Nelson Núñez Dorta

QUERÉTARO, México, julio, www.cubanet.org -Me llena de  agrado la noticia de la liberación de un grupo de presos políticos cubanos y que, con este anuncio, Guillermo Fariñas ponga fin a su prolongada huelga de hambre, para que posiblemente se pueda evitar su muerte. Sin dudas se han obtenido importantes reclamos, exigidos principalmente por las valientes Damas de Blanco.

El régimen ha tenido que ceder, forzado por las presiones internas y la creciente crítica internacional. El oponerse pacíficamente a un gobierno y expresar ideas no constituye delito en ningún país respetuoso de los derechos básicos de sus ciudadanos.

Pero, dejando la alegría a un lado, no puedo ser optimista, no albergo esperanzas con el castrismo, no veo en este paso un gesto de buena voluntad y tolerancia de la dictadura cincuentenaria. Más bien, la señal de  que la Dictadura se encuentra hoy en medio de una  seria crisis y se ve obligada  a  enviar algunas señales al mundo para tratar de  mejorar su imagen y nuevamente abrirse espacios, con la ayuda de cómplices y propagandistas, con el fin de obtener el oxigeno necesario para prolongar su existencia.

Considero esta nueva promesa otra de las tantas manipulaciones empleadas por el castrismo para disminuir la presión a que está sometido, tanto por la oposición interna como por la opinión internacional, de personalidades y gobiernos, incluidos los que alguna vez fueron sus cómplices.

Únicamente puedo interpretar esta noticia, como otro astuto movimiento de una tiranía tan indigna que utiliza como  monedas de cambio para negociar la libertad y los derechos de seres humanos.

La Dictadura ya recibe felicitaciones y reconocimiento internacionales por la anunciada medida. Ya sus agentes y cabilderos, con el Sr. Moratinos al frente, se encargan diligentemente de lanzar una ofensiva  en todo al mundo para lograr cambios en las posiciones críticas hacia el régimen, que ahora muestra “un rostro más humano”.

Me pregunto: ¿Por qué las liberaciones tienen que ser  progresivas?¿Será para impedir que el mundo vea una imagen de celebración y alegría colectiva, similar a la vista cuando fueron amnistiados los asaltantes al Cuartel Moncada? ¿Qué condiciones pretenden imponer, o qué concesiones buscan, aplicando plazos para las excarcelaciones? ¿En un país dictatorial, qué plazos requiere liberar hombres que fueron detenidos, juzgados e injustamente recluidos en las mazmorras castristas  de forma, sorpresiva y en juicios sumarios?

España, en un “gesto de buena voluntad” acogerá a todos los liberados, con sus familiares. Sin dudas el régimen de Cuba está muy de acuerdo en que emigren a España y anuncia que en este caso, y por primera vez, respetará sus propiedades en la isla, algo verdaderamente inaudito; después, un posible retorno, será bajo condiciones especiales.

El cálculo es claro: primero, terminar  con las incomodas marchas de las Damas de Blanco, que tan heroicamente se han ganado el respeto de muchos en el mundo; segundo, poner fin a la huelga de hambre de Guillermo Fariñas , cuya muerte dejaría muy mal parado al régimen, sobre después del inesperado detonante que resultó el crimen de Orlando Zapata Tamayo; tercero, enviar a un importante grupo de opositores fuera del país y, por último, dar argumentos a sus enviados y defensores para una nueva campaña de propaganda que  mejore la deteriorada imagen del régimen y su credibilidad, disminuyendo las presiones internas y externas.

Pienso que  debemos tener mucho cuidado con las falsas expectativas: en la Cuba de  hoy, después de cincuenta y un años de castrismo se continúa reprimiendo, amenazando, golpeando y encarcelando a pacíficos opositores políticos.