos el pasado sábado 20 de febrero, en el 2015 se detectaron 5 876 violaciones, de las cuales fueron erradicadas el 46%, es decir, 2702, quedando por resolver 3174, a las que se deben sumar 591 detectadas después del levantamiento realizado por la Dirección Provincial de Planificación Física.
Entre estas indisciplinas resaltan la apropiación de áreas comunes de los edificios multifamiliares para convertirlas en cisternas, garajes, huertos, establos, cocinas que consumen leña, tendederas de ropa y criaderos de puercos. A ellas se unen los vertimientos de aguas residuales y limpias a las calles.
La desidia
La desidia de los funcionarios gubernamentales se advierte en el creciente estado de deterioro de las edificaciones, en las calles, en las redes de suministro de agua potable y en las de evacuación de las albañales.
La avenida 48, que enlaza con el hospital provincial y atraviesa una importante zona de almacenes al oeste del Paseo del Prado, es un ejemplo de pavimentación incorrecta. Al reasfaltarla, en vez de eliminar la vieja capa asfáltica, se tendió la nueva sobre ella elevándose el nivel de la vía con el consiguiente hundimiento de los registros evacuadores, lo que provoca estancamiento de fluidos y molestos y peligrosos baches.
El reparto Pastorita, a la entrada de la ciudad, es la zona más complicada debido a la abundancia de los amontonamientos de basura, cloacas desbordadas y roturas de las tuberías de agua potable, algo que se reitera en zonas cercanas al parque José Martí, área monumental declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Remedando los versos del poeta argentino Fernández Moreno, seré cienfueguero hasta la muerte. Por eso mi orgullo se siente lastimado al apreciar el creciente deterioro de una de las ciudades más hermosas de Cuba.
Ojalá que el bicentenario de la Perla del Sur obligue a las autoridades a abandonar las acciones paliativas y realicen otras trascententes y profundas que coloquen nuevamente a Cienfuegos en el lugar que merece. Quizás así los turistas, en vez de dirigir su atención a lunares sociales perfectamente evitables, la dirijan hacia la esplendorosa belleza de sus edificaciones, naturaleza y gente. Entonces sí será un gustazo cantar la famosa canción del Benny Moré.