CIENFUEGOS, Cuba.- Por tercera vez en el trascurso de un mes la Seguridad del Estado la emprende contra el activista LGBTI Nelson Gandulla Díaz. En esta ocasión fue llevado detenido junto con su pareja, Yordany Oliva Rosell, a una unidad policial tras lo cual su domicilio fue sometido a un registro del que resultó el decomiso de bienes personales.
Gandulla se encontraba el pasado este jueves sobre las 11:00 a.m. en las oficinas de Inmigración y Extranjería (IE), a donde había ido para indagar sobre una restricción de viaje que existe en su contra y que le impidió viajar a Colombia el pasado 9 de enero.
Dos días antes de su pretendida visita al país suramericano, había llegado a su casa una citación firmada por el “capitán Ihosvani”, para que se presentara el domingo 8 de enero, a las 10:00 a.m. en esas oficinas. Como se encontraba fuera de provincia no pudo asistir.
Tras notificar a la recepcionista de I.E el motivo de su presencia, ésta lo informó a un oficial, quien le pidió el pasaporte y les dijo que esperaran.
“Nos tuvieron una hora esperando. De buenas a primera llegó un carro patrulla, el número 216, el capitán Ihosvani nos pidió los móviles y nos dijo que teníamos que acompañar a los patrulleros hasta la Primera Unidad de la Policía”, relata Gandulla.
Según el activista, al pedir que le informasen las causas por la que era detenido, el capitán le respondió que en la unidad se enteraría. “Ya en la Unidad me explicaron que desde el pasado 9 de enero se había emitido una orden de registro a mi domicilio, pues tenían información que me estaba conectando ilegalmente al Internet desde la casa”, dijo el entrevistado.
“Me montaron en un carro donde viajaban un oficial, un instructor y un perito. Delante viajaba otro carro donde iban cuatro personas, entre ellos dos presos que momentos antes estaban trabajando en la construcción, reparando la Unidad, y que fueron los testigos que emplearon.”
Recuerda Rosell que al llegar a la casa le esperaban ingenieros de las telecomunicaciones, y entre diez y quince efectivos de la Seguridad del Estado, que portaban cámaras de video y fotos para dejar constancia de todo el proceso.
“Querían decomisarme una impresora. Al final no lo hicieron. Lo que sí se llevaron fue un receptor de DirecTV que decomisaron”, expresa Gandulla, quien refiere que de allí fue llevado nuevamente a la Unidad donde un instructor de la policía levantó un acta de decomiso y le notifico que retendría hasta el lunes los celulares y una mini laptop que portaban los activistas en el momento de la detención.