Alex Flores
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La Habana, Cuba
¿Museos? Sí, aunque en verdad se les debería llamar “santuarios de la revolución” a las galerías en donde se exalta la guerra revolucionaria encabezada por Fidel Castro, por el nivel de devoción que se observa en sus muestras.
La historia de la revolución cubana y los sucesos posteriores que han marcado la vida de esa nación en el último medio siglo están contadas entre paredes y al aire libre en distintos museos que adornan La Habana.
Uno de las más emblemáticas salas de exhibición es el Museo de la Revolución, en donde se expone desde el yate Granma, usado por Fidel para ingresar a Cuba en el inicio de la invasión en 1958, hasta el tanque soviético Sau-100 que disparó el Comandante contra el buque Houston en la Bahía Cochinos.
Este inmueble, creado el 12 de diciembre de 1959, tiene distintos artículos de la época instalados en suntuosas salas.
El edificio es un derroche de mármol en su interior, que es visitado por unas 300 mil personas al año, entre cubanos y extranjeros.
Todos los objetos resumen 30 años de historia, desde 1959 hasta 1989, pero se hace énfasis a los primeros años del triunfo de la revolución castrista.
El museo fue utilizado por el ex dictador Fulgencio Batista como palacio presidencial, pero luego de su derrocamiento, el ministro de las Fuerzas Armadas de la Revolución, Raúl Castro, decretó para que fuese una galería.
Actualmente está en proceso de restauración en una de sus fachadas.
Existe una innumerable cantidad de piezas históricas que fueron utilizadas en el proceso revolucionario.
La gente también puede apreciar un acribillado carro del correo usado por soldados de Fidel.
Simbolismo
Como homenaje a quienes perdieron la vida en los albores de las Revolución, se muestran en vitrinas la indumentaria de reos que estaban en el cuartel Moncada cuando fue invadido por un grupo de disidentes armados dirigidos por Fidel Castro el 26 de julio de 1956.
Un figura de cera del “Che” Guevara en medio de una selva artificial muestra la exaltación que hay para este personaje.
En el exterior del museo se encuentra la Garita del Ángel, como se le denomina al resto de la pared que amurallaba La Habana en la época colonial.
También hay un carro Land Rover que Fidel Castro manejó en la última etapa de la guerra de liberación, el cual presenta varios impactos de bala.
El fuselaje de un avión estadounidense derribado por los guerrilleros revolucionarios engalana esta sala, al igual que otros que fueron usados en ese tiempo.
Memoria al “Che”
La Fortaleza Cabañas es otro sitio dedicado a la revolución, específicamente a Ernesto “Che” Guevara, ya que ese sitio le fue dado para que montara su cuartel.
A unos cuantos pasos de ahí se encuentra la casa en donde vivió el “Che” y en la que hay múltiples objetos que le pertenecieron a amigos cercanos a él.
En vitrinas se exhiben las piezas de odontología que usó el guerrillero, así como la mesa en donde comía cuando estaba enmontañado.
Incluso, se mantiene conservada la habitación donde dormía y la oficina donde trabajaba cuando no lo hacía desde el cuartel.
En una loma aledaña a este museo se encuentra una exposición permanente de los misiles soviéticos que Estados Unidos detectó en territorio cubano en 1962 y que desataron la denominada crisis de los misiles.
Estos museos son uno de los principales atractivos para millares de turistas que cada año visitan la isla, aunque la isla, por sí misma, es un gigantesco museo que expone, pese a los años, su majestuosa arquitectura.