III - ¡Victoria! ¡Victoria!
Los niños se rinden
(Fragmento tomado del libro de Norberto Fuentes -
Los hijos del enemigo /
Descripción del método empleado por Fidel Castro para cometer un
asesinato en masa y salir airoso del episodio.)
Se llama María Victoria García Suárez, tiene 28 años
de edad. Ha sobrevivido para contar esta historia.
Transcurren las 9 y 20 de la mañana del día 27 de julio de
1994. Ella se halla en la habitación, que sirve de dormitorio usual para
sus padres. Habla con su padre. Graban la conversación.
--Han transcurrido 15 días del lastimero acontecimiento. Ante todo,
mi hija, ¿cómo te sientes?
--Bien.
--¿Te hallas bajo algún tipo de tratamiento facultativo?
--No.
--¿Te consideras apta para esta encomienda de narrar, diríamos,
una cosa tan triste y desagradable?
--Sí.
--¿Existe sobre tí alguna presión ejercida a la hora de
regalarnos este testimonio para la historia?
--No.
--Entonces, comencemos. ¿Tu familia, digamos, padre, otros hermanos,
conocían de esta decisión tuya de marcharte del país?
--No.
--¿Por qué no?
--Bueno, porque eso era una cosa muy seria y no se podía divulgar.
Para que nos saliera bien.
--Cuéntanos lo sucedido en las proximidades del Morro.
--A la salida del Morro me... yo noto que somos perseguidos por una... un
remolcador y entonces seguimos... seguimos avanzando ¿no? Y él sigue
atrás de nosotros. Después se une otro remolcador y seguimos
avanzando y se nos pegan por al lado. Entonces se nos pegan y nos empiezan a
echar agua. Chorros de agua a presión. Los dos remolcadores. Después
más alante se une otro remolcador más. Y teníamos uno a
cada lado y otro por detrás. Los tres remolcadores nos echaban chorros de
agua a los niños y las mujeres que estábamos afuera. Después,
el remolcador que iba detrás se nos pega por atrás y monta la proa
en la popa de nosotros y la parte. Nosotros le decimos que... que no nos
hagan... no tiren más agua, que... que paren, que hay niños, que
los iban a matar y ellos no, no entendieron de que habían niños y
siguieron echándonos agua y dándonos golpes. Nos daban golpes por
los lados. Entonces nosotros les... le gritamos a un muchacho que estaba parado
en un remolcador, le gritábamos, Jabao, no tires, no tires más
agua, que hay niños, los vas a matar y él se reía y decía
que, ¡que se mueran! Él no entendía. Entonces estaban echando
chorros de agua por el remolcador que estaba detrás. Quería que
entrara el chorro de agua para dentro del cuarto de máquinas y ahí
cierran la puerta. Yo oigo que dicen ¡Cierren la puerta! Yo no la veo
porque delante de mí hay más personas. Entonces pero sí oí
de que cerraron la puerta. Después vemos que no tenemos otra salida.
Nosotros nos... gritábamos, nos rendíamos. Que nos dejaran, que
nos rendíamos, que íbamos a virar para atrás. Y ellos
insistieron. Siguieron echando chorros de agua y dándonos golpes. Después,
paramos la máquina porque ya veíamos que no teníamos otra
alternativa, que teníamos que parar. Entonces se lo decimos, Mira,
paramos, vamos a virar patrás, nos rendimos, vamos a virar. Ya habíamos
parado la máquina. Y ellos siguieron dándonos golpes. Ellos no
entendieron de que nosotros habíamos parado. Entonces después, el
que estaba por el lado, por el lado derecho, le da un golpe y lo vira. Ahí
es donde se hunde el remolcador de nosotros.
--El... El oficial instructor que atiende el caso manifiesta que los hechos
no fueron precisamente como tú lo relatas. Cuenta... eh... con otras
versiones provenientes de fuentes que estuvieron junto a tí en esos
amargos instantes. Entre otras cosas expresa: "que el 13 de Marzo embistió
a un Polargo interpuesto causándose a sí mismo una grieta en proa,
que ocasionó una entrada de agua. También él considera que
ustedes no resultaron abandonados en momento alguno. Las naves agresoras
permanecieron allí hasta la llegada de las lanchas guardafronteras.
Afirma que los tres remolcadores no estaban en condiciones de socorrerlos porque
su escasa tripulación de tres personas podían ser víctimas
de la agresión de ustedes al abordarlos. Reitera que los chorros de agua
tenían por destino apagar el motor de la embarcación y no iban
dirigidos precisamente hacia los cuerpos de las personas en cubierta... ¿Qué
me puedes decir de estas cosas que me ha dicho a mí el instructor... y
que tu no las sabes?
--Bueno, el problema es de que nosotros no podemos embestir a otro
remolcador porque nosotros somos de madera y teníamos la de perder. Eso
era lógico. Nosotros lo que seguimos avanzando para que ellos se quiten
del medio porque ellos sabían que éramos de madera. Si nosotros
nos metemos en el medio de ellos, íbamos a perder. Yo creo que ellos no
querían perder la... la embarcación ni tampoco que hubiesen pérdidas...
pérdidas humanas... Pero ya nosotros al ver de que ellos... el objetivo
de ellos era eh hundirnos... porque si ellos querían, eh vaya, detener
la embarcación o llevarnos de nuevo a la bahía y... y detenernos,
ellos lo hubieran hecho desde el primer momento porque ellos tenían...
tienen más capacidad, tienen más potencia que nosotros... para
eso... pero nosotros en ningún momento los embestimos a ellos. Ellos son
los que nos embisten a nosotros, dándonos golpes.
--Es decir que la entrada de agua que él supone que ha sido originada
por la embestida del 13 de Marzo al Polargo delantero, esa entrada de agua no
fue por eso.
--No.
--Es decir, especificamente esa entrada de agua por qué fue...
--Eso fue por los golpes que nos daban ellos.
--¿Los golpes se los daban por, por, por a babor a estribor... eh, o
por atrás?
--Por todos los lados nos nos daban golpes.
--¿Con la proa... con la proa.
--Con la proa de ellos.
--De ellos.
--Ajá. Pero, bueno, el golpe mayor fue el de por atrás que fue
cuando partió toda la popa de nosotros. Y el. Y el otro golpe que fue el
que, el que nos, nos hundió, que nos viró, por la parte derecha.
--Ven acá, eh ese golpe dado por eh por la parte de popa, por la
parte de atrás eh del 13 de Marzo embestido con... con un Polargo ¿no?
eh... por poco a tí te... eso... eso te hace perder la vida. ¿Tú
te hallabas en qué lado de la cubierta? ¿Eh? ¿En popa o en
proa?
--Yo me hallaba en popa. En popa de espaldas al remolcador que nos, que nos
golpeó. Quiero decir que detrás de mí no había
protección ninguna. Que si él hubiera adelantado un poquito más
la proa me hubiera cogido a mí y me hubiera dado. Porque estaba eh... de
espaldas a ellos.
--¿Tú, tú estabas sola o estabas con... con Juan Mario?
--Estaba con Juan... Juan Mario.
--¿Juan Mario lo tenías suelto o...?
--No, yo lo tenía... agarrado a un... a un tubo que había ahí
en el medio de.
--¿Con qué lo tenías agarrado?
--Él. Él se agarraba del tubo y yo lo protegía. Aguantándolo.
--¿No... No utilizaste ningún tipo de cuerda para amarrarlo ni
nada de eso?
--No. Yo lo aguantaba. Lo protegía con mi cuerpo.
--Lo protegías con tu cuerpo Y entonces, ven acá, ¿los
chorros de agua hacia dónde te daban?
--Me daban en la espalda, que eran fuertísimos, porque parecían
latigazos, que me dejó hasta marcas, esos morados.
--Esos morados. Sí, ¿esos morados que yo te ví eran de
los chorros de agua?
--Sí.
--Porque estabas toda llena de...
--Si, eran de los chorros de agua que me daban en la misma espalda. Incluso,
me bajó los pantalones y me subía el pullover.
--Es decir, que te desnudaron allí.
--Sí porque eran directamente a mí. El chorro de agua me daba
directamente a mí.
--A tí y a las demás personas que estaban allí.
--A las demás personas también.
--Tú... él dice... también el instructor me dice, ¿no?,
de que ustedes no resultaron nunca abandonados por las naves, en este caso por
las agresoras. ¿Qué hay de cierto en eso?
--Nosotros.
--Que estas naves permanecieron ahí hasta que llegaron las lanchas
Guardafronteras.
--Ellas... Ellas se fueron. Cuando llegaron las Grifin, ellas se fueron.
Ellas no nos rescataron en ningún momento porque si su propósito
era hundirnos no podían rescatarnos. Aparte, eso se nota porque ellos
llegaron vacías al puerto. Ellos no llegaron con ningún
sobreviviente.
--Pero bueno, es decir, cuando ya ustedes se están ahogando, porque
hay que aclarar bien esta parte, ¿no? ¿Ustedes no estaban solos ahí,
los remolcadores seguían ahí? ¿Estaban ahí junto a
ustedes o se habían alejado o...cómo es la cosa?
--Ellos estaban ahí, hasta que llegaron las Grifin.
--¿Y ustedes estaban ahogándose?
--Sí. Nosotros. Ellos nos vieron que nosotros estábamos ahí.
Eh, tratando de salvarnos.
--Y no los salvaban.
--No. Si ellos lo que hacían era mover el agua para que nosotros nos
hundiéramos porque el oleaje que había de ellos mismos, hecho por
ellos, al mover las máquinas, no nos dejaba estar a flote. Lo que hacía
era taparnos más la cabeza, hundirnos más.
--Es decir, que... que lo que hacían era rondar, darles vueltas
alrededor de ustedes para formar un torbellino...
--Ajá.
--De manera que el mar se los tragase. ¿No?
--Ajá.
--¿Es lo que tú consideras?
--Exacto.
--¿Eh?
--Sí.
--¿Dime si estoy equivocado.
--No. Así mismo, así mismo. Porque ellos no... Ellos lo que
hacían era mover el agua. Mover el agua para que nosotros nos hundiéramos.
--Yo. Yo, eh vaya, eh... me han dicho algunos expertos en esto que estos
remolcadores tienen unas propelas por los laterales también.
--Sí, ellos botan agua por los lados.
--Exacto. Bueno. Eh... El instructor también afirma que los tres
remolcadores no estaban en condiciones de socorrerlos a ustedes. Explícame
eso. Porque él me dice eso, que solamente tenían tres tripulantes.
¿Tú pudiste ver alguna persona encima de esos remolcadores?
--Sí, yo ví... Yo ví algunas personas. Al mismo Jabao
ese que nosotros le gritábamos, que él se... se puso... se paró
para que nosotros lo viéramos. O él vernos a nosotros. Yo sé
que nosotros lo vimos. Y fue cuando le gritamos que habían niños,
que los iba a matar. Ellos pudieron socorrernos. Ya después que estábamos
ahí.
--Eh. Ven acá, mira. Oye, hay una cosa que. Que todavía no Que
yo quiero que tú la reafirmes o que tú des tu... porque, bueno,
hace 15 días de esto y lo que me expresaste el primer día pienso
que me lo estás repitiendo ahora de nuevo. Es decir que es la misma
cosa. Por eso, bueno, que yo te doy tremendo crédito.a lo que me estás
diciendo. El instructor reitera que los chorros de agua tenían por
destino apagar el motor. Yo te pregunto: ¿el motor de esta embarcación
estaba expuesto, es decir, al aire, o estaba protegido por algo?
--Estaba protegido por el cuarto.
--¿Y realmente a dónde iban a parar esos chorros de agua?
--A nosotros. A las personas que estábamos afuera.
--¿Y me dijiste que iba a... que tuvieron que cerrar las puertas del
cuarto de máquinas, porque tambien...?
--Sí, porque ellos eh... eran los tres remolcadores que estaban
echando agua y entonces nosotros estábamos expuestos al... a los chorros
de agua. El motor, no. Porque estaba cubierto por el cuarto de máquinas ¿no?
Estaba protegido. Pero, bueno, el chorro de agua era... eh... estaba dirigido
hacia nosotros. Claro, pero, siempre hay una entrada. Pa que entre pal cuarto de
máquinas. Encima de eso, eh, como ya habían partido la popa de
nosotros, la estaba entrando agua a la embarcación.
--Ven acá. Esa mujer que tú me hablaste, que tenía un
niño en brazos ¿qué le pasó con los chorros de agua?
Esa parte, creo que me lo dijiste ¿no? La mujer que tenía un niño
en brazos y los chorros de agua
--Era.
--¿Qué pasó con un chorro de agua y ese niño?
--Era... Era un hombre el que estaba al lado mío
--Ah, un hombre.
--Un hombre, que... Él tenía una niña. Chiquita. Como
de 3 ó 4 años. Y la niña gritaba mucho. Y entonces él
se la enseñaba y la paraba. Pero yo creo que esa niña no sobrevivió
porque los chorros de agua estaban ahí y ahí y ahí, que yo
creo que, yo no sé si se la llevó, pero es lo más lógico
porque él enseñaba mucho la niña y ellos no entendían,
seguían con los chorros de agua. Y a mí me parece que en un
momento de esos, el agua se la llevó.
--Eh... Ven acá. En. Hace un rato expresabas ¿no? De que ustedes
se rendían. Se rindieron ¿no?
--Sí.
--¿Cómo? ¿Cómo fue? ¿Ustedes... cómo
ustedes manifestaron su rendición a...?
--Bueno, nosotros le enseñábamos los niños y le decíamos
que... que nos iban a matar los niños, que habían niños y
mujeres que... que no echaran los chorros de agua que eso nos iba a matar los niños.
Entonces los niños eh... empezaron a randirse y les gritaban: Nos
rendimos, nos rendimos. Vamos a virar para atrás. Vamos a virar para atrás.
Eh... No nos echen más agua. Nos van a hundir. Nos van a matar.
--¿Y ustedes recibieron eh... mediante ese llamado, compasión.
--Nada.
--Diriamos compasión ante la súplica. Que ya eso era una súplica.
Esa rendición de ustedes era una súplica.
--Nada. Ellos seguían echándonos chorros de agua y golpéandonos,
--Qué tipo de reacción...
--Seguían.
--Qué tipo de reacción.
--Ellos se burlaban.
--Ah...
--Ellos se burlaban y seguían echándonos chorros de agua. No
entendieron que nosotros paramos. Que los niños le pedían que...
le suplicaban que... Que... Que nos rendíamos. Que no nos echaran más
agua. Los niños lloraban y gritaban.
--Ahora bien. Yo, yo, en esta.... hasta aquí, lo que me has dicho...
Yo pido tu juicio. ¿Tú te consideras responsable máxima de
este... de este lametable suceso?
--No.
--¿Qué grado de responsabilidad te atribuyes?
--Ninguno. Yo pienso de que yo... y... eh... iba a hacer el viaje ese por el
bien de mi familia. El bien de mi hijo
--O sea que piensas que no tienes responsabilidad.
--No.
--En el hecho. Ahora, volvamos atrás. ¿Verdaderamente ustedes se
robaron la embarcación "13 de Marzo"?
--Bueno...
--Cuéntanos cómo llegaron hasta allí, hasta ese lugar.
--Mi tío trabajaba ese día. Le tocaba trabajar hasta las 6 de
la mañana. Él trabajaba en ese barco. Tenía acceso a él.
Ese barco salía todos los días a trabajar en el puerto. Nosotros
llegamos allí...
--Allí... eh... ¿Ese allí dónde es.
--Allí en... En el... En la Bahía del Puerto.
--¿Qué parte... qué parte de la bahía? Eh... Diríamos,
antes de llegar al muelle de Regla o sobrepasando el muelle de Regla... Para
tener una referencia.
--Sobrepasando el muelle de Regla.
--Hay una parte que se llama Tallapiedra. Y hay otra parte que se llama
Margarita.
--Ahí en. Ahí en Tallapiedra.
--Ah, en Tallapiedra. En Tallapiedra hay... Hay algo, ahí. ¿La
Empresa Eléctrica, no? La Compañía de Electricidad Cubana
está ahí, creo.
--Sí, sí.
--Sigue.
--Entonces nosotros entramos, entramos ahí. Rápidamente, en
silencio, y tranquilo.
--Ustedes... Un momentico. Perdóname que te interrumpa. ¿Sometieron
a la fuerza a alguna persona?
--No.
--¿Rompieron o vulneraron...
--No.
--... no sé, determinado dispositivo de Seguridad, digamos, quebrar
puertas, partir candados?
--Nosotros, no. Ya, cuando nosotros entramos, la puerta estaba abierta. La
puerta ya estaba abierta y entonces entramos el silencio para el barco. Sin ningún
problema.
--¿En qué llegaron ustedes allí?
--En una guagüita de turismo.
--¿Cómo se llama esa guagüita?
--Una Quaster.
--Ah, ya. Ven acá. Ya, ya, diríamos ¿no? Dentro de la
embarcación como tal ¿cuántas personas viajaban? Una cifra
aproximada ¿no?
--Aproximadamente de 70 a 73 personas. Yo no las pude contar, pero bueno,
por la cantidad de sobrevivientes y la cantidad de desaparecidos, da una cifra
de... de más o menos de 70 a 73 personas. Eran muchos niños también.
--Ven acá, ¿todos eran familia?
--Todos eran familia.
--Eh... familias, diriamos de... ¿de entre quienes? ¿Entre sí
o de los tripulantes?
--Familia de los tripulantes.
--Es decir, que cada tripulante al parecer...
--Iba con su familia.
--Iba con su familia. Y dime la composición. Por ejemplo, de las
personas. Digamos, niños, mujeres...
--Aproximadamente iban 20 y pico de niños. Como 22 o 23 niños.
--Sí.
--De 15 a 20 mujeres. Lo demás, eran hombres.
--Dime tú. Y ¿tú te puedes percatar de la diferencia de
la cifra esta inicial cuando... cuando ya llegas a Jaimanitas? ¿No?
--Sí.
--¿En Jaimanitas tú puedes ver los que quedan con vida?
--Sí. Quedaron 20 hombres, seis niños y cinco mujeres. De
ellos, dos niños estaban ingresados y una mujer.
--Ven acá, ¿en el trayecto recorrido, diríamos desde este
muelle de Tallapiedra que tú me hablas hasta la salida del Morro, ustedes
notaron algún tipo de anormalidad, algo de eso así?
--No. Nosotros no notamos nada. Y el barco no tenía problemas.
--¿Ustedes iban apagados o encendidos?
--Nosotros eh... ibamos adentro. Yo no pude notar si íbamos apagados
o encendidos. Pero después, por los comentarios que han habido, eh, la
gente dicen que nosotros íbamos encendidos.
--Encendidos. Eh... Ven acá, aclara bien porque ahorita dijiste que
ibas en cubierta. Y ahora me dices que ibas adentro. ¿Cómo es eso?
Explícate... ¿Cómo es que tú...?
--Sí, porque nosotros cuando entramos el barco eh... todo el mundo
nos metimos adentro en el cuarto de máquinas.
--Ya, ya.
--Para no ser vistos. Entonces después cuando ellos ven de que nos
persigue un remolcador es cuando nos mandan a salir a las mujeres y a los niños.
Algunos, los niños más grandecitos.
--Exacto.
--Nos mandaron a salir para la cubierta.
--Ahora, volvamos... Perdóname que te agobie tanto, mi hija, porque,
vaya, yo, fíjate, el mismo dolor nos une. Pero perdóname que te
agobie tanto ¿no? Quiero dejar bien aclarado esta situación.
Volvamos a los últimos instantes del suceso. ¿Permanecían a
tu lado los familiares más cercanos? Diríamos, por ejemplo... ¿dónde
se encontraba tu esposo Ernesto?
--Ernesto...
--¿Y tú hermano Joel?
--Ernesto y mi hermano se encontraban en... en el cuarto de máquinas.
Porque todo el mundo no podía ir para afuera. Entonces los que más
bien fuimos para afuera, algunos hombres y los niños y las mujeres. Los
niños más grandecitos. Pero no podíamos... no teníamos
de dónde aguantarnos por eso todos no pudimos ir para afuera.
--Ahora, explícame, con detalles, cómo pierdes a... a tu
hijito, a mi nieto Juan Mario. ¿Cómo lo perdiste? Explícame
esa parte.
--Nosotros estábamos afuera, en cubierta, y entonces, yo tengo al niño
protegiéndolo contra mi cuerpo ¿no? Entonces yo le decía al
niño: Papi, no mires. No mires... No mires, cierra los ojitos y baja la
cabeza, porque tenía miedo que el agua le fuera a dar y esos golpes
del... del agua eran muy duros, dolían mucho. Entonces yo no quería
que él... que él sufriera ¿no? Esos dolores. Incluso los
dolores de... de los chorros de agua que me daban en la espalda me dolían
pero yo tenía que aguantar y no gritar para no... para que él no
se asustara. Entonces él no lloró ni gritó en ningún
momento. Él se mantuvo tranquilo. Él lo que levantaba los brazitos
y la cabeza para que vieran que había niños, cuando nosotros le
decíamos... para que vieran que había niños y no... no nos
echaran más chorros de agua. Y entonces eh... yo le decía a él
que bajara la cabeza y que cerrara los ojitos, que no mirara para que no
sintiera miedo. Pero entonces ya cuando yo veo que el barco se va a hundir, que
está de lado ya para hundirse, yo le digo a él, Papi, suéltate
del tubo, ven. Entonces lo cojo y lo abrazo. Pero nos fuimos para abajo. Para el
fondo. Entonces... salimos de nuevo, pero como había tanto oleaje,
volvimos, y yo como no sé nadar, ni flotar, volvimos de nuevo... a...
para abajo... después volvimos a subir y yo veo al niño que está
haciendo resistencia, que está luchando ¿no? contra el agua pero veo
a una mujer que está ahogada al lado mío y me aguanto de ella. Y
entonces... había mucho oleaje de los mismos barcos que hacían el
remolino ese. Mucho oleaje. Y nos tapaba la cabeza. Entonces yo me aguanté
de la mujer y fue como único ya pude quedarme más o menos a flote
y no hundirme. Y entonces cuando miro para el niño veo que ya el niño
no hace resistencia, que está como ahogado y entonces yo no lo suelto,
yo sigo con él porque tenía miedo (traga en seco) de que... de...
quería sacarlo, quería sacarlo así a ver si tenía
salvación, si se podía salvar y entonces me agarro de... de la
mujer, sigo agarrada de la mujer. Entonces veo una tabla, empiezo a gritar y a
llamar, pendando que Ernesto estuviera ahí. Pero veo que nadie me
contesta. Entonces voy acercándome a... a la tabla donde están los
niños y... y algunos hombres y mujeres, que estaban aguantados a una
tabla. Como de un cajón. Y entonces... allí... cogí el...
Seguía con el niño aguantado y entonces lo veo pero... ya veo que
no tiene vida porque él estaba así... estiradito... no... no hace
resistencia. Y entonces... cuando me... (Comienza a quebrársele la voz.)
Cuando me aguanté de la tabla... (Rompe a llorar.) Todo el mundo me cayó
arriba y el niño se me fue de las manos. (Solloza dos veces.) Y entonces
no lo pude agarrar. ( Solloza.) Se me fue y no lo pude agarrar más.
(Solloza.) Entonces cogí y volví a aguantarme de la tabla. Después
que todo el mundo me cayó arriba, se me fue la tabla y entonces volví
a agarrarme de la tabla y volvieron a caerme arriba. Entonces veo... veo la
Grifin, a la... a los remolcadores, y les gritamos que... que nos salven, que
nos ayuden y dijeron que no. Que si queríamos salvarnos que esperáramos
a la Grifin.
--Dice él...
--Y entonces, después cuando viene la Grifin y nos tiran unas sogas
con salvavidas, fosforescentes, naranja, y... y ahí es donde podemos
subir, que nos suben.
--Ven acá, mira, eh... tú me dijiste, mi hija, en una eh... de
las tantas conversaciones que hemos tenido que... ¿que el niño rezó...?
--El niño. Todos. Y yo también. Le pedimos mucho.
--¿Qué... qué te dijo el niño?
--El niño me decía: "Ay, Señor, ayúdanos,
Señor." (Está llorando intensamente.) "Ayúdanos.
Sálvanos, Señor, que no nos hagan más daño, Señor."
--Sí. Ven acá, mi hija, cuando ya tú resultas
rescatada, ¿no? ¿Quién te rescata, la lancha de Guardafrontera
o los remolcadores?
--Los Guardafrontera.
--¿Y los remolcadores qué hacen en ese momento?
--Se van. (Está calmándose.)
--¿Se fueron con alguien encima?
--No. Ellos no rescataron a nadie. Se fueron solos.
--Entonces, ¿tú recibiste dentro ya, ya dentro, diríamos,
de las... de las lanchas de Guardafrontera, recibiste buen trato por los
soldados tripulantes?
--Sí... Ellos, cuando nosotros subimos... cuando yo subí,
ellos me dan golpes por la espalda para botar agua porque había tragado
mucha agua. Y entonces me dan golpes por la espalda. Y después nos
taparon con una sábana y nos dieron agua y café. Entonces nos
dejaron ir al baño. Allí... un... un militar... que había...
oriental... me regaló un cigarro. Vaya, ellos no nos trataron mal, la
verdad.
--Sí, ven acá.
--Por lo menos nos rescataron.
--¿Y hacia donde te condujeron después?
--A Jaimanitas.
--Jaimanitas. ¿Y allí pudiste ver... no... pudiste ver los
familiares, si había alguno... quiénes quedaban vivos de la gente
nuestra?
--De los nuestros, dos primos míos que iban en la Grifin conmigo nada
más. Y yo.
--¿Cómo... Se... sabes el nombre de esos primos?
--Dariel Prieto Suárez e Iván Prieto Suárez.
Primera edición - Copyright © 1995 by Norberto
Fuentes, and The International Republican Institute
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