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La mega piscina Aleaga Pesant LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Sin inauguración oficial, la mega piscina de la Habana quedó abierta para los bañistas. Al llegar el verano a principios de junio, miles de habaneros se acercan a darse un chapuzón en ese tramo de costa de 7 kilómetros, donde un muro divide a la jungla urbana de la naturaleza. Casi siempre son adolescentes, pero también hay adultos. Unos aprecian la cercanía del muro a sus hogares, otros la posibilidad de hacer piruetas en el aire para caer en el agua del litoral. También están los que no se bañan, pero disfrutan sentados en el muro. O los amantes que se escabullen al mediodía para besarse, mientras la brisa del noreste bate la Avenida del Golfo. Algunos más sofisticados prefieren ir a los espacios de Miramar, como la Playita de 16 y su feroz diente de perro, que la convierte en un espacio para solearse y hacer vida social. Los jóvenes son los principales usuarios de ese monumental espacio azul. Algunos llaman al malecón el sofá de la ciudad, porque comunica la ciudad destruida con la corriente del golfo, referencia obligada a la novela El Viejo y el Mar. No hablaremos de pescadores, submarinos y de nailon y anzuelo. En estos días, con uniforme escolar con el traje de baño, muchachas y muchachos se acercan al muro, casi siempre después del mediodía a darse el chapuzón. A los más osados no les interesa bajar. Se lanzan al agua desde alturas superiores a los cinco metros, realizando complicados ejercicios acrobáticos dignos de clavadistas profesionales. Los cinco puntos de mayor concentración de bañistas suelen ser: La punta (al comienzo del Prado), La Rampa, la calle E (antigua Baños), la terraza del Hotel Riviera, y el Puente de la calle 16, en la desembocadura del rio Almendares. |