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El agente faldero

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Las imágenes transmitidas la noche del 22 de noviembre por el Noticiero Nacional de Televisión, en las que aparecen estudiantes comprometidos con la revolución, exaltados por las “provocaciones” de un grupo de disidentes, salían distorsionadas del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).  

Tiempo tuvieron los comisarios del corte y pega para dar su versión de los hechos en el parque de 23 y G, el pasado viernes 20 de noviembre. El escritor y periodista independiente Reinaldo Escobar y un grupo de amigos, reservaron el lugar para de manera pacífica increpar verbalmente al agente de la Seguridad del Estado que el 6 de noviembre golpeó a la bloguera Yoani Sánchez, esposa de Escobar. 

De agente (o agentes) faldero puede calificarse al autor de la golpiza a Yoani,  por tomar represalias con una dama habiendo tantos varones dentro del movimiento de bloguers, la disidencia y el periodismo independiente. 

¿A quién le puede extrañar que a algún alcahuete del régimen, especialista en artes marciales, de vez en cuando se le duerma la testosterona y olvide su condición de hombre? ¿De qué sirven los espacios promocionales oficiales en supuesta defensa de la mujer, expuesta a la violencia doméstica?  ¿Que ha quedado respecto a sus derechos y opinión dentro de un régimen que dice apostar por el debate sin condicionamientos? 
La respuesta la tiene Seguridad del Estado, que estudia a tiempo completo el perfil psicológico de la disidencia interna y no se ocupa del descarrilamiento de alguno de sus agentes.  

El aparato represivo del gobierno sabe que con tales ridiculeces sólo acumularán deméritos en su hoja de servicios cumplidos. Tampoco dejará la revolución de ser una dictadura por ese referente de soberanía y autodeterminación que proclama a toda voz, al costo de silenciar con tonfa y prisión cualquier indicio de libertad o democracia.  

Sobre lo acontecido el viernes 20, el diario oficial Juventud Rebelde publicó una nota titulada Ocupada 23 y G por jóvenes y estudiantes, pero ni mención sobre la presencia de “mercenarios”. Ahí estaba el montaje fríamente calculado con antelación, porque el agente faldero no iba a presentarse al duelo verbal. O quizás sí, aprovechó la superioridad numérica de los prosélitos convocados y anduvo entre ellos camuflado con peluca, busto de silicona y un jeans a la cadera.  
 
La opinión pública internacional y la sociedad civil desmarcada del totalitarismo, sabe que no será la primera ni la última carpa montada por los cobardes de la inteligencia cubana. Gladis Gutiérrez, presidenta nacional de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), armó el espectáculo en apenas unas horas. 

¿Existe alguna duda del carácter extraordinario de la movilización? ¿Comparte la intelectualidad cubana tales atropellos contra la libertad de expresarse públicamente? 
La noticia del atropello a Reinaldo y sus amigos el viernes 20 recorrió el mundo. Sin embargo, el ICRT tardó 48 horas en transmitir el reportaje de la periodista Dianis Torres. Como “un grupo íntimo de mercenarios” lo calificó la reportera oficial. Entonces, ¿para qué tanto barullo? 

Las golpizas propinadas por agentes de la Seguridad del Estado pueden ser  consecuencia de ciertos deseos reprimidos, aplicar en horario laboral la dosis de violencia que reciben en casa. ¿Quién será la próxima víctima?