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Mejunje para aliviar los malos efectos electorales en Venezuela

Miguel Saludes

MIAMI, Florida, octubre, www.cubanet.org -En la víspera de las elecciones parlamentarias efectuadas en Venezuela el pasado 26 de septiembre, Fidel Castro exhortó a los venezolanos a participar a las urnas. “Si yo fuera venezolano, aún bajo rayos y centellas, lucharía hasta lo imposible para convertir el 26 de septiembre en una gran victoria.” Aunque la arenga de Castro tenía como destinatarios a los que apoyan al oficialismo chavista, pareciera que el llamado encontró oídos receptivos en sectores más amplios, y la gente acudió a votar, pero no exactamente como hubieran preferido el presidente bolivariano y sus  mentores de La Habana.

Grande tiene que haber sido la decepción,  a pesar de mantenerse la mayoría chavista en el parlamento. Ocurre que ella no es suficiente para garantizar el control hegemónico “rojo rojito” preconizado por Chávez. La cruzada que durante meses desarrolló el gobierno de Miraflores, evidenciaba un objetivo mayor que la simple conservación de los  puestos de sus seguidores en el cónclave parlamentario. De manera arrolladora el rostro de Hugo, única cara y voz en campaña, lanzó un mensaje claro: quien vota por mis candidatos vota por mí. No se trataba de elegir diputados pro gubernamentales con carisma y personalidad, sino de una suerte de clones del líder, cotorrones dispuestos a aprobar sin discusión los planes del supremo.

Por suerte para los venezolanos, y para los cubanos también, las cosas no salieron como se esperaba. La reacción de Fidel lo demostró, cuando al día siguiente culpó al imperialismo y a sus agentes por unos resultados que sin embargo describió como victoria de los aliados bolivarianos.

Según Castro la porfía del Imperio se debe al petróleo del país sudamericano, recurso que no quiere perder el Norte brutal. Pero el argumento usado para atacar a los opositores del presidente venezolano sirve por igual a sus aliados en La Habana y otras partes, que mantienen sus precarias economías gracias a los desembolsos de oro negro que ofrece generosamente Caracas.

Tal vez la frustración del Comandante sea por la respuesta contradictoria que recibió su llamado al voto masivo  y que produjo un resultado diferente al que esperaba el ex gobernante cubano, acostumbrado a que en la Isla todos,  bajo truenos y diluvios, votan  temprano y rápido, de forma unificada, por los representantes del único partido vigente en la Isla. En Venezuela, que enrumba en la misma dirección, el incremento de la asistencia ante las urnas buscaba evitar la repetición del caso cubano en la patria de Bolívar.

Las acusaciones de Castro no se quedan en Washington. Su dedo querellante se vuelve contra los que llama mercenarios de los medios de comunicación, y como era de esperar, sobre el exilio cubano radicado en Miami. Para ello se produjo el montaje de un guión que sigue rindiendo éxitos. Esta vez el capítulo incluyó el rodaje en escenarios venezolanos, y contó con la actuación de un supuesto terrorista guatemalteco, capturado justo en los momentos en que se producía la jornada electoral.  Coincidentemente de apellido Chávez, el individuo apareció en la televisión cubana narrando una historia terrorífica, conectada con la Florida, y con el Coco utilizado por décadas para atemorizar a los cubanos.

Francisco Chávez Abarca, el prisionero extraditado, reconoció públicamente, una detallada lista de proyectos que debía realizar contra Venezuela.  Una reseña publicada en la prensa cubana lo expone de la siguiente manera: “El detenido ya ha reconocido los planes desestabilizadores que desarrollaría en esa hermana nación, con el propósito de atentar contra dirigentes del gobierno bolivariano y afectar su imagen en el proceso eleccionario del próximo 26 de septiembre. Chávez Abarca declaró que llevaba el propósito de "quemar llantas, hacer disturbios en la calle, atacar un partido político para que le caiga a otro" la responsabilidad. Un inventario que resulta tan poco creíble como su instrumentador.

Apenas tardaron horas en hacerse eco en Venezuela de lo dicho en La Habana. Laila Tajeldine de la Asociación de Amistad y Solidaridad Mutua Venezuela- Cuba, retomó el discurso de sus mutuales amigos y aprovechó para incluir la descarga de los Cinco. Revoluciones agredidas, un enemigo gigante, miles de agentes dispuestos a emprender empresas destructivas al estilo de Hollywood, a cambio de una paga ridícula, conforman el amplio arsenal de estos expertos en el arte de la propaganda, hábiles en transfigurar su esencia totalitaria con la apariencia de las víctimas. 

No obstante la naturaleza siempre se impone. En Caracas, al conocerse los resultados de las elecciones los diputados del oficialismo no tuvieron reparos para mostrar la suya, al proponer en los próximos meses el otorgamiento de poderes especiales al presidente Hugo Chávez para legislar en Venezuela. Iris Varela, una de las diputadas re electas fue explícita al declarar que el presidente puede plantear una Habilitante. “No lo ha planteado, pero aquí estamos, somos soldados de esta Revolución y garantizamos que no va a haber escuálido (opositor) que se monte a sabotear el proceso". Una actitud y lenguaje muy semejante a las características que reúnen los miembros del Parlamento cubano reunido bajo la sombra de la Asamblea Nacional del Poder Popular, cuya experiencia quiere ser llevada a Venezuela.




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