LA HABANA, Cuba.- La noche de este sábado, 8:30 p.m. en el Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, fue el estreno mundial de la Gala Ballet Royalty, un espectáculo que refleja el creciente acercamiento cultural entre Cuba y Estados Unidos. El propósito esencial ha sido reunir a aquilatados bailarines de todo el orbe y traerlos a Cuba para que el exigente público antillano pueda apreciar los talentos que actualmente hacen carrera en prestigiosas compañías estadounidenses.
El Gran Teatro acogerá la premier por la reconocida tradición que ha cimentado la Isla en el ballet; pero también porque en su escenario han bailado los más connotados intérpretes de la danza clásica universal.
Durante la rueda de prensa celebrada este viernes en la sala Ernesto Lecuona del emblemático inmueble, estuvieron presentes el cubano Rodrigo Almarales, primer bailarín del Cincinatti Ballet y fundador del proyecto Improvedance, Christopher Lingner, director técnico del espectáculo, Noel Bonilla, consejero artístico del GTH, e Ismael Albelo, manager general y asistente de producción.
Según expresó el propio Almarales, artífice del proyecto: “no se trata de una compañía, sino de un encuentro atipico, ocasional, que amalgama a intérpretes de formación clásica”.
Entre las importantes figuras que ejecutarán desde la infaltable “Sílfide” hasta “Les Bourgeois”, de Ben Van Cawenbergh, se encuentran entre otros, Misa Kuranaga, primera bailarina del Boston Ballet, Semyon Chudin, primer bailarín del Ballet Bolshoi, Iana Salenko, primera bailarina del Ballet de Berlín, Ivan Vasiliev y Daniil Simkin, primeros bailarines del American Ballet Theatre, María Kochetkova, primera bailarina del San Francisco Ballet, y la cubana Adiarys Almeida, primera bailarina internacional.
A pesar de la escasa promoción que ha tenido el exclusivo espectáculo, las capacidades se agotaron el pasado martes 16 de agosto, apenas una hora después de abierta la taquilla del Gran Teatro, lo cual evidencia que o bien los balletómanos de casa rastrean como sabuesos cada estreno, o ya todo estaba repartido entre el gremio habitual, compuesto por los privilegiados de siempre y los muchos extranjeros que ocupan las mejores plazas del teatro más famoso de Cuba.
Para los simples mortales queda la nada confiable opción de una pantalla ubicada en la calle San José, que transmitirá el show “en vivo” para una trescientas personas. Algo similar intentó hacerse durante el estreno de la compañía Acosta Danza, ocasión en la cual la pantalla no funcionó tras haber hecho esperar al público por más de una hora. La Ballet Royalty Gala será transmitida además vía Internet.