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Difícil tarea José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - No hace mucho, un lustro nada más, Fidel Castro repetía en cada momento propicio, que los estudiantes cubanos aprendían tres veces más por año lectivo que en ocasiones anteriores. En abril del presente año el ministro de Educación, Luis Ignacio Gómez Gutiérrez, fue defenestrado. El propio Castro en su columna “Reflexiones del compañero Fidel”, aseguró que Gómez “había perdido energía y conciencia revolucionaria”. Y agregó: “Debo señalar que en el transcurso de diez años ha viajado al exterior más de 70 veces (…) utilizando siempre el pretexto de la cooperación internacional de Cuba. Por este y otros elementos de juicio, no se tiene ya confianza en él; más claro todavía, ninguna confianza”. Nadie en el Comité Central del Partido Comunista, ni en el gobierno, entre los que se encontraba el propio Castro, se había percatado de las frecuentes salidas al exterior del ministro de Educación. Gómez Gutiérrez parece haber sido el clásico chivo expiatorio. Durante años los graves problemas del sistema educacional en Cuba han estado a la vista de todo el mundo. El general Raúl Castro, llamó hace dos semanas a los maestros y profesores jubilados a que se reincorporaran de a la docencia. El déficit actual es de 8 mil 192 docentes. Dijo, para motivarlos, que se respetaría la cuantía de la pensión recibida por los años de servicio, y se les pagaría, además, el salario total de la plaza a desempeñar. Por su parte, José Ramón Fernández, vicepresidente del Consejo de Ministro, exhortó el pasado 16 de julio a que la escuela reflejara “su quehacer en la sociedad, a combatir el irrespeto, la grosería, los malos hábitos, pues más que enseñar tenemos que educar”. En dos de los tres objetivos fundamentales del curso escolar 2008-2009, la palabra “revolución” es lo que prima. En el primer caso se asegura la necesidad de lograr que “toda la población cubana, con énfasis en los niños, adolescentes y jóvenes, a partir del desarrollo de sus capacidades, conviertan las oportunidades que la Revolución les brinda en verdaderas posibilidades de adquirir una cultura general e integral”. Lo único que puede tener algún valor dentro de la crisis del sistema educacional en Cuba, y hasta este momento circunstancial, es que oficialmente se ha reconocido que hay que educar. Ahora lo importante es que se decidan a hacerlo.
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