LA HABANA, Cuba. -Pescadores cubanos esperan con ansias la temporada de tortugas en Cuba. Con solo 5 tortugas de carey cazadas, pueden descansar tranquilos hasta la nueva temporada. El precio de la tortuga de carey se disparó desde el año anterior, donde una libra de conchas de esta especie comenzó a valer 300 dólares. En el presente su valor alcanza los 500. La temporada comienza en abril y termina en octubre.
Según un pescador que pidió el anonimato, “este año me compraré una motocicleta con solo tres careyes”. “Ahora sí termino de arreglar mi casa”, agrega.
Otro pescador declaró que su record de captura hasta el momento ha sido de 14 careyes, cifra que logró en el 2009. “En el 2014 terminé con 42 capturas”, repartidas mayormente en tortugas y caguamas. “Solo pude atrapar una tortuga de carey”, dijo.
La libra de carne de las tres especies tiene un valor en el mercado negro de 2 dólares y es perseguida por las autoridades. La pesca en Cuba solo se autoriza los fines de semana además los pescadores tienen que tener un carnet de pesca deportiva que tienen un valor anual de 200 pesos cubanos.
Un pescador atrapado incumpliendo estas leyes, recibe una multa de 1500 pesos, más el decomiso de todo lo que traiga consigo, incluyendo equipo de pesca -aletas, escopeta, careta, cuchillo, etc-.
Cómo se capturan estos quelonios
Mediante paños de 6 metros de altura con 80 metros de largo, colocados en el mar, se logra atrapar una de estas especias. En Santa Cruz del Norte se estima un aproximado de 20 pescadores dedicados a la caza ilícita, conocidos como caguameros.
“Después de soltar los paños y sujetarlos en el fondo marino, queda revisar diariamente, para ver si algo se enredó”, explica un pescador. Los paños son tejidos por ellos mismos, y solo se pueden atrapar quelonios, tiburones o mantas. “Especies de gran tamaño”, dice
“Cuando llegamos, ya están muertas las tortugas o muy agotadas por la falta de oxígeno. Son resistentes, se dice que pueden estar más de 60 minutos sumergidas, pero si caen en la tarde noche, hasta el amanecer no revisamos. Estamos hablando de más de 8 horas”, concluye el pescador.
Quién controla
La guardia costera de Santa Cruz del Norte recorre el área con una embarcación, que lleva un gancho para sacar los paños. Realizan esto un par de veces al año. Pero es insuficiente, pues los pescadores afectados vuelven a poner paños en las zonas donde el barco arrancó sus telas.
Uno de nuestros entrevistados ha sido afectado en varias ocasiones por el control de la guardia costera para combatir la captura de estas especies. “El año pasado tuve que poner todas las telas nuevas, las que teníaa fueron arrancadas y las que se quedaron estaban dañadas”, expresó enojado.
La temporada está al comenzar. Los pescadores en Santa Cruz del Norte se afilan los dientes por la caída de algún carey. Estando esta especie en peligro de extinción, las autoridades locales quizá aumenten la vigilancia en esta zona de pesca.