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¿Por qué soportamos todo esto? Miriam Leiva LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Los cubanos soportan todas las penurias que el gobierno impone. Durante años no se quejaron. Mantenían la esperanza de que se trataba del desconocimiento intelectual de los dirigentes; Fidel no sabía lo que pasaba, y que con las campañas para incrementar el nivel cultural y técnico se superarían las deficiencias. Pero confiaban en que las promesas se cumplirían y que verían la recompensa por sus sacrificios. Todos vivirían mejor. Se acabaría la confrontación entre hermanos y amigos. En definitiva, la culpa la tenían los contrarrevolucionarios y el imperialismo yankee. Otros sentían miedo. Se sabían vigilados porque en algún momento expresaron algún criterio o palabra ajena al lenguaje oficial. Estaban seguros que el G2, devenido Seguridad del Estado, los miraba y escuchaba siempre a través de los Comités de Defensa de la Revolución, de familiares y amigos. Luego se percataron de los teléfonos pinchados y los micrófonos en el hogar y en los cuerpos de los visitantes. Participamos de la Campaña de Alfabetización, noble empeño que llevó a cientos de miles de jóvenes a los lugares más remotos. Pasó la invasión de Playa Girón, conocida afuera como de Bahía de Cochinos, que los entusiastas milicianos, siempre bajo la dirección de Fidel, y la negativa de John F. Kennedy de invadir Cuba, concluyeron en 72 horas. Se era orgulloso de servir a la Patria. Terminada la Campaña de Alfabetización, los hijos de los campesinos invadieron las lujosas mansiones de Miramar, Biltmore y El Laguito. Llegaron a continuar estudios a través del plan de becas. Era la segunda invasión de los orientales; la primera había sido la de los rebeldes, que contribuyeron a llevar a Fidel Castro al poder. Luego fuimos a recoger café en las montañas de Oriente. Allí nos sorprendió la Crisis de Octubre, cuando el Comandante estuvo a punto de llevar a la Humanidad al exterminio, con una confrontación entre los rusos, que tenían sus cohetes nucleares emplazados en Cuba, y los norteamericanos. Siguieron las marchas bajo distintos motivos, entre ellos la guerra civil, que fue denominada por el gobierno ¨Limpia del Escambray¨. Por esa época pocos sabían que cientos de cubanos habían sido fusilados sin justicia real y que miles de ciudadanos estaban en terrible prisión. Para adolescentes y mayores, borrachos de credulidad, todos los opositores eran enemigos peligrosos. Hubo excesos de los opositores indudablemente, pero la historia estuvo muy mal contada, y tendrá que investigarse adecuadamente algún día. Los hombres, sobre todo, resistieron estoicamente las movilizaciones militares no sólo para ¨enfrentar al imperialismo¨, sino para ayudar a los pueblos del mundo. Silenciosamente la inmensa Cuba se esparció por el Medio Oriente, África, Ámerica Latina y Asia. Cientos de miles de cubanos pelearon por la libertad de los pueblos y miles murieron convencidos de que su sacrificio valía la pena. Y los gobernantes crearon la ilusión también de que los cubanos determinamos nuestro futuro; de que nos gobernamos y que vivimos en el ¨mejor de los mundos posibles¨. Hicieron la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado. Fusilaron al General Arnaldo Ochoa, héroe de muchas batallas, admirado por sus subalternos. Pero la realidad es cruel con quienes viven engañados. Se desplomó la Unión Soviética y con ella los recursos financieros y materiales de todo el denominado campo socialista. Llegó el ¨Período Especial¨, como eufemísticamente llaman a la etapa de mayor crisis política, económica y social vivida por Cuba, que ya cumple 20 años. La Revolución festejará su 50 Aniversario el 1 de enero de 2009 en un país arrasado por sus dirigentes y tres cruentos huracanes, sin recursos para enfrentar las grandes miserias del pueblo, enclaustrado por sus talibanes en una isla grande y otra más pequeña, sin poder visitar siquiera sus cayos adyacentes; con las migajas de poder alojarse finalmente en los hoteles para turistas y poseer celulares si se tiene divisas, pero sin acceso a Internet; con los vendedores prohibidos y los activistas de derechos humanos perseguidos, más de 55 prisioneros de conciencia y unos 300 reos políticos pacíficos. |