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Como un bolero se robó un pedazo de cielo

Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, marzo (ww.cubanet.org) -  La cantante cubana Lynn Milanés pasó como un bolero robando el corazón, un pedazo de cielo y los aplausos del público que llenó la sala y los pasillos durante los dos conciertos que ofreciera recientemente en el teatro Mella de esta capital.

Quedó claro que la joven no brilla por la fama y popularidad que rodean a su padre, sino por su propio e indiscutible talento. Además, marcó un  precedente al recuperar cantos olvidados de la vieja trova cubana y compartir el escenario con figuras que en cierto modo han permanecido marginadas, o condenadas al anonimato por los censores del gobierno.

Lynn, la mayor de las hijas del cantautor Pablo Milanés, creció impregnada de lo mejor de la música cubana y en especial de la trovadoresca. Estudios musicales de flauta le enriquecieron aún más. Ahora, todo este aprendizaje comienza a rendir frutos con el lanzamiento de su último disco, Te quiero bien. La más lograda de sus producciones hasta el presente. Un trabajo que contiene temas de Maria Teresa Vera, Sindo Garay, Carlos Varela, Polito Ibáñez, Raúl Torres, Liván Castellanos, Atanay Castro, Marta Valdés, Federico Yadó, Ella O’Farrill, entre otros sobresalientes compositores de distintas épocas y géneros.

Para su presentación, Lynn, también incluyó dos temas en portugués y en inglés, Corcovado, de Tom Jobim y You Are My Heaven, de Eric Mercury y Stevie Wonder, que popularizara Roberta Flack, piezas a los que dio un toque personal a partir de un timbre propio sin excesos ni barroquismos, y una afinación impecable.

Durante la primera parte del concierto se lució con hermosas interpretaciones, acompañada de jóvenes talentos que componen su grupo musical. Tras un breve intermedio de jazz, vino la segunda parte en la que, además de cantar, retomó la ejecución de un instrumento que hacía tiempo no tocaba en público: la flauta. Luego; un desfile de invitados. Impresionaron  los dúos que hiciera, por separado, con sus hermanas Aidé y Suilen, con el magistral saxofonista César López, con el propio Polito Ibáñez y a pura guitarra con Raúl Torres, entre otros destacados músicos cubanos.

La noche cerró con broche de oro; Lynn compartió la interpretación de dos canciones junto a su padre y al espontáneo coro que conformó el público presente. Las canciones escogidas fueron Guarina, de Sindo Garay y A tu lado, de Mario Dalí.

El equipo de montaje de escena, luces, audiovisuales y sonido, contribuyó al éxito del espectáculo en ambas funciones. Por desgracia, como siempre, el punto más débil fue la promoción del evento. Generalmente los organismos supuestamente encargados de  promover los eventos culturales, no lo hacen, excepto cuando tienen alguna connotación política.

El disco Te quiero bien, titulado así por uno de los temas principales que componen el volumen, fue grabado en los estudios PM Records, que dirige Pablo Milanés. Una de las pocas entidades artísticas que, dentro de la Isla, se dedican a fomentar el desarrollo de artistas jóvenes y de los ya no tan jóvenes. Estos estudios sobrevivieron como remanente de un proyecto más abarcador, la fundación Pablo Milanes (PM), que en su momento propició el nacimiento de numerosas figuras artísticas que brillan en la actualidad. La fundación fue clausurada por las autoridades gubernamentales en la década del 90 del siglo pasado.

Los asistentes agradecieron el espectáculo y se escucharon comentarios elogiosos a la salida de la sala. Aunque el espectáculo duró casi dos horas, el público quería más y algunos continuaron cantando las mismas canciones, al ritmo de las guitarras y el ron en el patio del teatro.