LA HABANA, Cuba.- Este 16 de noviembre la ciudad de La Habana cumplió 497 años de fundada. Ese día de 1519, bajo una frondosa ceiba junto a la bahía, se celebró el primer cabildo y la primera misa para bendecir a la villa de San Cristóbal.
En 1754 el gobernador Francisco Cagigal de la Vega hizo construir en el lugar un obelisco conmemorativo con una inscripción en latín y otra en castellano. Luego, en 1827, el capitán general Francisco Dionisio Vives mandó a erigir un pequeño templete rectangular de estilo neoclásico en cuyo jardín se plantaron otras tres ceibas procedentes de una finca de Lawton. El árbol actual, de una década de vida, fue trasplantado recientemente desde la provincia Artemisa.
El comercio marítimo favoreció el desarrollo de la villa. Ya en el siglo XVIII miles de barcos entraban por la bahía para cargar azúcar y descargar mercancías, por lo que La Habana se convirtió en una de las ciudades más ricas del mundo. Se decía que Cuba era una de las colonias más cultas de España, donde eran tradicionales las tertulias literarias y se publicaban revistas de arte y de letras. Nuestra ciudad era conocida como el París de las Antillas.
Actualmente nuestra capital es la provincia con menos extensión territorial, pero la más poblada, con más de dos millones de habitantes. Según una fuente autorizada que pidió no ser identificada, se calcula medio millón de “indocumentados” (personas provenientes de otras provincias, a quienes no se les permite fijar su residencia en la capital ni trasladar su libreta de racionamiento).
Recientemente, Eusebio Leal, historiador de la ciudad, se refirió a diversas obras llevadas a cabo en la parte antigua, casi todas con fines turísticos. Sin embargo, La Habana no solo es su Casco Histórico, el Vedado metropolita o el Miramar de las embajadas.
Existen, en cambio, quince municipios. Uno de ellos, Centro Habana, se mantiene como principal centro de comercio del país. Se calcula que sus calles son recorridas diariamente por alrededor de medio millón de personas. La fragilidad de sus edificios, evidenciada en los frecuentes derrumbes, y el hacinamiento —el 30 % de las personas viven en ciudadelas—, ofrece una imagen deprimente del municipio.
Los edificios más críticos se hallan en el área del Malecón. Según datos del último censo de población y viviendas (revista Bohemia, 16 de octubre de 2015), “más de 3 000 núcleos familiares viven en edificaciones apuntaladas y en peligro de derrumbe. En la provincia, más de 40 000 domicilios están evaluados con problemas serios, y de estos el 70 % requiere demolición total o parcial. A ello se suma la precaria situación habitacional en más de 10 000 ciudadelas y cuarterías, la existencia de 109 comunidades de tránsito donde se albergan 3 285 núcleos familiares que han perdido su casa o temen un desplome, así como las 20 644 viviendas en barrios insalubres y lugares precarios.”
Sobre la acumulación de basura en las calles, el propio artículo refiere: “Para erradicar la fea imagen de los vertederos de basura en cualquier esquina, la capital tendrá que completar los cargos de los directivos municipales, transformar la organización del trabajo, además de recibir más recursos. El déficit de cuadros se debe a violaciones, mal trabajo, robos y desvíos de recursos (…)”
La Habana conmemora su 497 aniversario en un estado lamentable. Oscuridad, basurales, salideros de agua potable y albañal, calles destruidas, individuos sin normas de convivencia que contaminan con ruido y desechos, son algunos de los múltiples problemas que sufrimos a diario quienes la habitamos. No obstante, el 7 de diciembre de 2014 la capital de no todos los cubanos fue escogida como una de las nuevas siete ciudades maravilla del mundo. Quienes votaron por ella probablemente solo visitaron el casco histórico, el Vedado y Miramar.