Cuba hacia el 2000
1. Hace 10 años un pequeño grupo de cubanos constituimos el Movimiento Cristiano
Liberación inspirados en el Evangelio para servir a nuestro pueblo. Damos gracias a Dios y a
todos los que nos han ayudado por poder continuar sirviendo nuestra patria
2. Ahora mismo se decide la orientación que pueda tomar la sociedad cubana, se decide el
futuro de nuestros hijos y el pueblo cubano no puede ser ignorado tiene que hacerse presente e
intervenir en su destino.
3. No es la intención de este mensaje ser un documento sensacional o demagógico,
ni reforzar en la mente estéril de que nada sirve a los cubanos. Debemos preguntarnos: ¿Dónde
estamos?, ¿adónde nos llevan?, ¿dónde queremos ir? Esta última
pregunta es la más importante, porque la respuesta a esta última pregunta nos lleva a
la determinación de iniciar un camino nuevo para superar la crisis total y comenzar a
construir la nueva sociedad de cara al 2000.
4. Tenemos que hacer un gran esfuerzo para elevarnos en este momento, ya que hay una gran
tendencia al deterioro social, al aumento de la corrupción y a la desigualdad económica,
sostenida por la represión y mecanismos de miedo. Mas lo peor es la aparente falta de
perspectivas y la desesperanza. Pero hay alguien que puede cambiar la orientación negativa de
este proceso, éste es le Pueblo cubano. Los cubanos debemos ser los protagonistas de nuestra
historia.
5. Del propio análisis de nuestra realidad y del amor a Cuba debe emanar la fuerza para
transformarla.
6. Los servicios gratuitos de salud y educación son un valor de nuestra sociedad fruto
del trabajo y del esfuerzo de los cubanos. Por lo tanto, son sus derechos. Estos deben conservarse y
mejorarse. Sin embargo, todos estamos sufriendo el deterioro de estos servicios, que sólo
podrán mantenerse gratuitamente y con eficacia si se producen los justos cambios políticos
y económicos que desaten las potencialidades creadoras de nuestra sociedad. El amor y
sacrificio de doctores, enfermeras, maestros y trabajadores de la salud en general son el factor
fundamental que sostienen estos servicios. Pero estos trabajadores también tienen derechos y
sin embargo han sido relegados a una situación de desventaja como la mayoría de los
trabajadores cubanos.
7. La solución en este campo no está en el enfrentamiento paciente-médico o
alumno-familia-maestro sino en la actuación solidaria de todos en el reclamo de derechos y
mejoras, ya sea a través de las estructuras vigentes, ya sea en nuevas asociaciones para
defender sus intereses y los de la sociedad. También con iniciativas positivas y exigiendo
los cambios necesarios tanto en sus entornos inmediatos como para todo el país.
8. Hay una mayoría creyente entre los ciudadanos. Esta tiene el derecho a que las
escuelas eduquen a sus hijos en los valores cristianos. Todos, familiares, padres, alumnos y
maestros debemos trabajar en el logro de este objetivo. La educación gratuita es un derecho y
no da potestad al estado para inculcar la incondicionalidad a los que gobiernan. El Estado tiene la
obligación de educar a los niños y jóvenes como personas libres, que amen a su
patria y a su prójimo y se desarrollen integralmente.
9. La descristianización, impuesta durante décadas, de la cultura y la sociedad
cubana han traído en gran medida un vaciamiento espiritual que alteró negativamente la
vida de los cubanos, su autoestima, el respeto entre las personas y la estabilidad de las familias.
Algunos llaman a esto crisis de valores. Hoy, que muchos cubanos buscan un reencuentro con Dios y
con las Iglesias, también deben trabajar como ciudadanos, no sólo por la libertad de
culto, sino por su derecho a construir templos, a usar los medios de comunicación, ya que son
del pueblo y a expresar los valores de su fe en iniciativas y nuevas asociaciones en el ámbito
político, social y cultural.
10. Muchos hombres y mujeres en Cuba están encarcelados por motivos políticos, por
defender los derechos de todos los cubanos. Reclamamos su liberación sin destierro. También
llamamos la atención de nuestros compatriotas que por ignorancia o por otras razones se
desentienden de esta situación. Difícil será lograr que se respeten los
derechos de una sociedad si ésta no se dispone a ser solidaria con los que sufren por
conquistarles esos derechos.
11. No se ha producido una apertura económica para los cubanos. Se permiten pequenos
negocios personales, pero en la práctica se les dificulta su trabajo. El Estado paga en pesos
cubanos a los trabajadores y cobra en dólares muchos artículos de primera necesidad,
en una desproporción abismal respecto al poder adquisitivo de los trabajadores. El exilio,
con su aporte económico, impide la miseria extrema de millones de cubanos. El ciudadano se ha
convertido en cliente de un gobierno que aplica normas de un mercado cruel mientras sigue imponiendo
un orden cerrado al que llaman socialismo.
12. El resultado es que la casta del poder vive como verdadera aristocracia, cual
revolucionarios de sangre azul, ocupando las mejores posiciones en las dosis de capitalismo
incorporadas. Aumentan las diferencias entre una minoría rica y una mayoría pobre,
creciendo la marginalidad que es más penosa cuando se observa en ancianos y niños
indefensos. Muchos cubanos que con honestidad aportaron lo mejor de sus vidas al ideal
revolucionario hoy se sienten frustrados al constatar que lo que ha prevalecido es el poder y el
privilegio para un grupo de hombres frente a una mayoría sin esperanzas aparentes.
13. Exigimos el fin del destierro. Debe ser abolida la categoría de salida definitiva con
que se castigan a los cubanos que han salido o salen de su país para establecerse en otros.
Todos los cubanos tienen derecho a vivir en su patria, a entrar y salir libremente de ella sin
restricciones de tiempo o imposiciones extorsionadoras. Esos cubanos que han salido de Cuba son
parte inseparable de nuestro pueblo donde quiera que se encuentren y su derechos como ciudadanos
cubanos deben de ser respetados.
14. Exhortamos a aquellos cubanos del exilio que tratan de determinar la política de EEUU
hacia Cuba o que apoyan la que han tenido hasta ahora a que no se desgasten más en ese empeño.
La solución de nuestros problemas corresponden sólo a nosotros los cubanos.
15. Quizás por la incomunicación o por estar en otros escenarios ha sido difícil
que personas individualmente o las diferentes agrupaciones del exilio apoyen otras iniciativas y
proyectos que no sean las que emanen de ellos mismos. Es hora que todos reconozcamos que los caminos
pacíficos que quiere transitar el pueblo cubano, nacen dentro de Cuba. Estamos seguros que
nuestros hermanos de la diáspora tienen todas las capacidades y la buena voluntad para
participar en los esfuerzos de su pueblo por lograr los cambios pacíficos con el mismo espíritu
de reconciliación con que trabajamos fuera de Cuba.
16. Existe una falsa disyuntiva en el mundo entre dos posturas respecto a Cuba: La primera es el
embargo económico y las leyes restrictivas que resultan en un sufrimiento para el pueblo y la
justificación del inmovilismo político del gobierno cubano. La segunda postura, la que
se empeña en una relación económica, cultural y política que se
involucra directamente en orden de privilegios para los extranjeros y la elite interna, mientras se
le niega sus derechos a los cubanos y la participación digna en esa relación.
17. Ambas posturas son éticamente inaceptables y contrarias a los intereses, los
sentimientos y los derechos de los cubanos. En ambos casos se cierran o se abren puertas a un
sistema y un gobierno con el argumento de beneficiar al pueblo cubano y sin contar con los cubanos.
La tercera postura justa y éticamente aceptable será aquélla que abra las
puertas y ofrezca relaciones donde no queden excluidos los cubanos, dentro y fuera de Cuba, y puedan
participar con todo derecho y dignidad. Ese es el verdadero respeto a nuestra autodeterminación.
18. No dejaremos que Cuba sea desfigurada.Cuba no será más escenario para dirimir
trivialidades políticas y económicas. Ni para ser el resumen del conflicto Este-Oeste
ni de ningún otro tipo. Tampoco dejaremos que Cuba se convierta en la Isla del Placer o paraíso
de la prostitución, ni en mercado en disputa o área de influencia de nadie. Queremos
abrirnos a la humanidad hermana pero no como humanos disminuidos. Los cubanos tenemos derecho a los
derechos, sabremos entre cubanos realizar nuestro proyecto elaborado con la participación de
todos según nuestras experiencias y valores espirituales
19. Caminando hacia el 2000
Una verdad debemos reconocer todos: en Cuba no ocurrirán los cambios necesarios hasta que
los cubanos los demandemos y los realicemos. La experiencia demuestra lo que se pierde por soportar
en silencio y simulando es mucho más que lo que se arriesga por reclamar dignamente nuestros
derechos. Debemos actuar liberándonos del miedo, el escepticismo y el escapismo. Hasta cuándo
será que la única esperanza para muchos es el resultado de un sorteo, montar a su
familia en una balsa o adaptarse falsificando sus vidas
20. Hemos propuesto en el proyecto Varela un referendo, una consulta al pueblo para que la
ley garantice la participación de los cubanos en la vida política, económica y
cultural del país. Pero esa participación debe buscarla ahora cada cubano sin esperar
por nada, sin miedo, participar con la crítica sin herir al prójimo, en la libre
asociación, con iniciativas, en una postura solidaria ya que la mentalidad individualista de
sálvese quien pueda nos está hundiendo a todos. La apertura debe comenzar por cada
ciudadano con su propia liberación personal. No más lamento diario ni amargura sino
libre expresión de la opinión sin esperar que la concedan.
21. Con este nuevo espíritu de reconciliación y liberación, con estas
iniciativas realizadas por individuos o grupos que defiendan sus intereses, que reclamen cambios en
las leyes y el respeto de sus derechos legales, que hagan propuestas y desarrollen proyectos propios
para el mejoramiento de su entorno y de toda la sociedad, con este reclamo por el cambio positivo se
va integrando un gran movimiento social de todos los cubanos que transformara la sociedad y abrirá
un camino nuevo hacia el 2000
22. Trabajar por ese movimiento social de todos los cubanos será nuestra tarea para
servir a Cuba.
23. Existen buenas bases para que construyamos un buen futuro para Cuba. Nada debe
asustarnos, sólo tenemos que determinarlo como una nueva actitud de cara a al 2000, superando
la mentalidad alienante de que nada se puede hacer si no esperar. Por el contrario todo se puede
hacer sólo tenemos que hacerlo. Los cambios no llegarán nunca si no los comenzamos
ahora.
Oswaldo Payá Sardiñas, Movimiento Cristiano Liberación
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