¿Quiénes son los destructores de los libros donados por España?
María Elena Rodríguez, Cuba-Verdad
LA HABANA, 9 de diciembre - La publicación de la noticia de los libros donados por España que en septiembre último fueron enterrados unos, quemados otros, y el resto trasladados en camiones desde la sede del Poder Popular en el municipio Cerro presuntamente hacia los
vertederos de esta capital, tuvo algún impacto en los dirigentes de esa entidad, quienes el pasado 25 de noviembre orientaron a sus trabajadores: "Respecto a lo de los libros, ustedes no han visto nada".
Sin embargo, los funcionarios parecen olvidar que los restos de esos textos aún permanecen sepultados en el patio del Poder Popular.
Como suele acontecer en Cuba, después que el diario español ABC el 21 de noviembre publicó la información sobre la destrucción de estos libros, la orientación de "silencio" bajó precipitadamente desde
los planos superiores - entiéndase nomenclatura del Partido Comunista en coordinación con el Departamento de Seguridad del Estado (DSE) - hasta llegar a la alcaldía del Cerro.
La destrucción de esos libros no sorprendería a los lectores si se tiene en cuenta la conducta social de los empleados estatales vinculados al caso. La información llegó a Cuba-Verdad procedente de fuentes cercanas a los implicados, las cuales prefieren el anonimato
por temor a represalias en su contra.
Por ejemplo, se rumora que Roger Chiong, presidente del Poder Popular del Cerro, "resolvió" una casa mucho mejor que la que ocupaba anteriormente a la jefa de personal. Sin embargo, es vox populi entre los residentes de dicho municipio que el Sr. Chiong manda a decir que "no
se encuentra", cuando algún elector se presenta en su oficina para plantear quejas relativas al tema de la vivienda.
Por otra parte, se pudo conocer que Jorge Casamichana, jefe de la dependencia interna, por cuestiones de trabajo le fue asignado un automóvil soviético marca Lada que casi siempre se encuentra parado por roturas y cuya cuota de gasolina ese dirigente comunista usa para fines
particulares.
Asimismo, ha trascendido que Nelson Córdoba Pita, jefe de servicios con libre acceso al almacén de avituallamientos y encargado a su vez del almacén de decomisos, recientemente se construyó una casa de dos plantas en un terreno estatal del que se eliminó un
busto de José Martí, y a pesar del llamado "período especial en tiempo de paz" con que el régimen de La Habana trata de justificar las escasez que sufre la población. La actual residencia de este "dirigente administrativo" se puede observar en
la intersección de las calzadas del Cerro y 10 de Octubre; lugar conocido como la Esquina de Tejas.
El Sr. Córdoba, al que denominan con el alias "la vaca sagrada", se mantiene en su cargo desde hace muchos gobiernos municipales debido a su relación con la Cuarta Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria y con los jefes superiores de esa dependencia del
Ministerio del Interior.
Pero, en tanto que miles y miles de cubanos hacinados en albergues populares esperan por décadas que se desocupe alguna vivienda para tener un techo decente donde vivir, el funcionario Córdoba tiene otra vivienda en San Francisco de Paula, poblado del municipio capitalino San
Miguel del Padrón.
También se pudo conocer que Córdoba tiene empleados a cuatro individuos en el Poder Popular del Cerro los que básicamente se dedican a reparar automóviles que compran en mal estado, y que luego reparan en la sede de la alcaldía municipal para beneficio todas
las partes. Se asegura que Córdoba es el jefe de ese "negocio". A consecuencia de esas "transacciones automotrices" las fuentes aseguran que la delincuencia municipal es bien recibida en el edificio del Poder Popular del Cerro.
Además los informantes explicaron como los productos decomisados por la policía, y que deben estar bajo la custodia de Córdoba en el almacén pertinente a esos efectos, aparecen en la documentación de esa entidad del gobierno como que son redistribuidos entre
los comedores y otras instalaciones del municipio cuando en realidad son sustraídos y transportados en los vehículos de los dirigentes del gobierno del Cerro y de sus amistades los que, como ostentan la condición de "confiables" debido a su militancia comunista, no son
registrados ni detenidos por el custodio del parqueo.
Hasta aquí, por el momento, algunos aspectos relacionados con la conducta social de las principales figuras implicadas en la destrucción de los libros donados por España.
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