SI DESEA RECIBIR LAS NOTICIAS POR E-MAIL, PULSE AQUÍ
IMPRIMIR
Debates versus auditorías
 

Odelín Alfonso Torna (PD)

HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) – Arranca, junto al primer frente frío de diciembre, desde la base, el repaso de los Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba. Durante noventa días ningún cubano debe callarse, sino proponer en debates públicos cómo levantar -sin tapujos- la revolución que viene; que se comente que en el más “claro, nítido y transparente sistema social de América Latina es el pueblo quién decide su futuro económico, político y social”.

No sólo en este sentido hay que recogerse las mangas, desenfundar las mochas y arrancar esa maleza que no deja espigar el desarrollo económico. Ahora bien, sepan los revolucionarios, los que aspiran a ser revolucionarios o los que toman leche con miel de zángano, que sobre la quintaescencia se enfrentan en batalla campal el debate y las auditorías.                                                                        

Hoy los más osados economistas del oficialismo creen que la única alternativa para auxiliar a la economía, administrada históricamente por el Estado, debe salir de las 178 actividades por cuenta propia aprobadas por el gobierno. En este sentido, se anda en una carrera en la que no se persuade a nadie, sino que se “recopilan las opiniones del pueblo”, el más desentendido sobre los disloques del poder.

Se habla mucho del medio millón o el millón y tantos de trabajadores cesantes, disponibles o que serán reubicados, si así lo desean, en labores no afines con su desempeño habitual. También se proyecta actualizar, con los obreros capaces, confiables e idóneos, lo poco que quede sobre los raíles de la estatización socialista.

Si todo lo inaplazable sale como se colorea en los manuales, y el sector privado no tropieza con las mismas alambradas de hace dos lustros, dígase el acoso de los inspectores o el exceso en las tributaciones, ¿habrá éxodo de empleados estatales hacia los negocios particulares? En este punto quiero atar las amarras y explicar algo que viene pisando los talones a la “bienaventurada” actualización del modelo económico cubano.

Para nadie es secreto el sinnúmero de auditorías que se realizan desde principios de noviembre en cada una de las empresas estatales o de capital mixto, ancladas en territorio cubano.  Además, en este empeño por supervisar lo que es del Cesar, solo de él y de nadie más, el Ministerio de Informática y las Telecomunicaciones lleva a la práctica un viejo y costoso proyecto: la conexión en red de todos los ordenadores que intervienen en el control de la producción y los servicios a nivel nacional.

Aunque este tipo de supervisión ya se aplica desde hace años en la cadena de bancos metropolitanos, las casas de cambio, el registro civil y de vehículos, la aeronáutica civil y otros objetivos de peso, la buena nueva viene a ponerle el sello lacrado a los inventos (robos al Estado) del cubano de a pie. Para que se entienda mejor, a partir del año 2011, si una tuerca se pierde en un recóndito taller o tienda de Cuesta Chivo o el Cabo de San Antonio, enseguida lo sabrá Liborio en el nivel central.

Obviamente, la telaraña informática se tejerá primero sobre los organismos y empresas que más divisas aporten al país, vale aclarar, aquellos donde los jeques caen hacia arriba y la corrupción suele camuflarse con el llamado perfeccionamiento empresarial. Al menos para mí, esa es la quintaescencia, sustituir con maquinas inteligentes lo que ha estado administrado durante cinco décadas por el hombre nuevo.

Como toda esta historia malograda es consecuencia de la disfuncionalidad del sistema y no del embargo económico, los subsidios innecesarios, los ciclones, la contrarrevolución interna o los plátanos machos apolismados en Alquízar y Quivicán, es posible que las computadoras también fallen. Para entonces habrá que componerlas y pedir por señas nuevos lineamientos.

odelinalfonso@yahoo.com    





http://www.cubanet.org/inicio_tienda.html
 
 
 
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.