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Herta Müller, víctima del terror Tania Díaz Castro LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Me complace mucho que el Premio Nobel de Literatura de este año esté en manos de la poetisa, novelista y ensayista Herta Müller (1953), de nacionalidad rumano-germana. Se trata de una mujer que, como muchas otras que han vivido en países con regímenes totalitarios, sufrió el tormento de la represión por parte de los servicios secretos del suyo. Su madre pasó cinco años en un campo de concentración comunista en la ex Unión Soviética en 1945, mientras que Herta era acosada por la policía secreta rumana para que sirviera de informante. Confesó el día de la premiación que si su literatura refleja en gran medida su vida tras la Cortina de Hierro, es porque vivió siempre bajo el temor de la persecución. Como el tema recurrente de su literatura es el deterioro que producen los estados comunistas en las relaciones humanas, fue censurada en su país, y cuando escribió un libro sobre la intolerancia, la opresión y la corrupción del gobierno de Ceaucescu, se vio forzada a marcharse de Bucarest junto a su esposo. El Nobel de Herta Müller es un ejemplo feliz de cómo la vida premió finalmente a una víctima de la represión. También hace creer en la justicia ver como los represores, al menos algunos de ellos, tarde o temprano reciben su merecido. Tanto Saddam Hussein como Slobodan Milošević, ambos agasajados en su momento por los dictadores de Cuba, terminaron pagando por sus crímenes. Quiero pensar que, con el paso del tiempo no habrá represores impunes, que no sean juzgados, ni se librarán del escarnio público los escritores y periodistas que encubren dictaduras; también que, como ocurrió a Herta Müller, al final la vida premiará a las víctimas del terror. |