Abril 23, 1997

Entrevista a Lázaro González, presidente del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba

LAS PRISIONES DE CUBA SOLO SON COMPARABLES A LAS MAZMORRAS DEL MEDIOEVO

LGarve: ¿Cómo le fue en prisión?

LGonzález: Como se conoce, el 15 de febrero del 96 mi casa fue allanada. Así como fui sacado de mi casa transcurrió todo en prisión. Estuve en la estación del Capri, donde hice una huelga de hambre protestando por las condiciones en que estaba preso, pues no les dan ni papel para sus necesidades higiénico-sanitarias, y estábamos hacinados diez presos en una celda.

De 100 y Aldabó me llevaron para la 1580, en San Miguel del Padrón, el mismo día del juicio de Leonel Morejón. Estuve en el destacamento 2; luego pasé al 8, donde estuve desde el 23 de febrero hasta el 13 de agosto del 96, que fue cuando me trasladaron a Micro 4, hasta la libertad.

Por mis manos han pasado muchos informes de la prisión, pero no es lo mismo leer las cosas que vivirlas. Las prisiones cubanas sólo son comparables a las mazmorras del Medioevo. Por esto entiendo el por qué el gobierno cubano no deja entrar a la Cruz Roja Internacional ni al Relator de la ONU. Cuando fui a prisión fui con gusto, como dijo Martin Luther King, pues yo era la prueba de lo que pasa en Cuba por luchar por el derecho a ser libre.

A pesar de que Micro 4 sea considerada una prisión modelo, es igual a las demás prisiones del país. Hay hacinamiento, las barracas son de techo a dos aguas de fibrocemento, miden 25 metros de largo aproximadamente por 5 ó 6 de ancho. En ellas viven entre 80 y 100 reclusos. No todos los reclusos tienen cama, así que algunos tienen que dormir en el suelo. Los colchones son de hierba seca, uno o dos bombillos para alumbrar son buscados por los familiares de los presos. Las instalaciones sanitarias son cinco letrinas por barraca, y las duchas no funcionan.

Los reclusos recogen agua en los recipientes con que puedan contar. En la 1580 se bota el agua, mientras que en la Micro 4 ponen el agua 15 minutos por la mañana y 15 por la noche. Los presos se abalanzan sobre las llaves rotas, y unos cuantos recogen agua. Hay muchos que no se pueden bañar ni lavar sus ropas.

En ambas prisiones proliferan las ratas e insectos de todo tipo, vectores que afectan la salud. Además, no tratan de erradicarlos. Las ratas embisten los bolsos de los reclusos para comerse los alimentos que los familiares llevan a los presos, y éstos tienen que poner los bolsos en alto.

La alimentación la comparo con la que daban en los campos de concentración fascistas. Desayuno: una bola de pan pequeña, de 6.3 centímetros de diámetro. Aquí guardo dos muestras de pan, uno de cada prisión. El de 1580 es una bolita gris, más pequeña aún. (Hoy parece una piedra --nota del periodista). Además, 200 mililitros de agua con cereal a veces, o jugo de naranja aguado con azúcar en ocasiones.

Almuerzo: unas 6 cucharadas de arroz, un poco de frijoles, dos cucharadas de col, dos cucharadas de algo de pescado ligado con una vianda hervida, dos cucharaditas de dulce de harina, a veces.

Comida: Sopa de col y pescado con el resto de los frijoles de por la mañana. Como ves, los reclusos están subalimentados. Sobreviven por lo que los familiares les llevan cada 21 ó 45 días.

En cuanto a la atención médica, existe el facultativo, pero hay dos problemas. Unas veces no hay medicamentos, y aunque tengas atención, no hay el remedio. Otro caso es el caso aquejado de un padecimiento y que llama al guardia, quien debe decidir si va o no al médico. Ejemplo: Ramón Varela Sánchez pidió ayuda para un preso con un fuerte dolor de muelas y recibió una golpiza de los guardias por haberlo hecho. En fin, es el guardia quien decide.

La gente se pregunta luego por qué son los problemas estomatológicos de los presos. Mala alimentación, poca agua (ni alcanza para la higiene bucal). Los alimentos que llevan los familiares tienen azúcar. Esas son las causas. Aunque en muchas prisiones hay un sillón de estomatología, no hay nada más.

Los mismos presos tienen que limpiar, y no tienen con qué. Los familiares les llevan algunos instrumentos. Un responsable de disciplina (cuartelero) y los que cuidan son los que limpian, con poca agua, a pesar del hacinamiento.

Los funcionarios de orden interior (FOI), son los que cuidan a los presos. De manera general no es un buen trato. Cualquier reclamo de un recluso, ellos lo toman como algo a lo que no tienen que oir. Cuando se dirigen a los presos, lo hacen a gritos las 24 horas. En el comedor dan golpes con los bastones en las ventanas, puertas y sobre algunas mesas para apurar a los que comen. Dan gritos y alaridos: "Coman rápido, muevan la mano".

Los guardias de la Fuerza de Orden Interior, en casos de indisciplina, en lugar de tomar medidas disciplinarias individuales, las toman de forma colectiva. Por ejemplo, le quitan el horario de televisión a todos. Esto trare tensiones. Es real que dan golpizas como método educativo, aunque no sean todos.

Los presos comunes respetan a los políticos y se sienten apoyados en reclamaciones justas por los políticos. En sentido general, puede haber presos que se conviertan en delatores gracias al trabajo operativo secreto de las autoridades.

Estas condiciones de pesadilla sólo pudieran ser resueltas por un gobierno honesto.

LGARVE: ¿Recibió ayuda de la oposición durante su encarcelamiento?

LGONZALEZ: Sí, recibí ayuda, sobre todo del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba y de otras organizaciones que trabajan en esto. Ayuda muy limitada, dadas las posibilidades. Este es un estímulo para los presos.

LGARVE: ¿Durante la prisión fue atendido por oficiales del Departamento de Seguridad del Estado?

LGONZALEZ: La Seguridad del Estado actúa dentro de las prisiones. En mi caso el coronel Nelson de Armas, en la 1580, y el mayor Alexis en Micro 4. Luego un oficial, que se nombra Jorge. Cada cierto tiempo hacen una especie de entrevistas para ver el estado de ánimo, de cómo se responde a estas circunstancias. Ellos están por encima de los guardias de la Fuerza de Orden Interior, tienen autoridad de hacer lo que deseen dentro de la prisión.