LA HABANA, Cuba.- La cadena estatal nacional “Ideal” que oferta alimentos, bebidas y otros artículos gastronómicos no racionados por la Libreta de Abastecimientos, “vendió arroz con gusanos en la tienda ‘Amanecer’ atendida por los almacenes Unidad 408 de calle Heredia, en Cruces, provincia Cienfuegos”, comenta Carlos Reyes Consuegra, residente en esa ciudad.
Añade que el hecho “sucede desde hace tres meses a pesar de quejas de clientes que necesitan comprar el cereal en venta libre a precios tolerables, porque las siete libras per cápita mensuales con precios subvencionados apenas alcanzan para una semana y en tiendas dolarizadas resultan demasiados caros. Está prohibido a los productores individuales y cooperativistas vender directamente a la población, función a cargo de los ministerios de la Agricultura y Comercio Interior”.
Meses atrás se denunció que otro mercado “Ideal” en Guanabo, Habana del Este, vendió frijoles, chícharos y espaguetis minados de gorgojosos.
Alfredo Utset León, de 51 años, residente en San Agustín No.975, Arroyo Naranjo, La Habana es veterinario y técnico agrícola. Actualmente trabaja como cartero de la empresa Correos de Cuba y explica sobre la presencia de insectos en esos alimentos.
“El problema por lo general parte del campo: mala atención a los cultivos y fumigación que no se hace a tiempo, o con mala calidad. O emplean plaguicidas no recomendados por especialistas y las cosechas pueden adquirir plagas. Otra causa de infestación es usar envases (sacos) reciclados que contuvieron arroz, frijoles, chícharos o harina de trigo recogidos en los establecimientos minoristas que el Ministerio de Comercio Interior entrega a la Agricultura, sin lavar ni desinfectar para reenvasar productos agrícolas”, detalla Utset.
Ernesto Herrera Viel, estibador desde hace catorce años en los almacenes de la Empresa de Comercio y Gastronomía en calle 100 y 20 del capitalino municipio Cotorro, opina: “Tanto arroz como granos, si permanecen demasiado tiempo cosechados sin ser almacenados –y peor, sin refrigeración–, entre ocho meses a un año desarrollan plagas. A veces el arroz importado llega húmedo o mojado del barco. Entonces se recicla en los molinos, mejora su aspecto y se vende, pero al cocinarse queda pastoso, no del gusto de los consumidores”.
Añade que “también perjudica, el goteo de la refrigeración sobre los productos almacenados. Otro problema es cuando llueve: muchos techos de almacenes filtran lluvia y los trabajadores ponemos tapacetes sobre las estibas para protegerlas. El salario básico mensual del estibador es 235 pesos (unos diez dólares) y cobramos veinte centavos extras por cada saco que cargamos del camión-rastra a los pallets y otros veinte centavos por cargarlo del pallet al almacén”.
Herrera reside en calle Camilo Cienfuegos, entre Sexta y Séptima, Reparto Eléctrico, Arroyo Naranjo, La Habana.
Problemas burocráticos y de transportación ponen en riesgo que el plato con arroz y frijoles llegue a tiempo a la mesa, como señala un reportaje del oficialista periódico Trabajadores, porque los almacenes del puerto de La Habana y de otros en el país “permanecen abarrotados de mercancías, principalmente alimentos, pues los niveles de transportación actuales no satisfacen la demanda (…) Había un solo camión en la entrada de la terminal Andrés González Lines para cargar 35 toneladas de frijoles en una jornada de trabajo (…) Comprobamos después que era el único planificado para ese día”. Francisco Orozco, un jefe de brigada, dijo al medio oficialista: “Tenemos 26 brigadas, pero ahora existe una. En el almacén dos tenemos fertilizante, el cual está destilando debido al tiempo que lleva ahí”.
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