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Oscuridad en casa

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - El lunes 8 de junio debatía junto a los colegas Amarilis Cortina y José Antonio Fornaris, la situación de los 17 periodistas encarcelados y demás prisioneros políticos y de conciencia. Coincidimos en que la política interna de Cuba, estática e insensata por norma, no debe o no quiere admitir rediseños que afloren el verdadero sentido de democratización.

En este sentido coincidimos en que Cuba, en materia de derechos humanos es, como dice el refrán, candil de la calle y oscuridad de la casa”.

El 8 de junio, día del jurista, el gobierno cubano certificaba ante la opinión pública internacional su negativa de retornar a la Organización de Estados Americanos (OEA). Lo que para el régimen de Cuba fue una “victoria” de 120 horas, terminó en revés para quienes se empeñaron en borrar una sanción de 47 años.  

He oído más de una vez, a través de decenas de consignas y discursos oficiales, que el respeto a la autodeterminación es un principio “inalienable” de los pueblos que luchan por su libertad. También he leído en el artículo 62 de nuestra constitución, que es punible el ejercicio de las libertades cuando estas van “contra la existencia y fines del Estado socialista”. 
       
Más claro ni el agua. Justificación de sobra para que la “justicia revolucionaria” enjuiciara a 75 opositores pacíficos hace seis años. En medio de tanta lucidez constitucional, defensora a ultranza de las “decisiones del pueblo”, ¿por qué en algunos casos de desobediencia civil se ejecutan los procedimientos jurídicos y penales correspondientes, y en otros no? 

¿Por qué el tribunal revolucionario no aplica igual penitencia a los periodistas independientes y opositores que hoy obstruyen las “decisiones del pueblo”, aún cuando éstos suelen ser más implacables que los encarcelados durante la ola represiva de marzo de 2003? 

No quisiera equivocarme, pero creo que la timbrada histórica de la revolución sufre el síndrome del titubeo, algo así como una crisis de nervios, blandenguería o flojera en las extremidades inferiores. 

No lanzo ofensas al aparato jurídico. Sus letrados no tienen otra opción. Están cosidos al caqui verde olivo que viste al gabinete totalitario. Más bien les sugiero que cumplan lo establecido en la constitución y en la Ley de Procedimiento Penal, liberar a los presos políticos o poner tras las rejas a quienes en la calle ponen en “peligro” la seguridad nacional.  

No creo que la crisis política y económica sea una limitante para otro zarpazo similar al de marzo de 2003, más aún cuando la ley 88 (ley mordaza) y los falsos historiales de delitos comunes, sean el plato fuerte en los procesos contra la subversión interna. 

En poco menos de un mes el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA), consiguieron que el experimento de democratización en la isla retornara al tubo de ensayo. Los primeros reeligen a Cuba como miembro del Consejo hasta el año 2012. Los segundos (la OEA), intentaron rediseñar la política hacia Cuba y sólo recibieron un jaque mate. 

El gobierno cubano se muestra reticente ante cualquier gesto de apertura, venga de donde venga. Defiende la autodeterminación de los estados y reprime la de su pueblo. Hay tanta oscuridad en casa que los gobernantes no perciben que la soberanía está en riesgo desde adentro.

odelinalfonso@yahoo.com