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Orlando Zapata, el pecador

Filiberto Hebra

MIAMI, Florida, marzo, www.cubanet.org -El Comité Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) emitió una nota sobre el fallecimiento del recluso cubano Orlando Zapata Tamayo. La nota puede leerse en www.iglesiacubana.org.

A estas alturas creo que la posibilidad de que el olmo se convierta en peral es más realista que esperar grandes denuncias de la Iglesia Católica cubana sobre la triste situación de los derechos humanos en la isla. Una vez más esta organización  religiosa es  consecuente  con su historial a lo largo de medio siglo en Cuba. Las poquísimas excepciones no hacen más que confirmar la tendencia que tienen a caminar en puntillas los auto llamados representantes de Dios en la tierra de la siguaraya.

En medio de malabarismos lingüísticos e inteligentes cantinfleos nos regalan la siguiente joyita:

(Cita textual:)“La muerte, en estas condiciones es una tragedia para todos porque se trata de la vida de una persona, que es siempre el bien mayor a proteger y conservar por todos.

La Iglesia Católica, por tal motivo, en situaciones similares trata de disuadir a que no se utilicen métodos de reclamación que pongan en peligro la propia vida, lo cual es una forma de violencia que ejerce la persona sobre si misma".(Fin de la cita textual)

La clave está al final del párrafo anterior:”violencia que ejerce la persona sobre sí misma”.

Los principales pecados que la Biblia, especialmente en el Levítico, describe como “abominables”, algunas traducciones prefieren “detestables”, son los siguientes: la idolatría, el sexo ilícito, la mentira, el engaño, las comidas impuras y el asesinato, dentro de este último incluye al suicidio como “violencia que ejerce la persona sobre sí misma”.

La nota también deja clara la razón por lo que el pecador Orlando Zapata decide suicidarse:
(Cita textual):“Era considerado preso de conciencia y la huelga que le costó la vida iba dirigida a que se atendieran sus reclamaciones en cuanto al régimen penitenciario”. (Fin de la cita textual)

Es de notar el impersonal y eufemista “era considerado preso de conciencia”. Ni asomo de ideas políticas o causa de encarcelamiento, de paso dejan en una celestial nebulosa por  quiénes era considerado un preso de conciencia y si lo que pedía era estrictamente mejoras en el régimen penitenciario. Nada que pueda dañar las cordiales relaciones entre dos naciones soberanas como lo son Cuba y el Vaticano.

Quedaron bien con Dios, pero mucho mejor con el Diablo.