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“Traté de ser comunista”

Baldomero Vásquez

CARACAS, Venezuela, septiembre, www.cubanet.org -Este mes de septiembre, exactamente el día 04, se cumplen102 años del nacimiento del primer escritor norteamericano negro, Richard Wright (1908-1960), en escribir un best seller (Native Son). Sus novelas llevaban un sello invariable: denunciaban las humillaciones a que eran sometidos en los Estados Unidos millones de seres humanos por ser negros (o afroamericanos, para que los revolucionarios no nos acusen de racista).

De la calidad de  la obra de Wright habla que su éxito haya ocurrido en la literatura, pues ésta en aquella época estaba reservada a los blancos. Por sus libros obtuvo una bien ganada fama mundial. En nuestros países continúa siendo un desconocido, en gran parte por culpa del aparato mediático comunista e izquierdista en general: nunca les pareció conveniente que se conocieran las razones por la cuales este intelectual negro renunció al comunismo.

La pobreza y el racismo del estado sureño en el que nació, Mississipi, marcarían la vida de Wright y serían la fuente de su identificación con los oprimidos. De joven emigró hacia el Norte, porque -según su biógrafa, Hazel Rowley- lo que más ansiaba era huir del Sur, de los abusos y costumbres racistas y del racismo legalizado. 

Ya en Chicago, Richard Wright se incorporó en los 30 a los círculos literarios del Partido Comunista Norteamericano (los clubes John Reed). Y en Nueva York llegó a ser corresponsal en Harlem del diario del PC, The Daily Worker. Como siempre denunció la injusta condición de los negros, le parecía lógico afiliarse a una organización que defendía los derechos de otros oprimidos como los negros: los proletarios.

La ruptura de Wright con el PC comenzaría con su rechazo a las críticas del Partido a la novela Native Son (donde un joven negro del Sur, Bigger Thomas, asesina a una joven rica y blanca que se enamora de él). Para los dirigentes comunistas aquella novela era propaganda negativa para los negros norteamericanos y para Wright recogía una verdad sociológica.

La ruptura definitiva con el comunismo vendría de puño y letra de Wright en distintos escritos, sobre todo en The God that failed de 1944 (El fracaso de un ídolo, en su versión española). Obra en la que expondría su desencanto con el comunismo junto a otros famosos intelectuales ex-comunistas (Koestler, Silone, Spender, Gide y Louis Fischer).

No es posible resumir la rica obra y compleja vida de Richard Wright en un breve espacio. Selecciono sólo un punto de ella, por considerarlo el más pertinente para la situación político-electoral de Venezuela en el presente, ya que la decrépita ideología castro-comunista -disfrazada de socialismo del siglo XXI- amenaza con sustituir la democracia con un estado totalitario. Me permitiré citar de este valioso intelectual negro uno de sus sólidos planteamientos que lo condujeron a abandonar el partido comunista y convertirse en “desertor” de la causa revolucionaria soviética. Recordaría Wright su experiencia de militante, cuando “traté de ser comunista”:

“Una hora de escuchar revelaba la fanática intolerancia de mentes acuarteladas… Denunciaban libros que nunca habían leído, gente que nunca habían conocido, ideas que nunca podrían comprender. El comunismo…los había petrificado en un nivel de ignorancia aún más bajo que el que tenían antes del comunismo” (SERVICE R. CAMARADAS. Ediciones B, S. A. 2009. p. 281).

El fanatismo es un instrumento con el que hoy el presidente Chávez azuza en la militancia del PSUV la propagación del culto a la personalidad hacia él. Es un instrumento peligroso que conduce a la barbarie y al cual, por tanto, estamos en la obligación moral de enfrentar si no deseamos ver a Venezuela seguir los pasos de regímenes comunistas, como el cubano,  que por esa vía llevaron a sus pueblos a vivir en el infierno.