Rafael Álvarez

MADRID, España, julio, www.cubanet.org -La liberación de un importante número de presos de conciencia en Cuba ha sido noticia en todos los medios informativos a lo largo y ancho del planeta. La lucha por su liberación llevada a efecto por las Damas de Blanco, luchadores por los derechos civiles en Cuba, el movimiento internacional de solidaridad promovido por intelectuales y simples ciudadanos en muchos países, el sacrificio de la vida de Orlando Zapata y la huelga de hambre de Guillermo Fariñas han levantado una ola de indignación contra el régimen cubano que éste no ha podido pasar por alto. La imagen internacional del régimen está más que deteriorada y la situación económica interna es lamentable. En este contexto se produce la liberación de los presos de conciencia. 

Ello es motivo de alegría y regocijo para los hombres libres del mundo y un triunfo de la verdad y la perseverancia. Nunca antes la opinión pública internacional ha sido tan unánime en relación al tema cubano.  

Hoy ya pocos creen el castrismo, un régimen que juega a dar una imagen  humanitaria y solidaria  en el plano internacional  mientras en casa pisotea los más elementales derechos de sus ciudadanos y los mantiene en una pobreza  indignante  por aferrarse  un modelo de gobierno que está más que demostrado es incapaz de llevar la felicidad y prosperidad a pueblo alguno

Recordemos además que el ciudadano cubano medio es ajeno a todo lo que pasa en Cuba y el mundo;  para los medios de difusión cubanos estos acontecimientos no han ocurrido,  por lo que estos luchadores recién liberados son apenas conocidos por la ciudadanía. 

Fuera de Cuba, nunca antes las simpatías hacia el régimen castrista han alcanzado tan bajas cotas. El engaño ha llegado a su fin, hoy son muy pocos las personas libres de este mundo que no conocen el carácter  caduco y aberrante del régimen.   

Este paso dado por el gobierno cubano debe ser tomado con mucha cautela, puede ser un paso inicial hacia un mayor grado de tolerancia. Puede ser el primer paso, tan reclamado internacionalmente, al que sigan algunas medidas de índole  económico, pero no tienen que ser necesariamente el inicio de reformas profundas. Hasta hoy, las reformas importantes siguen esperando, sólo ha habido pequeños cambios cosméticos. 

No exageremos nuestras expectativas, los presos se habían convertido en un lastre para el régimen. Ahora, a cambio de las liberaciones, Cuba pedirá créditos, que se elimine la Posición Común de Unión Europea y unas cuantas cosas más.

Ojo, hemos sido engañados muchas veces, no olvidemos con quienes tratamos, debe imponerse la cautela.