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"Hemos triunfado, pero han hecho falta siete años y un muchacho muerto"

María Benjumea  

SEVILLA, España, marzo, www.cubanet.org -Anoche hablé por teléfono con una Dama de Blanco amiga para comprobar cómo había sobrevivido a "la guerra de los Seis Días" por las calles de La Habana. Esperaba oír a la mujer agotada, abatida, inconsolable ante sus espejuelos rotos y su único par de zapatos machacado, recordando los insultos y golpes  que les propinaron las turbas el pasado 10 de diciembre, mientras marchaban por el día de Los Derechos Humanos. Pero ayer tenía la voz clara y alegre y me dijo: "¡Estoy entera! ¡Hemos triunfado!"

Lo que dio ánimo y fortaleza a estas damas no fue sólo el inaudito interés de la prensa internacional y los medios audiovisuales por sus marchas y su causa; fue el apoyo de la gente en la calle, más abierto que nunca; la incorporación de hombres a las marchas, entre ellos su propio hijo de 37 años, para defenderlas de los empujones y golpes de los "forzudos" paragubernamentales; las  tres blogueras que fueron a verlas y apoyarlas a la iglesia de Santa Rita, acompañadas por Juan Juan Almeida; el insólito abrazo a Laura Pollán del párroco de Santa Rita; y la presencia de muchos diplomáticos extranjeros, entre ellos- ¡alabado sea Dios!-  el tercero de la Embajada española en La Habana, Carlos Pérez, a título personal.

Una devota de Santa Rita les dijo a los de Seguridad del Estado. "¡Váyanse, que ésta es la casa de Dios!"

La "protección" frente a las turbas que la Seguridad les brindó el último día le parece grotesca, pero en cierto modo un triunfo: el régimen sabía que el mundo lo estaba observando, y pudieron marchar tranquilamente por Centro Habana.

Al final, sólo le noté una nota amarga: "Ha hecho falta que muera ese valiente muchacho para que el mundo sepa lo que pasa en las cárceles y en todo el país. Las firmas a favor de los presos nos animan mucho, pero han pasado siete años en la soledad, apoyados de verdad sólo por nuestros hermanos buenos

María Benjumea  

SEVILLA, España, marzo, www.cubanet.org -Anoche hablé por teléfono con una Dama de Blanco amiga para comprobar cómo había sobrevivido a "la guerra de los Seis Días" por las calles de La Habana. Esperaba oír a la mujer agotada, abatida, inconsolable ante sus espejuelos rotos y su único par de zapatos machacado, recordando los insultos y golpes  que les propinaron las turbas el pasado 10 de diciembre, mientras marchaban por el día de Los Derechos Humanos. Pero ayer tenía la voz clara y alegre y me dijo: "¡Estoy entera! ¡Hemos triunfado!"

Lo que dio ánimo y fortaleza a estas damas no fue sólo el inaudito interés de la prensa internacional y los medios audiovisuales por sus marchas y su causa; fue el apoyo de la gente en la calle, más abierto que nunca; la incorporación de hombres a las marchas, entre ellos su propio hijo de 37 años, para defenderlas de los empujones y golpes de los "forzudos" paragubernamentales; las  tres blogueras que fueron a verlas y apoyarlas a la iglesia de Santa Rita, acompañadas por Juan Juan Almeida; el insólito abrazo a Laura Pollán del párroco de Santa Rita; y la presencia de muchos diplomáticos extranjeros, entre ellos- ¡alabado sea Dios!-  el tercero de la Embajada española en La Habana, Carlos Pérez, a título personal.

Una devota de Santa Rita les dijo a los de Seguridad del Estado. "¡Váyanse, que ésta es la casa de Dios!"

La "protección" frente a las turbas que la Seguridad les brindó el último día le parece grotesca, pero en cierto modo un triunfo: el régimen sabía que el mundo lo estaba observando, y pudieron marchar tranquilamente por Centro Habana.

Al final, sólo le noté una nota amarga: "Ha hecho falta que muera ese valiente muchacho para que el mundo sepa lo que pasa en las cárceles y en todo el país. Las firmas a favor de los presos nos animan mucho, pero han pasado siete años en la soledad, apoyados de verdad sólo por nuestros hermanos buenos".





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