Esta Sección



NoticiasDenunciasDocumentosArtículosOrganizacionesEnlaces
CubaNet

Febrero 17, 2006

Nefasto "El conferencista" Boza

Víctor Manuel Domínguez, Lux Info Press

LA HABANA, Cuba - Febrero (www.cubanet.org) - En esta época de predicciones, augurios, análisis, anticipación y adivinanzas de lo que acontecerá a una persona, familia, país o el universo, muchos periodistas de los medios de comunicación cubanos llevan la delantera.

No por dar en el blanco, acercarse al vaticinio o siquiera rozar con una sílaba lo que ocurrirá, sino por sembrar el temor, la duda, y más que nada el compromiso de quienes se ven obligados en medio de un campo minado a sentencias y premoniciones, a reír, llorar, dar brincos, soltar una bofetada, dejarse el bigote, no montarse al tren, si quieren cumplir con su Carta Astral de vida hacia la muerte, de triunfo rumbo al fracaso, o en ruta de lo sublime a lo ridículo.

La cuestión es que, como decimos los cubanos, te meten en candela sin contar contigo, aún sin saber de qué vas o cuál vía deseas.

Si un santero te anuncia que busques una gallina blanca con pespuntes negros, un chivo con rayas como cebras o un carnero que recite dos versículos de El Capital si no quieres sufrir un mal de ojo, de sirimbas, patatús, chiflío, empacho, tabardillo, o de siete años de mala suerte sin encontrar mujer ni siquiera en el jinetódromo de Monte y Cienfuegos, allá tienes que ir como Juan que se mata para evitar el maleficio, la enfermedad o la abstinencia sexual.

De ser un administrativo quien te anuncia la innegable racionalización de la plaza que desempeñas como Contador de Goteras A y Salideros B en el hospital Miguel Enríquez por culpa de una ola de calor en Moscú que derritió los árboles de higo con los que se fabrica el material impermeabilizante de las techumbres y oquedades cubanas, pides la baja de tu empleo y te vas a vender pócimas de berenjenas agrias contra el asma en los portales de los almacenes Ultra, en Centro Habana.

Y ni hablar si un político se adueña, enseñorea, hace uso de tus supuestos sentimientos y disposición de morir como Cafunga por el derecho de las cigüeñas a ser consideradas por la ONU "Viajeras de Buena Voluntad". Culminar una obra constructiva con cinco años de antelación. Donar tres libras de tu excesiva cuota de arroz a los vietnamitas. O tan sólo aclarar frente a una multitudinaria asamblea vecinal que la puerta que creíste azul durante tantos años era más roja que un tomate de estación, según los sabios consejos, las esclarecedoras críticas y las actas de advertencia del jefe de sector de la policía en tu zona de residencia.

Pero donde se le pone la tapa al pomo, se va de rosca la tuerca y le falla el guayo a Catalina, es en el problema de las conferencias, pues sólo conociendo el lugar donde se impartirá, y a veces al expositor, son calificadas de magistrales por los medios de comunicación cubanos.

Para nada hace falta conocer el tema, dejar que concluya la conferencia, ni prever que en el ínterin puedes ser víctima de un ataque de tos, que se rompa el audio, se clausure la sede por Salud Pública ante una ola no planificada de mosquitos Aedes y jejenes imperiales, o se haya llevado a los espontáneos oyentes programados a un juego de béisbol, una marcha combativa o al parque Lenin, entre otras opciones recreativas y voluntarias que acontecen a diario en nuestro país.

¿Alguien se puede imaginar el apuro, el sofoco, la intranquilidad y el desbarajuste "tétrico" ante un matusalénico auditorio de un Círculo de Abuelos invitados a la "Conferencia Magistral que impartirá Nefasto Boza", cuando el tema sea El embarazo precoz en las Adolescentes, las Técnicas para Bailar la Samba, el Hip Hop y el Tiqui-Tiqui en la Pubertad, o Cómo debe Administrar sus Fuerzas y Juanetes un Joven en una Carrera de Maratón sin Tenis?

¡Sería el acabóse! No quedaría un bastón sin chocar contra mi cabeza como advertencia sabia de que "más sabe el Diablo por viejo que por Diablo. Creerían que les tomé las canas, les injurié las arrugas o les quiero aliviar los tembleques, como decía entre risas mi abuela María cuando con 84 años la invitaba a bailar.

No se debe poner la carreta delante de los bueyes, despreciar el científico eslogan de que "el muerto adelante y la gritería atrás", y mucho menos mi clásica sentencia "primero escucho; luego hablo".

¿Qué sucedería si en medio de una consulta de diabéticos yo imparto la conferencia La Tortica de Morón: Sicopatología y Violencia en el comportamiento y los ronquidos de los pacientes aquejados por el mal que la consuman, cero azúcar, y por su bien acabamos con los cañaverales?

¿Saldría vivo de una conferencia ante una asamblea de dirigentes sindicales que lleve como título "Pendejón González, un luchador por los derechos de los trabajadores que a los 50 años se enteró de que el salario mínimo era tan bajo que se podía duplicar de un plumazo?

En ese tipo de eventos hay que ser selectivos, reunir personas que se sientan enriquecidas por el tema, esclarecidos en su rol de no estar obligados a entender nada, sólo concluir una jornada más de trabajo, dar cumplimiento a una misión cederista, demostrar la voluntariedad y cultura de la dirigencia obrera, y en buen cubano, matar la guanaja sin buscarse problemas.

Nunca podré olvidar aquel orador embarcado por los organizadores de un mitin en el poblado de Aura -hoy Floro Pérez-, allá en Holguín, que sin saber a qué público se enfrentaba inició su discurso con el homenaje al gentilicio de la localidad y el público presente.

¡Pueblo de Aura! ¡Aureros todos! ¡Aquí no hay hombres, aquí son… y la palabra héroes la vino a expresar cuando salió del coma traumático, después del aguacero de piedras, botellas, plátanos, zapatos, sombreros y boniatos que le prodigaron los indignados y valerosos habitantes de un pueblo escarnecido con el ignominioso sustantivo de tiñosa.

Por eso es que me rebelo ante estos anuncios subversivos y comprometedores que ponen en la picota pública la vida y obra de un ser que, como el conferenciante y su tema, pueden ser diasepánicos, diuréticos, ansiolíticos y laxantes de acuerdo al nivel cultural y el estado de ánimo del auditorio.

Es hora de ser más objetivos, atenerse a los hechos consumados y no clasificar a un ciudadano de libidinoso, contrarrevolucionario, ladrón o magistral conferencista porque leyó el Kamasutra, envolvió dos libras de tilapias clandestinas en una foto de Mao, se durmió de pesar recostado a la puerta de una Casa de Cambio, o se atreve a sentarse frente a un público a desbarrar de cuestiones que no les interesan o entienden los demás, respectivamente.

Un ejemplo de las incomprensiones, desajustes y controversias que genera el resultado final de lo que se anuncia con lo que se vende, lo viví durante mi conferencia La Sombrilla Amarilla, la Miopía de los Intelectuales Apocalípticos y el Son de la Bibijagua en la Postmodernidad.

Cuando expresé la conveniencia de apagar el sol por unos meses ante el reclamo de los africanos, nueve turistas españoles, ocho americanos, dos rusos, seis hindúes, cuatro haitianos y diez alemanes que fotografiaban la caca de perro, los derrumbes y los manantiales de aguas negras que circundaban el lugar, comenzaron a lanzarme todo tipo de recipientes con cremas contra el sol hasta totalizar 150 marcas diferentes con un precio general de cinco mil dólares.

¡Y ni traducir los improperios que decían en todos los idiomas y dialectos de sus respectivos países! ¡Fue unánime el rechazo!

Mientras unos decían que la solución era dotar a los pobladores de ese continente con sombreros y sombrillas de cualquier material o color, y otros argumentaban que se debían mandar de vacaciones a Siberia durante el verano, todos se pusieron de acuerdo para gritar que era antidemocrático suspender el turismo de sol, playa y ron para los extranjeros.

Embadurnado de cremas y lociones hasta el pelo, me senté a esperar por la reacción de los intelectuales Miopes Apocalípticos que se quitaban boinas, pañuelos anudados al cuello, chamarretas, pipas, sandalias y lanzaban al aire o contra mí el libro Las Ollas Abiertas de América Latina y otros pueblos hermanos del Tercer Mundo, en un furioso ataque que deshojó unos treinta y tres ejemplares sobre mi cabeza.

¡Qué galimatías! ¡Cuánta pasión en defender su criterio descalificando el de otros con plumas de gansos, rugidos esterilizados, sonrosamientos éticos y ronqueras por el viento de las tribunas y los viajes transoceánicos desde un hotel de lujo en Davos o Madrid, a un bungalow aséptico y refrigerado en la maleza de una guerrilla marxista de salón en Chiapas o San Vicente del Caguán!

Atónito ante tanta libertad de expresión, decidí aguardar las opiniones sobre mi tercera propuesta.

Un roquero al que sólo se le distinguía un ojo debajo del tatuaje, se colocó a dos metros de mí y comenzó a convulsionar al parecer por la música que le llegaba a través de los audífonos, o contra mi propuesta de sustituir la música estruendosa en la mayoría de las programaciones de las emisores cubanos por el Son de la Bibijagua y otros ritmos tradicionales en el país.

Un trovador y su admiradora, ambos con un olor a foete de cochero hasta el desmayo y el cabello peinado por una tormenta, se acercaron también.

El del bicitaxi, ya en los últimos estertores que le provocaba un raegetón que a toda voz amplificaba por la reproductora artesanal de su vehículo, subió al armatoste y se puso a mi lado.

Cuando la violinista se acercaba sonreía y envuelta en su brilloso trajecito de forro de ataúd, ahí mismo se me apagó la luz aunque era de día.

Dicen quienes desde los gajos de los árboles miraban la paliza, que entre golpes y patadas sólo se oían -a ritmo de fusión en gritería sostenida- las notas rabiosas de "anticuado, anciano, rancio, provecto, primitivo, añejo, fósil, antediluviano, trasnochado", entre otras muestras de reconocimiento al magisterio en el vocabulario progresista y juvenil.

Esto indica que ante el anuncio de una conferencia magistral no realizada, debe garantizarse el aseguramiento de un batallón de policías, dos carros de bomberos, una ambulancia y una escuadra de francotiradores de maní en los cines para que avise al conferenciaste que el da'o se está poniendo feo.

Además, se debe dotar al conferencista con un chaleco anticroquetas, una escafandra submarina, una armadura medieval, y si el público es joven y cubano, un casco para motoristas y un peto y una rodillera de receptor de béisbol.

De lo contrario, quien diga que la conferencia será magistral y el público selecto, que se siente junto a mí en la mesa para compartir el júbilo de los oyentes y los objetos de la premiación.

Cumplidos estos pequeños requisitos, cercado el escenario, entonces sí podrían anunciar el desarrollo de una conferencia magistral, aunque no se haya realizado.

LUX INFO-PRESS
Agencia Cubana Independiente de Información y Prensa
E-mail: Fsindical@aol.com

CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente.

 

SECCIONES

Noticias | Artículos | Documentos | Denuncias | Organizaciones | Esta Sección

SECCIONES EN CUBANET

...... NOTICIAS ...... Prensa Independiente | Prensa Internacional | Prensa Gubernamental ......
...... BUSQUEDAS ...... Archivos | Búsquedas | Enlaces ......
...... INDEPENDIENTES ...... Cooperativas Agrícolas | Movimiento Sindical | Bibliotecas ......
...... DEL LECTOR ...... Cartas | Debate | Opinión ......
...... CULTURA ...... Artes Plásticas | Fotos de Cuba | Anillas de Tabaco ......
...... CUBANET ...... Semanario | Quiénes Somos | Informe 1998 | Correo Eléctronico ......
...... OTROS IDIOMAS ...... Inglés | Alemán ......