Nuestro primer Santo
José Rodríguez Lascuraín

BUENOS AIRES, Argentina, noviembre, www.cubanet.org -He oído por ahí decir que la TV engorda alrededor de 4 Kgs; y que los dientes se ven más amarillos de lo que realmente son. Pero lo que nunca había escuchado es que, apretando algún desconocido control, se transforma en una máquina de hacer Santos.

Y no hubiese necesitado escucharlo, porque lo he visto en estos tres últimos días con mis propios ojos.

Pusieron un cartón con la leyenda: “Ultimo momento, murió Kirchner”, apretaron el control, y apareció un segundo cartel en el que se leía: “Ha muerto un aguerrido luchador”.

De allí en más, comenzó el lento pero firme ascenso del personaje en cuestión hacia los altares.

Fue un tedioso proceso de 72 largas horas, donde la máquina de la TV lo fue transformando de rapaz gavilán en blanca paloma.

Fue una Misa casi negra, donde se vio de todo, desde nuevos rituales hasta cantos gregorianos tomados del folklore cubano.

Uno de los acólitos cometió un error y cantó pacíficamente el Ave María de Schubert.

El machaconeo de los locutores oficiales, acompañados a coro por otros que hasta ayer lo denostaban, blanqueó su prontuario de corrupto y atizador de peleas inútiles, de mentiroso y manipulador, de falso y de ilícito millonario.

Se esfumaron en un instante los prontuarios abiertos en la Justicia sobre sus trapisondas y sus negociados.

En fin; termino la larga ceremonia y aquí estamos hoy, en un sábado soleado, con un nuevo Santo que vela por nosotros, y con el pobre y amargado Beato Ceferino, desbancado de un plumazo por un coterráneo patagónico, en su pretensión de ser el primero.