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| Enero 16, 2007
Bejucal y la suerte que no tuvo La Habana Reinaldo Cosano Alén,
Sindical Press LA HABANA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - La Habana
y Bejucal compartieron antaño su buena suerte al quedar conectadas ambas
ciudades por ferrocarril el 19 de noviembre de 1837, fecha que marca la inauguración
de este medio de transporte en Cuba, incluso antes que la metrópoli española.
Sin embargo, en 2006 cupo a Bejucal, localidad agrícola al sur de la
capital, la suerte que no tuvo La Habana: celebrar su fiesta de carnaval, más
conocida como "Las charangas de Bejucal". Como reza el refrán
popular, La Habana se quedó convidada, vestida y sin bailar. Convidada
porque su carnaval de 2006 fue programado para iniciarse en la primera semana
de agosto. Vestida para la fiesta porque fue engalanada y acondicionada la avenida
del Malecón para acoger a los habaneros. Y sin poder bailar, porque fue
suspendida la más esperada fiesta popular sin explicación alguna.
Las charangas de Bejucal -música, canto, danza, rey momo- es uno de
los festejos más antiguos de Cuba. El pueblo se divide en dos bandos tradicionales:
"La espina de oro" y "La ceiba de plata", los cuales compiten
con sus respectivas comparsas y carrozas, dejando a un lado los rigores existenciales
de cada día, y disfrutando de las buenas ofertas de comidas y bebidas.
La comparsa del bando "La espina de oro" tuvo como lema, Somos
Cuba. Y La Ceiba de plata, Música, danza, tradición. Cada año,
Las Charangas se trasladan a otros pueblos y ciudades de provincia La Habana y
del centro y occidente del país, con el propósito de expandir las
fiestas, para que se mantengan vivas dentro y fuera de Bejucal. CubaNet
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