ARTEMISA, Cuba. -Indignados andan los vecinos del poblado artemiseño de Cabañas, pues el pasado 17 de noviembre, para el velorio de un bebé fallecido luego de sólo 45 días de vida, familiares y vecinos tuvieron que recoger flores para hacer unas coronas debido a que los servicios necrológicos municipales no tenían disponibles. Sin embargo, en el acto político del 20 de noviembre se vieron suntuosas coronas en ofrenda a los denominados “mártires de Cabañas”.
El ataúd en que velaron al niño, según afirma la residente de Cabañas Mayra González que acudió a velorio, “parecía sacado de un basurero, la tela del forro estaba sucia y llena de moho, la confección pésima y para colmo, no tenía cristal y los insectos comenzaron a entrar, por lo que hubo que colocar un cristal más grande. ¡Es un bochorno, una falta de respeto a los pobres!”.
En la consulta periódica del día 15, el médico encontró al niño en buen estado. Desde la mañana del 16 se negó a lactar y en la noche comenzó a manifestar falta de aire. Sobre las diez de la noche le llevaron a la policlínica local en la cual los profesionales no fueron capaces de canalizarle la vena para alimentarlo e hidratarlo, entonces lo remitieron al hospital pediátrico provincial de Guanajay. Allí tampoco le alimentaron ni hidrataron vía parenteral.
Horas después lo trasladaron al hospital de San Cristóbal pero falleció durante el trayecto hacia el mismo. Tres médicos, que pidieron no ser identificados por temor a perder sus trabajos, coinciden en que al no recibir alimento alguno por tantas horas, el bebé pudo sufrir hipoglicemia, deshidratación o ambas a la vez, que terminaron provocándole la muerte.
Los análisis de los órganos para determinar la causa del fallecimiento, demoran 21 días, por lo que hasta alrededor del 7 de diciembre no estarán los resultados. Por el momento, la causa de muerte declarada oficialmente es “desconocida” según reza en el certificado de defunción.