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La semana pasada

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - El sábado pasado una amiga de Noti-Cuba me envió un mensaje por el móvil sobre la acusación a Myers, ex funcionario del Departamento de Estado que pasaba información secreta a los Castro. La nota fue el último capítulo del culebrón informativo de la semana, cuyo plato fuerte estuvo en las sesiones de la OEA para levantar la exclusión del régimen cubano de esa institución regional.

Cuba se abre al mundo a su manera –exporta médicos, vocifera contra Estados Unidos y asesora a sus aliados del continente-, pero cierra las puertas de las oportunidades a sus propios ciudadanos. Tal vez por eso el jueves, mientras los presidentes latinoamericanos esperaban la felicitación del gobierno de Castro por la Resolución de la OEA, un grupo de balseros fueron apresados en el Malecón, al lado de la sede diplomática de los Estados Unidos, al regresar por fallos técnicos cuando intentaban escapar de la isla.

Sobre la decisión de la OEA hubo análisis de todo tipo dentro y fuera de Cuba, desagraviada y silenciosa por conveniencia totalitaria. Por el régimen habló Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional, quien expresó: “Cuba agradece el gesto, pero no está preparada para pedir ser admitida”.

El vocero del castrismo tiene razón, Cuba no está dispuesta a respetar la Carta Democrática de la organización regional. El esfuerzo de sus aliados por devolverle el sillón no es más que un gesto contra los Estados Unidos, cuyo gobierno apoya a la oposición pacífica e insiste en la necesidad de cambios en la isla, lo cual cuestiona el jueguito del poder vitalicio de los Castro, sostenidos por el petróleo y los dólares de Venezuela con la complicidad de los mandatarios que ponen de moda a la vieja dictadura.

Cuba está situada a la entrada del Golfo de México, pero no es el centro de América ni el ombligo del mundo. Suceden cosas en otras partes. El gobierno de Perú declaró la emergencia en los Andes por la muerte de 153 niños. En Guatemala reclaman investigar al presidente Álvaro Colom por su posible complicidad en un asesinato. Hugo Chávez tomó el control de 14 nuevas plantas de gas natural en Venezuela. Predominan los terroristas en el Medio Oriente, a donde viajó Barack Obama para “buscar un nuevo comienzo entre los Estados Unidos y los musulmanes”; mientras Irán y Corea del norte aceleran su programa nuclear y China frena a los jóvenes que evocan la masacre de Tiananmen.

Si comparamos las noticias de la semana pasada con las aguas mansas que reinan en Cuba, vemos que el mundo es muy complejo para juzgarlo desde la atalaya insular. La Habana es todavía una plaza sitiada por su propio gobierno, devenido “símbolo de resistencia” para algunos mandatarios de la región que copian al castrismo.

Quizás el señor Myers y su esposa, al convertirse en espías de los Castro, no sabían cómo funciona este país. Tendrán tiempo de informarse y de esperar por nuestro ingreso en la OEA. Veremos qué pasa.