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De gobierno mundial habla un gran conocedor

Miguel Saludes

MIAMI, Florida, agosto, www.cubanet.org -Las últimas reflexiones de Fidel Castro hacen patente la preocupación del ex gobernante cubano por la hecatombe mundial, que según sus vaticinios, ya tendría que haberse producido. En la recta final a Castro le inquieta el futuro de la humanidad, y en particular el de los niños y jóvenes norteamericanos, lo cual es un sentimiento loable. Una de sus más recientes reflexiones está dedicada al polémico tema del control universal por parte de grupos de poder. La teoría sobre los ocultos manejos de ciertas fuerzas políticas financieras a nivel mundial, no constituye una novedad. La hipótesis cuenta con numerosos defensores. El argumento ha sido utilizado en novelas, guiones cinematográficos y no pocos autores con pretensiones de politólogos.

Es innegable que el avance de la tecnología, conjugado con el desarrollo alcanzado en diferentes campos científicos, como el de la psicología, acrecienta el temor ante la sociedad orwelliana del Gran Hermano, que todo lo ve y todo los sabe.  Aunque la trama de 1984 ha sido contextualizada en el entorno totalitario de la Cortina de Hierro y otros regímenes de la misma línea, el poder desmedido que se describe en el libro puede darse en situaciones, no necesariamente conectadas con el comunismo estalinista.

Parece que llegada la etapa de la jubilación, el Comandante cuenta con mayor tiempo y aprovecha para leer este tipo de literatura, exagerada, a veces vana y pródiga en elucubraciones hechas por el autor que a imitación de algunas grandes empresas noticiosas busca publicidad, y para conseguirlo aplica el gancho del sensacionalismo rendidor de buenas ganancias. Desgraciadamente estos libros venden y sus compradores no pueden ser encasillados entre los incultos o ignorantes. Basta observar la impresión que dejó en el ex gobernante cubano El Gobierno mundial. Fue tanta, que Fidel acudió a la prensa oficial, la única que circula en Cuba, para compartir con sus lectores las conjeturas del escritor lituano Daniel Estulin, exponiendo párrafos íntegros de aquello que más llamó su atención del mencionado volumen. Es un hecho notorio cuando en la Isla apenas se conocen libros mucho más interesantes.

Demostrado queda que quienes dilucidaban lo que era bueno o no para el resto, tienen la prerrogativa del acceso ilimitado a lo bueno y a lo malo. Llegado el momento, en un exceso de generosidad, llegan a compartir lo que les interesó o llamó su atención, como ahora hace Fidel leyéndole al pueblo varios extractos de un libro de difícil acceso, para hacerle partícipe de una teoría que la gente común no puede verificar o confrontar con otras fuentes de las que carecen en su país.

Tampoco el menú literario que viene del exterior está exento de malas propuestas. Entre las excelencias se cuelan decenas de títulos mediocres, cuyo sello de seriedad anda a la par con la calidad del texto. Niños índigos, versiones de Jesús viajando por la India, Japón y el Tíbet, o en plena vida conyugal con Magdalena. Las cartas inéditas del Nazareno y que alguien encontró no se sabe dónde, conforman el último grito del género. Nada está excluido en las novedades anunciadas. Sexo, religión, política y la vida de los famosos. Pero como dijera un venerable sacerdote italiano que sirvió santamente en Cuba y Santo Domingo, a veces es preferible la abundancia, para todos los gustos, a que no haya nada o solo aquello que se dosifica a la mayoría siguiendo el criterio de unos pocos. Así ha funcionado en Cuba desde hace décadas.

La exposición de Fidel Castro se detiene en amplios detalles del libro escrito por Estulin, que sirven de soporte al juicio sobre un mundo regido por una elite de figuras acaudaladas o de gran influjo en cuestiones políticas financieras. Los Beatles, grandes eventos musicales, noticias, guerras, desastres, dictaduras, holocaustos y masacres, las drogas y casi todo lo sucedido en el pasado siglo y en lo que va de este último, conforman el guión de la gran conjura que mueve los hilos de cada evento, al estilo de un teatro de marionetas. Fidel toma la cita donde aparecen los nombres de algunos de estos conjurados. Su nombre no figura en el listado. Una exclusión injusta tomando en cuenta que si hay un sitio donde el gobierno del mundo ha sido instituido con efectividad, usando el mínimo de recursos, este ha sido en la Cuba castrista.

Véase los subrayados hechos por el destacado lector y establézcase un paralelo con la realidad vivida en cincuenta años de socialismo al estilo fidelista. La propaganda como elemento integral del Sistema, las cadenas de radio al servicio completo del Estado, la manipulación establecida con el fin de desviar la atención sobre un determinado problema. Sustitúyase los grandes conciertos como el que se hizo en Woodstock, según dice para lavarle el cerebro a millones de jóvenes y póngase en su lugar la celebración de centenares de actos masivos, marchas  y tribunas abiertas, con música incluida, con el monitoreo de la asistencia a través de organizaciones oficiales, sindicatos y escuelas. Contemos además la mirada atenta de los CDR o de los informantes de cuadra y centros laborales o de estudio, sobre cada ciudadano o que la libreta de abastecimiento, además de repartir la miseria, se convirtió en un eficaz instrumento para ubicar a las personas. La idea era que nadie podía moverse sin que de Arriba se supiera. Si a esto agregamos que el uso y abuso del alcohol, es una de las tantas formas de la drogadicción, veremos que esto del control de la mayoría por una minoría de poder, no es tan utópico y que existen ejemplos vivos para demostrarlo. Solo que al final se produce el fiasco.

Parafraseando a Abraham Lincoln: nadie puede controlar completamente a todo el mundo, todo el tiempo. Quede tranquilo el Comandante. El Gobierno del mundo no tiene la última palabra.