Noviembre, 1998 Los cubanos tenemos derecho a los
derechos
Tengo que comunicarme con ustedes por este medio porque el gobierno cubano no me ha extendido el
permiso para viajar. Vivo en un país donde el gobierno no garantiza ninguno de los derechos
humanos que son universalmente reconocidos, y penosamente violados. Ningún periódico
del gobierno, al igual que ninguna emisora de radio o televisión, ha divulgado nunca los
Derechos Universales. Tampoco se enseñan en las escuelas.
¿Por qué razón estas dos palabras, Derechos Humanos, son recibidas con
disgusto por los que ejercen el poder en Cuba? Este poder establecido se siente agredido ante el
menor intento de ejercicio o de reclamo de la libertad de expresión, de asociación, de
iniciativa económica, de la libertad de movimiento. A nombre de la defensa de la revolución
de los pobres, de la defensa de la soberanía, de la autodeterminación, se fueron
suprimiendo los derechos hasta anular el Derecho. Es norma que todo lo que se permite o se tiene es
solamente gracias a la bondad del poder y cuando es que lo concede, pero nunca como derecho
garantizado. Así se ha llegado a un verdadero antagonismo entre la forma de ser, de existir,
entre la esencia del régimen, por un parte, y la práctica de los derechos humanos por
la otra. Esto es demostrable, artículo por artículo, directamente en más de un
90% de los artículos de la declaración Universal de los Derechos Humanos. Muchos
hombres y mujeres han pasado por las prisiones o están aún en ellas. Han sufrido trato
cruel y graves humillaciones sólo por defender los derechos humanos o denunciar sus
violaciones o por tratar de ejercer algunos de estos derechos.
Sabemos que en el mundo individuos, familias, grupos, pueblos enteros sufren de violaciones a
los derechos humanos y claman por una esperanza. Desde nuestra desventaja queremos proclamar nuestra
solidaridad con todos lo que en el mundo defienden los derechos de las personas y reclaman el cese
de estas violaciones, el respeto a la dignidad y la promoción de todo ser humano. Toda
persona tiene estos derechos por el hecho de ser humana. Sobre esto queremos llamar la atención,
porque en la violación de estos derechos se atenta contra la realidad del ser humano.
Hoy en el mundo, aún en nombre de estos derechos, se actúa contra la condición
humana. Por eso es necesario declarar para el año 2000, recordar el correcto planteamiento
del asunto. No son los conceptos, ni las ideologías, ni el arte, ni la ciencia, ni el
progreso, ni las revoluciones, ni el mercado, ni las religiones, ni los medios de comunicación,
ni las leyes, ni ninguna cosa o actividad las que tienen derecho. Son las personas las que tienen
derechos.
El derecho al ser humano se viola al tratar a la persona antes de nacer como algo y no como
alguien. El reconocerlo como persona, es un atentado contra la vida de alguien que también es
humano. Esto es más grave que la violación que cualquiera de los derechos conocidos.
El don de la vida en ese ser humano que no ha nacido, no es menos legítimo, auténtico
y merecido que en sus progenitores o los demás miembros de la sociedad.
Llamamos a todos los defensores de los derechos humanos, a todos los Estados, a todos los seres
humanos para que reconozcan la verdad de la condición de seres humanos en ésos que no
han nacido, proclamando universalmente el derecho de nacer.
Pensemos también en el consumo de drogas y en su tráfico aniquilador, en la
manipulación de la ciencia y la técnica, en las manipulaciones financieras, en la
absolutización del mercado, en los nacionalismos desmedidos, los fundamentalismos
excluyentes, los racismos y xenofobias, en la mentalidad de "business IS business", en el
terrorismo, en la pornografía., la exaltación de la violencia, el egoísmo y
otros abusos y manipulaciones de los medios de comunicación. Pensemos en los totalitarismos
disfrazados de revoluciones. Todas estas realidades son fuentes de dolor y sufrimiento, de opresión
y muerte, de pobreza y marginación. Son o provocan violaciones de los derechos humanos. Son o
amenazan ser causas de alteración, no sólo del medio y la sociedad, sino de la propia
naturaleza y vida humana. Son deshumanizantes y por lo tanto debemos movilizarnos solidariamente
para defender al ser humano frente a todas estas prácticas.
Sólo en la promoción de la solidaridad, en el amor al prójimo y el amor a sí
mismo, respetando la dignidad, se promueven los derechos humanos, para que la práctica de
estos derechos humanice. Si el hombre, si la humanidad se deshumaniza ya no habrán derechos
humanos que defender. No sólo por estar dotado de razón y conciencia, sino por tener
un origen y una meta común trascendente existe un vínculo entre los seres humanos que
es una dimensión esencial de su naturaleza y su destino. Y que en una frase para coronar los
derechos humanos debemos proclamar: TODOS LOS SERES HUMANOS SOMOS HERMANOS. Pero ciertamente al
pueblo cubano ha sido al que más se le ha negado, condicionado o relativizado sus derechos.
Para muchos en el mundo Cuba es la Isla de la libertad, de la revolución de los humildes,
el baluarte frente a los imperialistas. Para otros, la posesión soviética, la
dictadura de Fidel Castro. La mayoría con simpatía o antipatía miran a Cuba y
prefieren ver el mito, evaluando según su historia, sus intereses, su información, y sólo
ven a un hombre. Unos a un líder carismático, otros a un tirano. Sólo ven un
espectáculo o una plaza de mercado o de disfrute.
Es un escándalo que esto no sea un escándalo. Por que a veces, gobiernos,
instituciones, figuras de las más progresistas, las más sensibles, líderes de
derechos civiles, algunos laureados, miran a Cuba o hablan de Cuba y no son capaces de ser
solidarios con nuestro pueblo. Sólo defienden posiciones. No ven a once millones de seres
humanos en la Isla y en su diáspora, a los que el gobierno no le reconoce sus derechos. Con
todo el reconocimiento que merecen los que me escuchan, hoy, a nombre del Movimiento Cristiano de
Liberación y tomando voz por nuestro pueblo que no tiene voz, quiero proclamar algo elemental
pero escandalosamente escamoteado: Nosotros, los cubanos, también somos humanos y reclamamos
que el gobierno cubano y todos en el mundo reconozcan y respeten NUESTRO DERECHO A LOS DERECHOS.
Oswaldo Payá Sardiñas, Movimiento Cristiano Liberación
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