Enero, 1998

NOTA DE PRENSA

Carta enviada a su Santidad Juan Pablo II por el Partido Solidaridad Democrática

DOCUMENTO


8 de enero de 1998

Su Santidad Juan Pablo II
Ciudad del Vaticano
Roma, Italia

Santo Padre:

Ante la proximidad de su visita a nuestra patria, por la que tanto ha orado nuestro pueblo, nos sumamos al inmenso júbilo de la Iglesia Católica cubana, al desearle la más hospitalaria acogida.

La suya es la visita más importante de toda nuestra historia, por ser usted quien es - el sucesor de San Pedro - y por estar Cuba en la situación en que está: sumida en la crisis socioeconómica, política y moral más larga y profunda de nuestra historia republicana.

A la escasez crónica de productos típicos del agro cubano se suma la inestabilidad de servicios fundamentales como el agua, la electricidad, el combustible de cocina y el transporte; los salarios y pensiones que paga el estado, prácticamente el único empleador, sólo alcanzan para una pequeña fracción del costo de lo que sería una alimentación balanceada, sin contar otros gastos tan importante como el vestuario, el

mantenimiento de la vivienda y la recreación; los trabajadores acuden entonces al robo y la corrupción y esto va pasando a ser normal; no se dejan prosperar las tímidas reformas emprendidas por el gobierno; la práctica económica y política actual es un híbrido de lo peor de los dos sistemas mundiales del último medio siglo; la educación y la salud pública tienen ahora sus servicios muy deprimidos; han vuelto la prostitución y el desempleo [que nunca desaparecieron del todo sino que adoptaron otras formas] ; muchos jóvenes sienten una falta de futuro que los lleva a poner todo su empeño en marcharse del país poniendo en peligro sus vida y las de sus hijos; incluso sabiendo que serán devueltos a las autoridades cubanas persiste la pobre gente en lanzarse al mar y cruzar campos minados para respirar con libertad.

Cuba tiene una de las mayores tasas de suicidios, abortos, divorcios y exiliados del mundo [no se publican cifras oficiales]; sabemos que en otros países hay robos, prostitución y abortos, pero por otra parte hay programa doctrinales de radio y televisión y escuelas religiosas; puede que en otros lugares el mensaje de la Iglesia se reciba con indiferencia pero aquí se ha recibido con hostilidad por las autoridades; los estudiantes son obligados a asistir a escuelas muy alejadas de sus hogares para realizar labores agrícolas y donde la influencia de la familia no se siente como debiera y tampoco se imparte una formación adecuada. Las muchas cárceles del país están repletas de jóvenes pobres en condiciones espantosas de hacinamiento, pésima situación sanitaria, pobre alimentación y mala atención médica, donde conviven con reos comunes centenares de presos políticos y de conciencia; se violan los derechos humanos de gran parte del pueblo: no hay garantías procesales plenas para los que son llevados a juicios por supuesto delitos tales como propaganda enemiga y asociación ilícita, violatorios del derecho a las libertades de expresión y asociación; no hay división de poderes: la constitución, la ley, los tribunales y el órgano legislativo no están para proteger al ciudadano de las arbitrariedades sino que el gobierno los usa contra todo aquel que pide un cambio; los activistas de derechos humanos son tildados de traidores a la patria; los periodistas independientes y los sindicalistas no oficiales son enviados a prisión, obligados a salir del país u hostigados; todos los medios de comunicación son controlados por el partido único. El Presidente de nuestra organización, Héctor Palacios Ruiz, guarda prisión por un supuesto delito de desacato a la primera figura solo por haber reclamado que no se estaban cumpliendo los acuerdos contraidos en la Declaración de Viña del Mar. El Dr. Desi Mendoza Rivero ha sido condenado a ocho años de prisión por haber divulgado una epidemia de dengue que las autoridades no habían dado a conocer a la población.

El proyecto revolucionario, que gozó de gran popularidad, no cumplió su principal promesa de restituir la constitución de 1940 por la que lucharon tantas generaciones de patriotas y en cuya concepción participaron políticos de todas las tendencias; no se han celebrado elecciones libres en cincuenta años; nuestro país que nunca había participado en conflictos internacionales, se vio envuelto en guerras en otros países y otros continentes con un alto costo en vidas humanas, incluso estuvo al borde de la catástrofe nuclear. Persiste una verdadera guerra verbal contra los Estados Unidos que se sitúa artificialmente en el centro de la problemática nacional; sin embargo, no se criticó sino que se alabó a la Unión soviética por haber invadido a Checoslovaquia y el Afganistán; percibimos que se supeditan a conveniencias políticas -- altos preceptos morales.

También es éste el pequeño país que ha obtenido logros relevantes en la ciencia y el deporte [aunque no esto para que los practiquen las grandes masas]; es la Cuba del embargo estadounidense, que no explica la situación de miseria en que vivimos porque si así fuera habría que llegar a la errónea conclusión de que Cuba no puede vivir sin Estados Unidos.

Todo esto lo decimos no por rivalidad, sino porque tanta injusticia no puede conducir a nada bueno, y porque es el pueblo quien paga las consecuencias. Los que toman las decisiones más importantes del país no pasan por todas estas vicisitudes.

Queremos un cambio hacia la libertad, la democracia, la economía de mercado con justicia social; un verdadero estado de derecho donde se respete la dignidad del ser humano, elecciones libres y justas con supervisión internacional.

Creemos que podemos conseguirlos mediante la reconciliación y el diálogo, al que

pensamos que solo accederá el gobierno como resultado de la solidaridad internacional con la causa de la democracia en Cuba y también del reclamo del pueblo cubano.

Hemos ofrecido al gobierno propuestas de reconciliación que no han recibido respuesta, como nuestro Proyecto de Transición Pacífica presentado al V Congreso del Partido Comunista de Cuba y del cual enviamos copia a vuestra Santidad.

La represión no puede impedir siempre que el pueblo exprese su deseo incontenible de libertad. Si pudiéramos elegir entre todo el poder político para los que piensan como nosotros a costa de la violencia, o una solución pacífica con la participación incluso de quienes nos oprimen, no dudaríamos en escoger esto último. Creemos que la Reconciliación Nacional deberá incluir al gobierno, al exilio y la oposición interna.

Revisamos nuestro programa y proyectos ulteriores y vemos con orgullo que las soluciones políticas que proponemos concuerdan con la doctrina social de la iglesia.

Nos sentimos orgullosos de la Iglesia Católica cubana y su Cardenal Jaime Ortega Alamino. Sabemos que la visita Papal nos hará mejores a todos los cubanos y le deseamos un rotundo éxito, con el favor de Dios, como ha obtenido en todas partes.

¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Mensajero de la Verdad y la Esperanza.

Firmada en La Habana el 26 de diciembre de 1997.

Por el Partido Solidaridad Democrática:

Héctor Palacios Ruiz, Presidente (Actualmente en prisión)

Fernando Sánchez López, Vice Presidente

Gisela Delgado Sablùn, Asuntos Femeninos

Rogelio Travieso Pérez, Derechos Humanos

Adolfo Fernández Sainz, Relaciones Internacionales

Reynaldo Alfaro García, Asuntos Juveniles (Actualmente en prisión)

Reynaldo Hernández Cardona, Organización

Marisela Pompa Espinosa, Delegada Ciudad Habana

Pablo Silva Cabrera, Delegado Provincia Habana

y las firmas correspondientes.

Gladys Pérez
Representante en el Exterior

Partido Solidaridad Democrática
Tel. (305) 408-2659
E-Mail: gladyperez@aol.com