La verdadera
justicia social está en poner a todos los individuos en capacidad de
pago, no en exonerarlos de ello. La gratuidad prostituye el concepto del valor".
SANTIAGO DE CUBA, 1 de febrero de 1998 - Tomando como base el pequeño
espacio que nos dejó su Santidad Juan Pablo II con su visita a Cuba, el
ambiente de reconciliación entre los cubanos de la Isla y los de la diáspora,
la motivación social para salir de la situación actual de los
cubanos y los manejos políticos dentro y fuera de Cuba aprovechando la
coyuntura actual, se hace necesaria la reconsideración de la política
mantenida con respecto al gobierno cubano, por parte de todos los interesados en
lograr en Cuba una apertura política y una democracia social.
El Partido Cubano de Renovación Ortodoxa, defendiendo los intereses
genuinos del pueblo cubano, sin más liderazgo y protagonismo que el de
servirle a Cuba, busca mecanismos y procedimientos que acorten el sufrimiento
que lacera en espíritu y alma a este querido pueblo.
El PCRO tampoco desconoce las posibilidades y capacidad de acción y
reacción del gobierno personalista de Fidel Castro, quien no está
sujeto a normas y procedimientos jurídicos ni constitucionales, lo que le
permite actuar acorde a sus caprichos y necesidades, por lo que las posiciones
que se tomen con respecto a Cuba deben tener en cuenta sus efectos a despecho de
la actitud que asuma frente ellas el régimen castrista.
Algo a considerar son las necesidades reales del pueblo cubano, un pueblo
sometido a una dependencia material y psicológica de un gobierno, un
pueblo que ha perdido su autoestima y la autosuficiencia como elemental
concepto, por lo que su recuperación va más allá de una
simple ayuda de supervivencia: debe reconvertir sus energías en fuente de
desarrollo de las fuerzas morales y espirituales a partir de su autorrecuperación
económica.
Es comprensible el orgullo alrededor del embargo, o "bloqueo" según
las partes, que lo convierte en un elemento moral que está por encima de
cualquier lógica e inteligencia. Ahí precisamente está lo
inteligente: tener la capacidad de reconsiderar lo que el adversario no puede, y
buscar la satisfacción del pueblo a partir de sus propias posibilidades.
Sabemos que no hay nada más saludable para cada nación que
vivir bajo sus propias leyes, mundialmente reconocidas que le permitan mantener
su identidad como país sin ser objeto de cuestionamiento o condiciones de
gobiernos que lastiman los sentimientos y fundamentos de su propia soberanía.
Conociendo la posibilidad de las partes y lo más conveniente para el
pueblo cubano en estos momentos, el PCRO se pronuncia por el levantamiento
parcial del embargo en lo que contribuya a potencializar las fuerzas productivas
independientes o privadas en el país y que por su forma de interacción
no puedan ser limitadas por el actual gobierno como son:
a) El desarrollo agropecuario por cooperativas y fincas independientes.
b) El transporte de cargas y pasajeros por carretera.
c) El comercio interno o por cuenta propia.
Con estos tres elementos se asegura la cadena producción-distribución-consumo,
que es realmente lo que se necesita, porque en Cuba existe el personal técnica
y físicamente preparado para resolver casi todos los problemas de
medicinas y alimentos que necesita el país y la capacidad, con el alza de
la producción y la productividad, de resolver en corto plazo los demás
a través del mercado.
Esto le daría una gran fuerza moral y política a los Estados
Unidos ante la comunidad de naciones y sería incuestionable su buena
voluntad de cambiar las cosas terminando con la eterna justificación del
gobierno cubano, y daría la posibilidad de estimular económicamente
las fuerzas del cambio dentro del país.
El Partido Cubano de Renovación Ortodoxa cuenta con todos los
elementos que le permiten determinar la posibilidad objetiva de instrumentar
esta medida si hubiera la voluntad política de acceder a ella por parte
del Senado norteamericano. Y goza con la simpatía de la mayoría
dentro de la Isla, no sólo de los motivados políticamente sino del
pueblo en general.
Esta Declaración fue aprobada por consenso por el Ejecutivo Nacional
del PCRO el día 30 de enero y firmada en la Isla de Cuba por:
Antonio Alonso Pérez, Vice-Presidente del PCRO
Mirna Riverón Guerrero, Derechos humanos y atención a presos
políticos
Rafael Santiago Montes, Delegado en Ciudad de la Habana
Diogenes Rodríguez Coello, Delegado en Guantánamo
Orlando Riverón Guerrero, Representante en la prisión de
Boniato
Vto.Bno.Diosmel Rodríguez Vega Presidente PCRO actualmente en el
exilio |