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ETZ en acción

Juan Carlos Linares Balmaseda

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Se pueden ver por doquier. Casi siempre en zonas urbanas. Poseen un valor lucrativo concerniente al estatus que inducen entre sus adeptos, sin distinción de edades. Las motocicletas ETZ han cimentado una leyenda en Cuba.

No es extraña su correlación con la transportación de droga, de proxenetas y de prostitutas. Tampoco con el contrabando de mercancías o los robos y asaltos.

A comienzo de la década de los ochenta llegaron las primeras. Era aquella etapa en que cientos de jóvenes cubanos salían varios años a la que fue República Democrática Alemana (RDA), mediante contratos de trabajo, y volvían con una motocicleta: el mejor estímulo.

Las primeras que entraron podían venderse o cederse, pero en cuanto la “dirigencia del estatismo” percibió  lucro, prohibieron a los dueños todo tipo de traspaso de propiedad.   

Durante el “período especial” se estacionó en los extremos de la escala social. Perteneció a la motorizada nacional en pueblos de provincias. Al otro extremo, sería la marca favorita para los ladrones de motocicletas. Los malhechores montaban en pareja y salían a robar. Pasaban horas y a veces días siguiendo una victima motociclista.

Además, disputan estándares de accidentalidad; relacionados con el consumo de alcohol, exceso de velocidad y demás contravenciones de las leyes del tránsito.

Algunas de ellas tienen uno, dos y más dobles transitando. Un primer paso para hacer un doble es declarar la pérdida del documento de propiedad de la moto. Le sigue armar otra motocicleta, con sofisticada falsificación de la placa de la matrícula, la numeración del cuadro y del carter. Luego el doble será vendido. Igual sucede con los automóviles, comúnmente los que no tienen traspasos.

Algunas alcanzan la cifra de cinco mil pesos convertibles cuando exhiben un óptimo estado técnico. Las piezas de repuesto y el mantenimiento también gozan de valores exaltados, insostenibles por un salario estatal.
   
Lo positivo de las codiciadas motocicletas ETZ,  conocidas también como 250 0 251 por su cilindrada cúbica, es que fueron dotadas de características funcionales: mecánica sencilla, potencia, ligereza, economizadoras de combustible y sobre todo, muy resistentes al medio donde les tocó rodar. 

 

                                           TODO  POR  UN  SUEÑO

                                                Jorge Olivera Castillo.

No tuviste la desgracia de
flotar en la órbita de una pesadilla
En tu galaxia se palpa,
la luz de la esperanza,
el fuego de los amaneceres sureños,
un destello permanente entre las colinas de Georgia
De las tierras fértiles
donde sembraste el amor y
otros árboles recios,
surgió el sermón de la bienaventuranza,
el coro emancipador del látigo y la muerte,
la exhortación para responder al maltrato
con el lenguaje de las flores
Se dice que en Mississippi, las nubes
tienen la forma de tu sueño
En Alabama aseveran que andabas con una
sonrisa de nácar y el gesto de quien no teme el olvido
                                      
De Kentucky llegan los ecos de una alabanza que
hace temblar a los carceleros de la paz y al comando
que secuestró la armonía.

Eres, ¿quién lo duda?
un rey de vastos dominios,
el siervo predilecto de la bondad,
el eterno joven que bruñe el sacrificio como la
mejor prenda del universo

Esas son las coordenadas de tu imperio,
eternamente tuyo, desde donde el Sol lanza
sus primeros bostezos y la Luna entrega toda su nobleza

Bastó la combustión de tu alma para
 hacer estallar las cadenas de la incertidumbre

 No hubo necesidad de vanas artesanías,
 tampoco de verbos y miel para aromatizar la tragedia.

 Creyeron en ti, los negros forrados de dolores y
 los blancos que nunca comulgaron con el desprecio

 Un solo pueblo, limpio y decente,
 una razón para librar el futuro de la mordida del rencor.
 Una fórmula para destrabar los nudos de la incomprensión-

 James Earl Ray le disparó a un sueño, hospedado en
 el Hotel Lorraine,
 se creyó un asesino de pura raza,
 pensó en la corona y un ramo de olivo.
                                    
Estupefacto, contaba en el aire miles de partículas
sobrevolando la ciudad de Memphis.
No eran las gotas de sangre abandonando
la garganta rota.

Eran sueños disputándole un espacio al porvenir,
sueños trashumantes,
sueños cabalgando sobre los nimbos,
sueños de Martín Luther King y de todos.
Sueños que nadie se atreve a enterrar.