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Noviembre 2,
2006
Nefasto y los siete contra Tembas
Víctor Manuel Domínguez, Sindical Press
LA HABANA, Cuba - Noviembre (www.cubanet.org) - Comprendo que al llegar
a la edad en que la intermitencia de un juanete duele más que la
negación de una visa, hiere tanto como la foto de un bistec recién
nacido, o apabulla igual que una marcha del pueblo combatiente por el
derecho de los esquimales a tener tierra donde cultivar sus viandas, el
menor contratiempo resulta un cataclismo.
Por eso me preocupa la actitud de quienes al llegar a la categoría
de "tembas", "puros", abuelos, en una palabra, jubilados,
hacen de las pequeñas y frecuentes impedimentas para cobrar sus
pensiones una tragedia griega, cuado en realidad se trata de un bonche
cubano.
Que siete municipios de la capital no tuvieran dinero durante el mes
de julio, y otras decenas a lo largo y ancho del país carezcan
del mismo a cada rato, no son indicadores de que tiremos el dinero de
los viejos a mondongo, ni mucho menos que olvidemos lo establecido en
el código laboral cubano, que asegura el pago de los trabajadores
y jubilados en la fecha que corresponde, o antes.
Y mucho menos se puede admitir que califiquen a estos correos como Los
siete contra Tembas -cual si fuera la trágica obra de Esquilo-
por no tener fondos para el pago, pues cuando más sería
una "cubedia" al estilo de Antón Arrufat, quien fuera
condenado a encajonar libros viejos durante once años por parodiar
al griego en el Caribe.
Además, ¿quién podría olvidar el cobro de
los jubilados si tres días antes de la fecha un mar de ancianos
rebosantes de felicidad inundan los portales y aceras de las oficinas
de correos para matar el tiempo, conversar de sus éxitos y encender
las mañanas con el pregón de sus habituales entretenimientos:
"coge tu cigarrito aquí: sueltos y amarrados; la prensa, vaya,
el Granma, Juventud Rebelde; maní garapiñado a peso",
entre otras ofertas culturales y recreativas?
Habría que ser demasiado injusto para calificar de incapaces,
nulos, torpes, ineptos, a funcionarios y trabajadores destacados que sólo
muestran en parte estos problemas, y a plenitud sólo carecen, con
emulativa frecuencia, de insensibilidad, conciencia y otras gracias que
nos llegan a través de algunas resquebrajaduras morales del bloqueo.
¿Cómo pasar por alto la premura con la que respondieron
a los quejosos jubilados, si antes de llegar a la denuncia 3.000 por la
falta de fondos para las pensiones, reconocen que hubo problemas de efectivo
para realizar los pagos, motivado por la entrada fuera término
de tiempo establecido, del dinero para el pago de la asistencia social"
¿De qué forma calificar de morosos a quienes reconocen
que tal situación se había registrado en meses anteriores,
y ya se organizan encuentros, seminarios, cónclaves y congresos
para analizar las insuficiencias que provocan las tormentas de impagos
y, además, se realizan ajustes y nuevas variantes que evitarán
otras demoras de este tipo?
Los jubilados pueden estar seguros que si se demoran seis meses para
cobrar, la causa no será la falta de dinero, la ineficiencia ni
la insensibilidad, sino la prolongación de los debates, el profundo
análisis científico de cómo pagar una chequera en
tiempo, y la sin igual tarea de aprender a sumar, restar, multiplicar
y ubicarse en el día, el mes y año que transcurre ante tan
inédito reto.
El nuevo compromiso asumido por los "promesistas-2 del grupo de
trabajo integrado por funcionarios de los ministerios de Trabajo y Seguridad
Social, de Finanzas y Precios, el Banco Central de Cuba, El Banco Metropolitano,
El gobierno de Ciudad de La Habana, y la Empresa de Correos de Cuba, no
deja margen a dudas: evitarán dilaciones en los pagos a jubilados.
Si usted duda de la veracidad en el cumplimiento de esa nueva promesa,
o piensa que es otra tomadura de pelo, seguramente no anda claro y puede
ser sancionado por apático, hipercrítico y otros delitos
de suma gravedad en el país del todo marcha bien.
Pero si cree que todo será solucionado, diríjase a la
oficina de correo más cercana a su hogar, anuncie la nueva buena
a los jubilosos jubilados, y entonces lo harán bailar a ritmo de
bastón en su cabeza, se comerá dos Granma y un Juventud
Rebelde, y tal vez se sume al pregón de vendedores de maní
que no lo venden por necesidad, sino por rendir homenaje a Rita Montaner,
Bola de Nieve y Moisés Simmons, como aseguro yo, Nefasto "El
promesista".
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