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¿Cambios en Cuba? (final)

Dolia Leal Francisco


LA HABANA, enero (www.cubanet.org) - Aunque el General Raúl Castro está comprometido con el proyecto de su hermano, se comenta que es un hombre organizado y pragmático. No obstante, debe tomarse en cuenta que en el actual gobierno existen dos tendencias: la de los talibanes (ortodoxos), y la de los reformistas.

El general Castro se encuentra entre estas dos corrientes, pero al status quo debe añadirse un nuevo elemento: el NO a la reforma constitucional planteada por el presidente Chávez, y que era una carta de triunfo en manos de los talibanes. Ahora la pelota esta en la parte de los elementos moderados, y esto puede ser aprovechado por ellos, porque es un hecho que pese al subsidio venezolano la situación en Cuba no mejora, ni mejorará si no se emprenden profundos cambios económicos; por ejemplo, realizar una reforma monetaria, ajustando el valor de la moneda única a las realidades del país.

También es importante adecuar el pago de salarios y pensiones al costo actual de la vida, así como implementar la reforma a la Ley Tributaria, de forma tal que no constituya un impedimento al desarrollo de nuevos trabajos por cuenta propia.

En el sector agropecuario debe autorizarse a los campesinos a disponer y comercializar libremente lo que produzca su parcela o cooperativa, y vender a los campesinos que actualmente usufructúan parcelas en tierras estatales la propiedad de las mismas, concediendo los créditos blandos necesarios para comercializar la producción que se obtenga.

Las granjas estatales serían parceladas y dichas parcelas serían puestas en venta de acuerdo a prioridades establecidas, principalmente a los que laboran la tierra actualmente.

Los propietarios de las mismas podrían elegir si se agrupan en cooperativas o permanecen independientes.

El trabajo por cuenta propia debe ser autorizado sin restricción de profesión u oficios, ni discriminación alguna por motivos políticos o religiosos. Con esta medida se abrirían restoranes, cafeterías y otros puestos de venta privados. Asimismo, se garantizaría a los trabajadores por cuenta propia la adquisición legal de los insumos, repuestos, instrumentos, etc. necesarios para el desempeño de su trabajo.

Sería saludable para le economía autorizar a ciudadanos cubanos residentes en el país la adquisición de hasta el 35% de las pequeñas empresas o industrias, de forma individual o en sociedad, y también la autorización a ciudadanos cubanos residentes en el exterior a invertir en nuevas industrias y empresas de producción y servicios, de pequeña y mediana magnitud, ofreciendo a los mismos facilidades y oportunidades dada su condición de cubanos.

Otras medidas a tomar tienen que ver con la reparación de las viviendas en mal estado por medios propios, y con la construcción de nuevas viviendas y edificaciones comerciales, así como el otorgamiento de licencias para la transportación de la población en vehículos privados.

Estas reformas serían de inmediata aplicación dada la gravedad en que actualmente se encuentra la economía nacional. Aunque estas medidas serían un paliativo a la problemática actual, no serían la solución definitiva porque a la aplicación de estas medidas y de otras de carácter económico, deben seguir la ejecución de reformas de carácter socio-político, tales como el respeto a los derechos humanos, la liberación de los presos políticos y los encarcelados por cometer actos contra la economía del país.

La mayor problemática que vive Cuba es el caos económico, situación que genera inquietud y descontento social. Quieran o no los ideólogos del socialismo caribeño, la economía es la base sobre la cual se fundamenta la estabilidad política de cualquier nación.