Declaración
de las Damas de Blanco sobre las palabras
de Silvio Rodríguez
El Señor Diputado Silvio Rodríguez
manifestó en la reciente sesión
de la Asamblea Nacional del Poder Popular:
"Soy un convencido de que la cultura
es un factor determinante en la rehabilitación
de los reclusos... Propongo a esta Asamblea
que se sistematice llevarles canciones,
danzas, teatro... La iniciativa empieza
por mi." El joven perseguido en Cuba
por sus canciones cambió hace muchos
años, y se convirtió en comprometido
político al servicio del gobierno
imperante durante más de 48 años.
Muy loable sería ese acuerdo de
la Asamblea, unánime, por supuesto,
si los presos de conciencia, políticos
y comunes de Cuba contaran con condenas
justas y las condiciones indispensables
para su internamiento, o sea que al menos
se cumplieran las Normas Mínimas
para el Tratamiento de Prisioneros de las
Naciones Unidas. En el país donde
supuestamente más se respetan los
derechos humanos, el gobierno no permite
la visita a las cárceles de las organizaciones
no gubernamentales como la Cruz Roja Internacional
y Amnistía Internacional, ni a sus
más cercanos amigos a no ser que
esté bien preparado el escenario,
con reos preseleccionados y un buen guión.
Las autoridades de Cuba no reconocen que
existen presos de conciencia y políticos
pacíficos. Aquí sólo
hay contrarrevolucionarios y mercenarios.
Cómo explicar que únicamente
exista una opinión: la del gobierno.
El hombre ha progresado gracias a la diversidad
de criterios, la dialéctica, el trabajo
en grupos, y el libre despliegue de sus
potencialidades.
Señor Silvio Rodríguez, sabemos
que durante la ola represiva de los días
18, 19 y 20 de Marzo del 2003, desde su
confortable retiro, Usted firmó una
vergonzosa carta de apoyo a lo que ocurría.
Entonces, por si no lo sabe, no sólo
fueron llevados a prisión y condenados
a penas de hasta 28 años 75 pacíficas
personas que pretendían ejercer su
derecho a la libre expresión y contribuir
al bienestar de nuestro pueblo y el desarrollo
de nuestra Patria. En caso de que no lo
conozca, 3 jóvenes negros fueron
fusilados, apenas por haber cometido el
error de secuestrar una lancha para irse
de Cuba, como el gobierno siempre ha dicho:
a quien no le guste esto, que se vaya. No
hubo hechos de sangre por parte de ellos.
Señor Silvio Rodríguez, Señores
Diputados, como responsabilidad mínima
ante el pueblo de Cuba, Ustedes deberían
conocer las condiciones existentes en las
prisiones de Cuba. A quienes tanto claman
por el lógico cierre de la Prisión
en la Base Naval de Guantánamo, aconsejamos
que visiten la Prisión Provincial
de Guantánamo en Cuba, sin previo
aviso para que no la preparen antes; la
Prisión Kilo 8 de Pinar del Río,
donde no hay teléfono ni médico
de guardia, y las demás. Se asombrarán
seguramente al ver las condiciones insalubres:
el agua contaminada, la llamada comida,
los roedores, moscas, mosquitos y cucarachas,
las celdas de castigo, la mala atención
médica, la carencia de medicamentos,
los enfermos de SIDA en horribles situaciones.
Una vez resueltos todo eso, o simultáneamente,
y se revisen el Código Penal, las
leyes y las condenas, los prisioneros se
sentirán muy estimulados para poder
desplegar sus potencialidades intelectuales
y artísticas. Indudablemente, entre
ellos hay muchos poetas, literatos, pintores
y músicos. Igualmente disfrutarán
el ejercicio deportivo, pues usualmente
pasan mucho tiempo sin siquiera ser sacados
a coger el sol que necesitan para fijar
la vitamina D y protegerse de la humedad
permanente de las celdas.
Por último, Señor Diputado
Silvio Rodríguez, Señores
Diputados a la Asamblea Nacional del Poder
Popular, los exhortamos a visitar las familias
de los prisioneros de conciencia de los
75 en cualquier parte de Cuba, a fin de
que conozcan quienes somos, las calamidades
a las que hemos estado sometidas y la tortura
psicológica que han vivido nuestros
reos y sus niños, ancianos y mujeres
también muy cubanos, que no hemos
cometido delito alguno.
Nosotras demandamos la libertad inmediata
e incondicional de nuestros prisioneros
de conciencia.
DAMAS DE BLANCO
La Habana, 5 de Julio de 2007
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