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Jabones liliputienses 

LA HABANA, Cuba, 22 de mayo, (Moisés Leonardo Rodríguez , www.cubanet.org) -Seis por cinco y medio centímetros y dos de altura, son las medidas de los jabones de lavar que se venden mensualmente por la cartilla de racionamiento, cuando no fallan, a razón de uno por persona desde el inicio de la crisis denominada por las autoridades Período Especial en Tiempos de Paz. 

Como en el café y otros productos, la calidad parece depender del nivel de la desviación de recursos (robo de materia prima)  en sus centros de elaboración, de las materias primas obtenidas del exterior o quizás de la fase de la luna o de cómo tenga la  vena el bloqueo imperialista. Nadie sabe con certeza el por qué, pero fluctúa su calidad entre regular y mala. 

Los dos primeros meses del presente año no se ofertó la cuota de este pequeño pero imprescindible producto básico. Esto no es novedad pues siempre dejan de suministrarlo algunos meses del año.  

Cuando esto sucede, la única alternativa es recurrir a la bolsa negra o las tiendas dolarizadas donde nunca falla la oferta del producto, deficitario en la economía socialista  pero casi nunca en la capitalista de Estado de la isla. 

En estos casos la familla cubana debe gastar como mínimo 50 centavos de dólar, 12,50 pesos moneda nacional por cada pastilla sustituta para cubrir la necesidad determinante de la higiene doméstica y personal. El salario promedio es de unos 14 dólares.

Aun en los meses que se cumple con la cuota de estos jabones, que recuerdan la imaginaria ciudad habitada por seres diminutos de Liliput, la mayoría de las personas consultadas confiesan que no les alcanza para las necesidades del mes.