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Reporte dramático Aleaga Pesant LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) - El domingo, alarmado por los informes, llamé por teléfono al colega Rafael Ferro Salas, vecino del reparto Calero, en Pinar del Río. El periodista independiente se quejaba de que el huracán arrancó las ventanas de su casa. Su desazón se debe a la situación personal que confronta y al escenario que lo rodea, definido por los medios de comunicación del gobierno como desastroso. Su edificio, construido en la década de 1970, perdió todos los ventanales. En la noche del mismo día, otro reporte me vino de un bibliotecario independiente, residente en Isla de la Juventud. Él y su familia vieron, desde el refugio donde se encontraban, desplomarse su vivienda de mampostería en la ciudad de Nueva Gerona. Los vecinos de Niquero, Pilón y otras comunidades del sur oeste de la Sierra Maestra, en Oriente, se vieron afectados por el huracán Denis en el año 2005. Más de siete mil casas se derrumbaron. Tres años después sólo se han construido algo más del 50 por ciento. Se sabe de grupos que desarrollan mecanismos de ayuda, como el Partido Liberal Nacional de Cuba (PLNC) y la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR). Estas organizaciones hicieron un llamado para respaldar a las victimas del fenómeno meteorológico; y aunque los resultados de su convocatoria se podrán considerar modestos, los ejemplos de fraternidad implican que la sociedad sigue moviéndose. |