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¡ASESINOS!

Nelson Núñez Dorta

QUERÉTARO, México, febrero, www.cubanet.org -Dejar morir un hombre únicamente por pensar diferente es el más atroz homicidio que se puede cometer.

Que inmoralidad, recibir y abrazar a un gobernante que encabeza junto a su hermano un gobierno asesino y callar ante sus crimen.

Mientras Orlando Zapata Tamayo, moría  en las mazmorras fascistas de la dictadura que asfixia las libertades del pueblo cubano, únicamente por el justo reclamo de sus libertades y derechos, otros a los que no quiero calificar, para evitar todas las ofensas que vienen a mi mente, hablaban de libertades, pluralidad y derechos en una playa de México. ¡Cuanta miseria humana!

Ahora, no lo dudo, vendrán  las declaraciones de los estadistas que se sorprenderán, lamentaran o deploraran  el hecho, porque hasta valor les faltará, para definirlo como lo que es: un crimen.  En realidad la mayoría de estos personajes nunca ha tenido la moral o el valor de condenar a ese régimen asesino en ningún foro publico.

Me pregunto ¿Cuantos muertos más, serán necesarios  en Cuba, para que se hable seriamente y se exija a su dictadura el respeto a la dignidad del ser humano?

Orlando Zapata Tamayo ha sido asesinado premeditadamente en las prisiones castristas, el mundo debe sentir vergüenza por este crimen.
Debería provocar horror que,  a estas alturas de nuestra evolución, gobernantes de una nación, permitan, con pasmosa frialdad,  que un hombre, un opositor pacifico, muera  lentamente privado de sus libertades y sus derechos.

La muerte de Orlando no es la primera y quizás no sea la ultima para conseguir los objetivos de construir una patria digna, sin tiranos, ni vasallos.
¡Que equivocados están los que piensan que la represión y la muerte destruyen las ansias de libertad de un pueblo!
 
Orlando ha sido ese hombre que ha reunido en si, la dignidad y el valor, de muchos hombres y su muerte es un llamado que, estamos seguros, no caerá al vacío.

La dictadura castrista debe estar hoy más asustada que nunca, porque muchos Orlando comienzan a salirle al paso y no será la represión o la muerte la que impida al pueblo cubano asumir su gobierno.

Descanse en paz Orlando Zapata Tamayo y vivan eternamente y multiplíquense en los cubanos, sus ideales, su valor y su dignidad.