DOCUMENTOS
Febrero , 2007

Información al pueblo cubano

La Habana, 23 de febrero de 2007 - En la última legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrada los días 22 y 23 de diciembre del pasado año. El Sr. José Luís Rodríguez, Vicepresidente del Consejo de Ministros y Ministro de Economía y Planificación, informó al pleno de la Asamblea, que en el año 2006, que fue objeto de análisis y discusión, se produjo un crecimiento de la economía nacional del 12,5% en términos de Producto Interno Bruto (PIB) y además reafirmó que si se excluyeran del cálculo del PIB los servicios y el comercio; la economía mantendría un ritmo de crecimiento cercano a los 9,5%.

Al mismo tiempo reafirmó que la cifra que se obtiene este año, resulta también la más elevada de la región y supera ampliamente el promedio del 5,3% reportado para América Latina y el Caribe, según datos de la CEPAL.

Tal parece que el Partido Solidaridad Democrática (PSD) ha sido lento en su reacción ante un acontecimiento que la mayoría del pueblo rechazó con no poca indignación. Sencillamente quisimos, previo a dejar fijada nuestra posición ante el crucial suceso, recoger las diversas opiniones en las diferentes instancias de nuestro Partido a lo largo y ancho del archipiélago. En los resultados acopiados, en su totalidad, nadie ha admitido como cierta dicha información, dado que esos datos no se reflejan en las mesas de sus casas a la hora de comer. De la misma forma se ha acentuado la precariedad en todos los órdenes, lo cual resulta una agonía, al extremo de la desesperación por la, cada día peor, situación del transporte público.

Nos llama poderosamente la atención que el Sr. Ministro de Economía y Planificación, campantemente dijo que el gobierno cubano no falsea sus estadísticas, claro que esto no ocurre, porque precisamente hace más de una década las autoridades cubanas guardan celosamente, como Secreto de Estado la más mínima cifra, estudio, comentario o juicio en torno a problemas de economía. Se corre el riesgo de caer en lo resbaladizo y a veces pantanosos terrenos de la especulación, y es notoriamente evidente que hay una marcada manipulación y tergiversación de las cifras por parte de las autoridades que, generalmente las ofrecen en % que de acuerdo a sus intereses y en ocasiones muy contadas.

Quede claro que en el elevado número de instituciones y personas que dudan y no creen en el anunciado crecimiento está el PSD, porque precisamente en el citado informe, hay un conjunto de hechos, señalados por el propio Ministro de Economía y Planificación, que ponen en entre dicho el anunciado incremento del 12,5% del (PIB).

El Ministro reconoce las insuficiencias que aún persisten en el desarrollo económico. Si es así nos preguntamos entonces, ¿Cómo pudo existir crecimiento, cuando un factor tan decisivo como la productividad del trabajo y su correlación con el salario medio, creció a un ritmo anual inferior a este último? Sencillamente que la distribución de la riqueza creada progresa más rápidamente que su producción, por lo cual, esto no es sostenible para ninguna economía.

La producción agropecuaria, cuyo fin es producir alimentos para la población a precios asequibles, el año que terminó se caracterizó por una aguda caída de la productividad, así como un significativo descenso del total de horas trabajadas. Una situación similar ocurrió con el sector industrial manufacturero cuyo crecimiento fue insuficiente.

El proceso inversionista estuvo marcado por numerosas anomalías, sobresaliendo, entre ellas, deficiencias serias en todo el proceso de planificación, preparación y ejecución; súmese a lo anterior el poco tiempo concedido a la preparación de las inversiones que se iniciaron, muchas de ellas sin proyectos adecuados, sin presupuestos o desconociendo las regulaciones establecidas para su ejecución. Toda esta cadena de insuficiencias condujo a la inmovilización de cuantiosos recursos, por lo que el valor de los activos de las obras concluidas, resultaron inferior a lo invertido en el año.

La república se hipoteca por la irresponsable estrategia en la adquisición imparable de alimentos en el exterior, cuyas obtenciones ya sobrepasan el 35%. Todo indica que el manejo de sustitución de importaciones que hará unos años se venía aplicando, con el incremento de los productos de frontera, revela que se ha ralentizado; lo cual, nadie cuestiona que resulta más viable y conveniente para los incrementos de las producciones agrícolas e industriales de alimentos en el país. Tal es la urgencia de un cambio de rumbo ante la sangría en la erogación de elevadas sumas en moneda convertible del tesoro público; por concepto de pagos de las compras de productos para la magra canasta básica, y que sobrepasó el pasado año los 948 millones de dólares y a pesar de esa astronómica cifra, se han multiplicado en los hogares cubanos las insatisfacciones de todo tipo.

Como se puede apreciar en los sectores principales de la economía, persisten serios problemas que realmente pone en entre dicho el tan cacareado crecimiento. Consideramos que uno de los factores que niega tan cuestionado y dudoso incremento, es la antieconómica medida de concentrar los ingresos y egresos de divisas en la flamante Cuenta Única del Estado y la centralización imperial de todas las decisiones para contar con un infortunado CUC, dólar u otra moneda convertible. Esto se traduce en el lenguaje empresarial, en que ningún colectivo a ese nivel dispone de la autoridad suficiente para comprar siquiera un mísero bolígrafo o un bombillo en ninguna moneda. Simplemente lo que se ha producido es un congelamiento de la razón de ser de la economía y las relaciones monetarias mercantiles de compra y venta; que con esa anacrónica decisión, estas han desaparecido de la cartografía empresarial cubana.

Consideramos que con la susodicha centralización, los resultados han sido contrarios a los que esperaba el gobierno. Se han incrementado a niveles nunca vistos las insuficiencias económicas, del mimo modo se ha producido un aumento inusitado de los diferentes niveles de corrupción. Los ejemplos escandalosos llueven a diario; los más notorios y no informados a la población fueron: los vandalismos y abusos de todo género cometidos por parte de las cúpulas directivas de las empresas ETECSA y la Corporación CIMEX. Ya Algunos de los implicados en estos escándalos fueron juzgados y sancionados a largas penas. Se observa un despliegue del mercado informal en todos los sectores; con la complicidad y protección de la población. Los ciudadanos de a pies se preguntan donde está ese anunciado crecimiento del (PIB) cuando no existe una correlación adecuada, entre los salarios que se devengan y los altos precios de los productos de primera necesidad, lo cual está generando una acelerada desigualdad social. No pudo haber realmente ese incremento, porque los precios de los productos agrícolas, así como los ofertados en las tiendas de recuperación de divisas, continúan siendo prohibitivos para sectores significativos de la sociedad cubana, que rumia en silencio su impotencia, temor y frustración al no poder gritar con todas sus fuerzas, que las distorsionadas informaciones, sobre el crecimiento económico del país, en los hechos de su vida diaria es pura QUIMERA, y que con sordinas o ha escondidas, suplican HASTA CUANDO HAY QUE SEGUIR SOPORTANDO ESTO.

Osmar Laffita Rojas
Portavoz del PSD.

 




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