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Sabiduría popular 

Frank Correa 

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Roberto Hernández, alias “El bate”, es un mulato cincuentón que  se gana la vida arreglando fosforeras frente a una parada de ómnibus en Jaimanitas.  

Además de alargar la vida de los encendedores rellenándolos con gas, renueva las piedras y otras piezas que se dañan por el uso.  “El bate” tiene dos empleos más, según dice, para redondear el salario del mes y volverlo “atractivo”.  En el horario de la tarde funge como inspector  de transporte, deteniendo con su uniforme azul y la tablilla a los autos  estatales, obligándolos a llevar pasajeros que van por el mismo rumbo. De noche es  custodio del Círculo Social Obrero Los Marinos. 

Dice “El bate” que él es un “trabajador de antes”, concepto que acuña para explicar el por qué de sus tres ocupaciones.  

-Antes del socialismo los hombres eran educados para vivir de sus salarios, a trabajar con esfuerzo y disciplina; en n cambio hoy  no quieren doblar el lomo, viven del invento y el delito. 

Este trabajador multioficio  posee una educación refinada; obliga a sospechar que tras el custodio y el inspector pudiera andar algún catedrático frustrado de los tantos que pululan en la isla. Confiesa que solamente alcanzó el octavo grado, y tuvo que ponerse a trabajar desde muy joven para ayudar a su familia. 

De hablar  pausado, casi en susurros, utiliza palabras poco comunes pero comprensibles. En su conversación se desbordan la chispa y el encanto criollos para burlarse del inmovilismo en que  yace Cuba.

“El bate” anda preocupado por estos días. De fuentes fidedignas le han llegado rumores de que van a suspender  los inspectores de transporte. Aunque todavía le quedarían dos empleos, se muestra intranquilo.  

-Es que los tres trabajos se complementan -dice-, si me quitan uno los otros dos pierden incentivo.   

Le pregunto a qué se debe, según él, que quieran suspender algo tan necesario y popularmente agradecido como el cuerpo de inspectores de transporte.  

-Se debe a Carlos Lage, parece que están desmantelando los dispositivos que activó cuando era el segundo manager de Cuba. Los inspectores de transporte fueron un invento suyo. 

-¿Por qué será que en Cuba siempre acaban con los beneficios? 

-El problema es que no existe continuidad, las tareas comienzan con ímpetu, luego pasan a un periodo de formalismo, después se las come la apatía. 

-¿Cuál es la razón? 

-Para que haya continuidad tiene que haber incentivo, y para que haya incentivo hay que ganar buenos salarios, y para que esto se dé hay que tener por lo menos tres empleos, y para mantenerlos hay que ser un trabajador de antes, para lo cual se necesita una base. Y eso es lo que falta hoy en Cuba, una base. Por eso todo se desmorona con cualquier ventolera.